El texto con una metodología sobre un ayuno de siete días de la doctora naturista Belén Igual Díaz, buena amiga, nos descubre las ventajas que esta práctica
ascética tiene para la salud del cuerpo. La abstención total de alimentos
sólidos durante ese tiempo proporciona a la persona una lucidez mental y un
afinamiento del conjunto de sus capacidades espirituales notable, además
de mejorar su estado general de salud y ayudar a curar diversas patologías y
enfermedades físicas, algunas incluso graves.
Los
bienes espirituales que proporciona el ayuno no son sólo los ya citados sino
muchos más. Fortalece la voluntad, al afirmar el dominio del espíritu sobre los
apetitos, haciendo de la persona un ser armónico y equilibrado en el que las
potencias del espíritu establecen relaciones de cooperación con las exigencias
corporales.
Esto
impide que se dé, como suele suceder, una dictadura de la parte sensual
sobre la volitiva, lo que es fomentado por la sociedad de consumo, y por todo
el sistema actual de poder y dominación, que tiende a convertir al sujeto
en un ser puramente zoológico, esclavo de sus apetitos.
El
autodominio de sí es un gran bien. Y, por el contrario, la gula y
zamponería son un descomunal mal, no sólo ni principalmente físico sino
sobre todo espiritual.
Quien
pone el acento en las satisfacciones fisiológicas está destruyendo en el
interior de sí las potencias del espíritu, al no dejar a éstas manifestarse. La
restricción de lo carnal y físico, que debe ser diaria pero que ha de
expresarse con especial intensidad en los periodos de ayuno, es precondición de
una vida rica en bienes y valores espirituales, nuestra parte verdaderamente
humana.
Frente
a la sinrazón de la sociedad de consumo y a la perversidad de los ideólogos
izquierdistas, que consideran que el supremo bien es el hartazgo del vientre,
tenemos que ir creando una cultura humana y espiritual, en que las
prácticas ascéticas, dirigidas a afinar la voluntad y a dotar de mayor
penetración y lucidez a todas las funciones del alma, sean algo habitual.
En
efecto, el ayuno de siete días requiere supervisión médica pero el de tres días
se puede hacer de manera habitual, sin tomar tales precauciones caso de que la
persona que se decida a hacerlo tenga una salud normal.
Más
adelante podremos tratar de otras prácticas ascéticas, además del ayunar, que
robustezcan nuestra voluntad, nos independicen de las cosas materiales, nos
endurezcan como personas y nos preparen en lo mental y corporal para las
grandes pruebas, políticas y personales, que la vida nos depare.
Ayunar
es poner límites al hedonismo, recuperar las experiencias severas y
difíciles, negarse a vivir para la sensualidad, elevarnos sobre nosotros
mismos, decir no a lo más esencial de la cosmovisión burguesa y de la
izquierda, que reducen al ser humano a su parte zoológica y además dañan a ésta
al obligarla a ponerse en función de las exigencias del capital en la era del
consumo de masas.
Tenemos
que sustituir el enfoque racionalista y cientifista de la existencia, que
sólo pone el acento en el comprender (a menudo sinónimo de estar bien
adoctrinado) por la concepción clásica, propia de la cultura occidental, que
considera que la virtud es a la vez intelectual y moral. Eso significa que
además del entendimiento es necesario ejercitar el resto de las funciones del
espíritu, como es la voluntad, el autodominio, la renuncia consciente a lo material
para fortalecer lo espiritual.
La
revolución integral requiere del ascetismo, del rigor, de la autoexigencia, del
esfuerzo, del saber decir no a lo que nos disminuye, apoltrona, debilita y
envilece. Por eso estar siete días diciendo no a los alimentos es un ejercicio
tan magnífico como revolucionario.
Son
siete días de elevación espiritual, de recuperación de lo que el par
Estado-capital desea por encima de todo arrebatarnos y expropiarnos, nuestra
capacidad de ser seres humanos.
¡Os deseo un buen ayuno, amigas y amigos!
Félix
Rodrigo Mora
ANEXO:
A la vista del
interés que ha despertado esta nota sobre el ayuno, para aquellos que tengan
interés en profundizar sobre sus aspectos terapéuticos les remito una serie de
enlaces en los cuales se aporta una exhaustiva información e indicaciones de
tratamientos, que espero sirvan de alguna utilidad.