La fotografía en que aparece la
vicepresidenta del actual gobierno de izquierdas y conocida feminazi, Carmen
Calvo, tocada festivamente con un tricornio que había tomado de una guardia
civil próxima, enseña muchísimo sobre la realidad política, la naturaleza real
del feminismo y los planes estratégicos del gran capitalismo español, el Estado
y la Unión Europea. Máxima porque esa mujer forma parte de un gobierno que,
autocalificándose de “feminista”, se
caracteriza por su corrupción, incompetencia, elevados nivel económico de sus
integrantes (chalés millonarios, etc.), ignorancia, mentiras, desvergüenza,
despotismo e inmoralidad.
Carmen
Calvo, además de fascio-feminista, es una mujer venal, implicada en el desfalco
de los ERE de Andalucía, la mayor corruptela del actual sistema partitocrático
hasta el presente, efectuada por la izquierda. Su feminismo es agresión
permanente a los hombres pero sobre todo a las mujeres. Especialista en la
persecución de la libertad sexual, por tanto de la libertad sexual de las
mujeres, es una de las jerarcas de la Brigada Erótico-Sexual, que desempeña
respecto a lo amatorio y libidinal hetero la misma función que la Brigada
Político-Social franquista tuvo para con la oposición a la dictadura. Un de las
atrocidades de dicha Brigada es la denominada “educación sexual” realizada en
colegios e institutos con “la ideología de género” como contenido. Es propio de
los totalitarismos el adoctrinamiento de la infancia y la juventud. En ello se
manifiesta también el paso del Estado liberal y constitucional al Estado
fascista pues mientras el primero se declara “neutral” en lo ideológico el
segundo se hace beligerante ideológicamente. Así se está realizando lo que el
nazi español Ramiro Ledesma Ramos denominó “la
conquista del Estado” por el fascio, hoy por el neo-fascio feminista, LGTBI
y “de género”.