Cuando el circo democraticista del Estado nacionalista capitalista español se
encuentra en su momento más culminante con el inicio de la campaña electoral
para las Elecciones Generales a Cortes españolas de abril/2019, conviene
realizar una breve reflexión que sitúe “los pies en la tierra” de semejante
carnaval, y que mejor que hacerlo sobre aquellos partidos que dicen pretender
soluciones desde la raíz. Ello nos
lleva lógicamente a la evaluación/comparación de aquellas fuerzas políticas
“radicales” que tratarían de abarcar los llamados “extremos” del espectro
electoral: Podemos-Vox.
En 2014 Podemos era ya una fuerza
política organizada, con una amplia base social, y con un Programa, dispuesto para cubrir la posible quiebra del sistema de
poder a raíz de la experiencia del 15M, sobre todo, por su parte espontánea y
hasta cierto punto, revolucionaria.
De hecho, desde sus mismos inicios, desde la cosmovisión de FRM, se
hicieron los análisis pertinentes que pusieron al descubierto la naturaleza
reaccionaria del fenómeno Podemos, entendido
básicamente como una propuesta de “emergencia” de los poderes facticos del
Estado español frente al desgaste del modelo político vigente, y para que
contribuyera de forma efectiva al control social ante rasgos de una crisis que
el sistema partitocrático vigente no alcanzaba a solucionar. Vimos en ese
momento que sus propuestas no eran más que un intento de racionalizar el
Estado, tratando demagógicamente de conciliar un Estado racional, según el modelo burocrático de dictadura “blanda”,
modelo chino, con el Estado de bienestar,
como fórmula de integración de los movimientos sociales. También planteábamos
que, sociológicamente, este grupo de poder centrado en Podemos representaba los intereses de clase media de una juventud
que, en el curso de la crisis, perdió gran parte de las expectativas que un día
tuvieron sus padres: más empleo y posición[1].
Hoy, en 2019, comprobamos como aquellas predicciones se han cumplido: de
crítica a la “casta” y a la corrupción, vemos cómo sus dirigentes han pasado a
colocarse en el sistema de poder, derrochando una vida de lujo. Cómo las luchas
internas por el reparto del “pastel” está llevando a la organización a una
descomposición acelerada y a la creación de “reinos de taifas” donde cada “líder”
pretende para sí, y su grupo de allegados, las cuotas de poder y privilegios
que creen se merecen por pertenecer a esa “nueva casta”. Además, llevan dos
años ansiosos por entrar en funciones de ejercicio del poder estatal,
proponiéndose continuamente al partido que por “Turno” toca dirigir la política
del Estado, el PSOE. Así, frente al “programa”, racionalista y demagógico de
2014, hoy nos presentan una alternativa “realista” en que ya dejan atrás la
fraseología radical de crítica a la transición, constitución del 78, el PSOE-GAL,
etc…, para pasar abiertamente a defender una puesta al día del Estado, asumible por el bloque de poder actual, y
con perspectivas de éxito electoral como buen “escudero” del PSOE.
En los dos programas publicados para las elecciones 2019[2], el general, y el llamado constitucional, descienden a un
“realismo” tan pro-estado y pro-capitalista que podría ser asumido por cualquier
partido constitucionalista de izquierda o derecha, en una palabra:
racionalización del Estado nacionalista y capitalista español. En concreto, en
el programa general, hacen una defensa del régimen actual con una batería de
medidas orientadas hacia la salvación del sistema vigente de poder y del
capitalismo: legicracia para el control poblacional (política de género, inmigración, mejor integración
en el bloque imperialista occidental europeo, desarrollo e implementación de la
tecnología para la restitución de la productividad del trabajo y la mejor y
efectiva explotación de los seres humanos (Internet, trenes, autopistas,
energías “renovables”, vehículos eléctricos, etc.), y mucho impulso por el
Estado de todo ello a través de leyes y subvenciones. En definitiva, contribuir
en la medida de sus “posibilidades” a “mejorar” la destrucción de los seres
humanos y del medio natural. Además, con una contribución que pretenden “esencial” para el “encauzamiento” de la
“cuestión nacional”, haciendo de intermediario con el nacionalismo “radical” catalán
y vasco, para que traguen con la “resolución democrática viable al conflicto de
Cataluña y del País Vasco”, esto es, lo que ya viene pregonando el mismísimo “Jefe
de jefes”, Felipe González[3]:
la solución federal para el Estado nación español, en la forma malabar de un Estado “Nación de
naciones”[4]…Pero
cuando vemos el programa “Constitucionalista” de Podemos, es ya aberrante. Las propuestas son simples frases
demagógicas en las que se combinan las políticas inclusivas (feminismo de Estado), más Estado de bienestar engaña-bobos, pero sobre todo defensa del
Estado nación español, y de sus pilares esenciales: Ejército, Monarquía,
Capitalismo, y adoctrinamiento democraticista brutal, de tal forma que ahí se concilie
toda la gama de ideologías del democraticismo burgués imperante, y cómo: inculcando
la carta magna en el conjunto de la población…desde
la niñez.
