jueves, 15 de agosto de 2013

RECUPERARNOS COMO SERES HUMANOS (Parte Segunda)


En el pasado el sistema de dominación operaba sobre todo por represión simple. Su actividad consistía en contener y constreñir los impulsos del ser humano hacia la libertad, el bien, la virtud, la verdad y la autorrealización. Hoy actúa de manera diferente. Va a la raíz de su problema, el enfrentamiento con el pueblo y con el individuo, buscando demoler y aniquilar lo humano, dejando a la persona y a la sociedad civil en un estado tal de inhabilidad, debilidad y degradación que ya no sea capaz de ofrecer ninguna o casi ninguna resistencia. Para ello se ha dotado de nuevos y muy poderosos instrumentos, proporcionados por el crecimiento constante del ente estatal, de naturaleza económica, política, tecnológica, funcionarial y otros.
        
En consecuencia, se necesita reconstruir al individuo si se desea realizar un cambio social suficiente, tal como el que preconiza el proyecto y programa de revolución integral. Al mismo tiempo, restaurar y rehacer al sujeto es necesario y bueno por sí mismo, con independencia de sus consecuencias políticas y sociales. Es, pues, una tarea que tiene una doble meta.
        
Lo que no puede dudarse, tras la experiencia de los últimos cien años, es que las propuestas politicistas y economicistas son impotentes incluso para realizar las metas que se proponen. Por supuesto, no menos impotentes son las formulaciones espiritualistas y eticistas. Unas y otras fragmentan al ser humano, lo tratan como una parte de sí ignorándole en tanto que totalidad, niegan su complejidad y, en definitiva, contribuyen a su frustración, desarticulación y envilecimiento, en cooperación con el poder constituido
        
La construcción prepolítica del ser humano es, por lo expuesto, tarea decisiva.
        
Todavía no tenemos, ni mucho menos, un proyecto suficiente de recuperación del sujeto, lo que impide ofrecer una interpretación de conjunto de esta fundamental cuestión, pero si podemos ir avanzando algunas formulaciones.
        
La noción de espiritualidad natural registra, ordena y recoge lo que de manera indudable es la parte trascendente de la persona, con el fin de cultivar luego cada uno de los atributos que la conforman, realizando su desarrollo y robustecimiento. Las sociedades del pasado han tenido siempre sistemas de ideas y de hábitos sobre la construcción de la persona pero la nuestra carece de ellos, lo que evidencia que busca su aniquilación. Hoy al sujeto se le adiestra y amaestra en habilidades técnicas y saberes productivos pero como ser humano no se le aporta nada positivo, sólo pulsiones perversas, paquetes inmensos de vicios, mutilaciones sin cuento e impulsos autodestructivos. Por eso existe como ser para el mal y ser nada.
        
El verano, agosto sobre todo, es tiempo de hiper-degradación y embrutecimiento pero también puede ser época de reflexión, de retirada al interior de uno mismo, de análisis y balance de la propia trayectoria vital. En agosto podemos comenzar a renacer y llegar a ser lo que no somos pero pretendemos ser.
        
Examinemos 8 prácticas sencillas con que podemos iniciarnos en la recuperación de la esencia concreta humana fomentando la espiritualidad natural, válida para mujeres y varones.
        
Conversar. El lenguaje es parte fundamental de nuestra vida psíquica. Antaño se enseñaba retórica y oratoria, y se tenía por atributo de la persona bien formada el dominar el buen hablar. Ahora, en la edad de las multitudes mudas y las pantallas, del lenguaje funcional, los latiguillos “graciosos” y los tacos, eso está perdido. Se trata de recuperarlo, a partir de una añoranza de los tiempos idos, en que la conversación era a la vez información, reflexión, comunicación, ocio y afectuosidad. Un léxico vivo y rico[1], una autoexigencia de hablar bien, un cierto gusto por la elegancia, un saber escuchar, un admirar en el otro el dominio de esta maestría es imprescindible. Aquí la poesía puede ayudarnos mucho. Hay que, como ejercicio personal, leerla regularmente, aprenderla de memoria, recitarla, quedarse prendado de su magia, musicalidad, intensidad y belleza. Hay que emocionarse con ella, y quien se sienta capaz tiene que escribirla, y luego difundirla. La salvación de la humanidad, si es todavía posible, será obra de la poesía, porque la revolución integral es, a fin de cuentas, poesía en actos. Antaño se aprendía a hablar bien escuchando al pueblo, ahora como el pueblo ya no existe, dado que se ha degradado a populacho devoto del Estado de bienestar, esta tarea se ha vuelto casi imposible.
        
Mirar. Para ver hay que mirar, y ésta es una experiencia humana no fácil. El sujeto solipsista, autista y egocéntrico, que vegeta sepultado en sí mismo, no sabe mirar y no logra ver lo que está ahí, a su lado y junto a él. Abrir los ojos a los demás, a las cosas y al mundo, para sentirse parte del todo y establecer lazos de conocimiento, afecto y servicio, es un quehacer de primera significación. El avieso sistema de dominación nos hace ciegos para que todas nuestras ideas, y en consecuencia todo nuestro hacer, este dirigido por los amos de la propaganda y la comunicación. “Vemos” a través de ellos, lo que equivale a decir que habitamos en la oscuridad, la mentira y la opresión. Necesitamos aprender a mirar para recuperar nuestra autonomía psíquica, para pensar y sentir por nosotros mismos, para percibir el mundo como es y no como nos dicen que es. Ver y mirar, con nuestros ojos no con los de los publicitarios, inventores de teorías, profesores-funcionarios, políticos “emancipadores”, vendedores de utopías, artistas “geniales”, socialdemócratas radicalizados o no y demás fauna nadificadora es una actividad que puede y debe aprenderse. Sólo basta proponérselo.
        
Silencio. En el silencio nos reconstruimos, también porque es soledad y la persona ha de realizar por sí misma, sin ayuda (aunque quizá con una guía inicial), las tareas más decisivas. En silencio y sola: esa es una magnifica situación. Del silencio extraeremos conocimiento, y de la soledad calidad para, entre otras muchas capacidades, ser sociables, serviciales, corteses y afectuosos. Estar en silencio es estar sin ningún tipo de ruido. Un libro es ruidoso, una pantalla es muy ruidosa. Solos es estar con nosotros mismos, en un fecundo diálogo del yo con el yo, a veces agradable, a veces doloroso, con la atención dirigida hacia el interior de sí[2]. En silencio, sin hacer nada supuestamente práctico, reflexionando, fortaleciéndose, sintiendo el fluir de la vida psíquica propia, siendo desde sí mismo y por sí mismo. Pasear, mirar por una ventana, atisbar el horizonte, contemplar un paisaje, estar tumbado, inactivo el cuerpo pero en movimiento la mente. Necesitamos cada cierto tiempo una terapia de silencio, entendido como operación de recomposición, restauración y reconstrucción. Porque el silencio nos hace más sabios, más fuertes, más auténticos, más valerosos, más briosos, mas sociables.
        
Belleza. El mundo de la modernidad es de una fealdad infinita, y nuestras vidas son una existencia lúgubre que tiene lugar en inmensos vertederos, pudrideros y cloacas. Dado que todo en aquél, comenzando por el arte contemporáneo (ese engendro que los mercaderes y los altos funcionarios llaman arte), ha renunciado a la belleza[3], es el momento de que la reivindiquemos y hagamos nuestra. Hagamos que presida nuestras vidas, que éstas tengan como meta un ideal de elevación, magnificencia y perfección, que nosotros mismos en tanto que seres humanos nos reconstruyamos como obra de arte que se ofrece a los demás sin pedir nada a cambio, solo por amor. Estetizar la vida: he ahí una gran meta. En esta descomunal avalancha de suciedad, zafiedad, mugre y mediocridad que hoy se ha hecho la existencia hemos de lograr que nuestro actuar aporte ese plus mínimo de belleza que necesita el ser humano para realizarse como tal. La belleza ha de estar en la palabra, en el gesto, en el pensamiento, en los quehaceres, en las cosas cotidianas y pequeñas, en las cosas grandes y decisivas. Con tal auto-exigencia nos haremos mejores, mucho mejores.
        
Esfuerzo. Hagámonos un proyecto y un plan para que todo, o al menos lo más importante, en nosotros sea un obrar esforzado, épico y magnífico. Busquemos lo difícil y desdeñemos lo fácil. Atrevámonos con lo arduo, lo arriesgado y lo peligroso. No cedamos en esto. Vivir es esforzarse y el esfuerzo nos proporciona la única manera de no desaprovechar y dilapidar nuestras vidas. Exígete, fuérzate a ti mismo, extenúate al servicio del bien, la virtud y la revolución. Libremos batallas victoriosas, una tras otra, contra la pereza, la desidia, la cobardía, la depresión, la debilidad, la autocomplacencia, el victimismo, la irresponsabilidad, el “ya es suficiente”. El hábito del esfuerzo es el fundamento de la libertad personal, pues quien lo posee es libre de manera real, sólida y múltiple, dado que la libertad positiva en su esencia es capacidad para hacer. El fundamento de la virtud es la fortaleza del ánimo, y también la fortaleza del cuerpo, pues sólo los fuertes son o pueden ser virtuosos. Y, al final, esforcémonos también en descansar, incluso si no nos gusta hacerlo, porque dicho está, “el espíritu está pronto pero la carne es flaca”.
        