Lógicamente, todas las vendidas y
fechorías de Podemos en estos últimos
cuatro años no podían pasar desapercibidas, incluso para sus propios allegados,
y hoy tenemos un desgaste político y de credibilidad evidentes que está
haciendo que ese prometido “Titánic” se encuentre haciendo aguas por todos los
lados, y que su nivel de audiencia vaya bajando a niveles incluso insospechados
por los más pesimistas. Su conversión en “new-casta”, el espectáculo de sus
lucha fratricidas por el poder interno, y en particular, las políticas de
“ingeniería social” destinadas a destruir la cohesión social con las políticas
de género, de inmigración, eutanasia y demás aberraciones destinadas al proceso
de interés estratégico del Estado de exterminación de pueblos y culturas de la
península ibérica, están haciendo ya necesario que el propio Estado ponga en
circulación nuevas alternativas políticas destinadas a abarcar el conjunto de
espectro social, incluyendo a “masas descontentas”, con esta política
exterminacionista. Esta es la esencial del “fenómeno” de Vox[5]. Si
vemos su programa general, como
aquellas medidas “claves” que ha presentado[6],
además de su simpleza y tosquedad, en el fondo no es más que un intento de
“tapar” aquellos agujeros en forma de
crisis de credibilidad del Estado como consecuencia de la política
agresivamente antihumana puesta en práctica por la izquierda PSOE-Podemos.
Sabemos, por la experiencia histórica, en general, y particularmente por la
del propio Estado español, que a pesar de las estrategias diferenciadas entre
las elites que dan lugar a la Guerra Civil 1936-39, existe unidad histórica
entre las elites mandantes, pero no necesariamente estratégicas, y de ahí
surgen conflictos, que a veces son antagónicos y armados, pues dependen de las afinidades
ideológicas e interés internacionales diferenciados. Hoy observamos que los
partidos “escobas” del sistema, que van recogiendo los “flecos” no integrados
en los partidos-Estado, también
responden a interés estratégicos internacionales, según cada circunstancia. Ya
sabíamos de la financiación de Podemos
por la Venezuela “revolucionaria” de Maduro, de acuerdo a los intereses también
estratégicos de las superpotencias rusa y china, y además de la financiación
iraní, responsable de su implementación mediática. Ahora resulta que también
Vox se encuentra financiada internacionalmente por EEUU, a través de una
organización de “oposición” al régimen iraní (financiada y potenciada por los
EEUU), el llamado Consejo Nacional de la
Resistencia de Irán (CNRI), curiosamente fuerza marxista-islámica en sus orígenes[7].
Por todo ello, lejos de dejarnos confundir con “acontecimientos” políticos,
como la irrupción de Vox, que solo está sirviendo para mejora las expectativas
de éxito electoral del tándem PSOE-Podemos, la realidad que se esconde detrás es
la misma que la buscada con Podemos:
1) Favorecer la apariencia de cara a la galería y al circo mediático de que Vox
es una fuerza “radical” de “extrema derecha”, cuando en realidad es simplemente
el “ala derecha” del PP, defendiendo el marco constitucional monárquico, españolista
y capitalista como el que más[8].
2) Con la irrupción de Vox en el sistema partitocrático y parlamentarista, se da
credibilidad al sistema como prueba de que en este “puchero” todas las opciones
políticas tienen cabida. Y 3), Todas sus propuestas programáticas, salvo las clásicas
demagógicas destinadas a la “España profunda” de bandera, monarquía, toros y policía… y anti catalanismo y vasquismo,
por supuesto, no son más que “políticas de reacción”, según el modelo neonacionalista
de Trump, y que se inscriben en el marco de las medidas de racionalización del
Estado y del capitalismo en que está embarcado el bloque imperialista
occidental, en declive, para hacer frente a la inevitable expansión del gigante
imperialista chino.
Karlos Luckas (publicado en CONCIENCIA, LIBERTAD Y REVOLUCIÓN INTEGRAL)
https://karlosluckas.blogspot.com/2014/05/podemos-el-neo-populismo-izuierdo.html?q=Podemos. Y la serie: PODEMOS Y EL CAPITALISMO DEL FUTURO
[3]
https://www.abc.es/videos-espana/20120921/felipe-gonzalez-federalismo-solucion-1852583368001.html
[4] https://www.europapress.es/nacional/noticia-pedro-sanchez-cree-nacion-naciones-estaria-formada-menos-espana-cataluna-pais-vasco-galicia-20170905102821.html
[8] Al menos el falangismo de
José Antonio, como fascismo de los años 30 del siglo XX, era anti partido y
anti sistema parlamentario y, aunque ambiguamente, anti-monárquico.
Casa del Obispo Sancho Granado, esta obra se remonta al siglo XVIII, fue la casa del Obispo de Salamanca y, la única que pertenece al Casco Antiguo que en la actualidad sigue de pie. Su arquitectura es acorde a los diseños que adornan las calles de España. queverenz.com/europa/espana/arganda-del-rey/
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