Pensar. No basta con las virtudes morales, también son inexcusables las virtudes intelectuales. El pensamiento tiene por meta la reconstrucción exacta y rigurosa del ser en cuanto es y existe por sí, de lo real en tanto que real, con exclusión de toda forma de arbitrariedad, subjetivismo o deformación[4]. Es un ejercicio de severidad por el cual se parte de la experiencia y sólo de ella, de los hechos y nada más que de los hechos, para conocer lo que está fuera y para conocernos a nosotros mismos. Pensar no es fantasear, no es elucubrar, no es divagar, es un ascetismo puro, estricto y terrible de la mente que se dirige a captar lo real experiencial para lograr ese gran bien que se llama verdad. Pensar es, en su primera fase, liberarse de teorías, limpiar la mente de apriorismos, rechazar los axiomas, no admitir ninguna interpretación sin un sólido fundamento fáctico. Con esa mente vaciada de alucinaciones, emancipada de aleccionamientos, librada de impuestas imágenes externas, se realiza luego el proceso esencial de mirar con método, rigor, energía y coraje lo real hasta que comencemos a comprender su naturaleza objetiva y su lógica interior. Pensar es un acto emancipador de un potencial ilimitado, y cualquiera puede dominar el arte de pensar si se adiestra en hacerlo. Pensar es un actuar en soledad que nos hace uno con el universo.
        
Sufrir. Quienes ofrecen la utopía de un mundo sin sufrimiento son enemigos del género humano, porque es imposible reconstruirse como personas sin que el dolor nos moldee, mejore y purifique[5]. Él nos otorga una parte sustantiva de la sabiduría necesaria, que no puede lograrse de ninguna otra manera; él nos hace madurar como personas, lo que es decisivo en un tiempo de general infantilización. Los mercaderes de felicidad[6] son quienes convierten el hecho de padecer, que forma parte de la vida de manera inerradicable, en algo en exceso doloroso, pues el sufrimiento aceptado suele ser menor mientras que el sufrimiento inaceptado se hace una experiencia aterradora. Los filósofos cínicos exhortaban, con su habitual lucidez, a acostumbrarse a todas las formas de penar y padecer. El dolor nos proporciona asimismo la virtud de la fortaleza, que es la base común de todas las virtudes. Por tanto, no huyamos del sufrimiento con significado y sentido, integrémoslo en nuestras vidas, hagamos de él un viejo conocido, con el que convivimos, a ratos en armonía y a ratos en desarmonía.
        
Desdeñar. Desdeñar, ¿qué? En efecto, vivir es saber qué apreciar y qué no apreciar, qué admitir y qué repudiar. Los bienes materiales, más allá de un límite, son negativos, son una forma de mal. Con ellos nos dominan y nos hacen subhumanos, ese es el meollo de la sociedad de consumo. Por tanto, digamos no al hedonismo cosista y vivamos con lo mínimo. Los adoradores de las cosas, de la riqueza física, son entes sensuales, sensoriales, lamentables criaturas que sólo utilizan una parte de los atributos de lo humano, los sentidos[7]. Seamos nosotros seres integrales y no brutos encanallados, con voluntad ascética y auto-respeto. Pero en el desdén no incluyamos al cuerpo, que ha de ser tratado como realidad perfeccionable, tanto como el espíritu, pasando de la grasa al músculo, de la debilidad culpable que otorga la pereza a la fortaleza autoconstruida que da el ejercitarse. Tampoco al Eros, porque hasta en sus manifestaciones más inferiores suele tener siempre algún átomo de amor, aproximando a los seres humanos y ahuyentando el gran mal del aislamiento y la vida solitaria, que no es humana, pues la naturaleza nos ha hecho para la convivencia, la amistad, los encuentros eróticos, la mutua ayuda y el amor universal a los iguales. El Eros contribuye a elevarnos a una dimensión nueva, la del nosotros, sin dejar de ser individualidades. Si el existir no es al mismo tiempo yo y nosotros no es humano.
        
Tener una rica vida interior, gozar de vitalidad espiritual, ir más allá de una existencia inferior y meramente zoológica, volcada en las cosas y en los placeres supuestos o reales que otorgan las cosas materiales, es la propuesta que aquí se formula, dirigida igualmente a las mujeres y a los hombres. Hagamos de la relación con los seres humanos y de la relación con nosotros mismos lo fundamental. Los humanos son lo más valioso, muy por delante del dinero, del placer, de los objetos técnicos y de las cosas materiales, y si nos atrevemos a encaminar nuestras vidas hacia ellos estaremos siendo y existiendo de la mejor manera posible.



[1] Arguye Longino, en “Sobre lo sublime”, que “la elección de las palabras justas y elevadas atrae… y fascina al auditorio… y comunica a los hechos algo así como un alma parlante”. Precioso.
[2] Expone Huanchu Daoren, en “Retorno a los orígenes. Reflexiones sobre el tao”, que “entrada la noche, cuando todo el mundo descansa, siéntate en soledad, observa dentro de tu mente; percibirás entonces como desaparece la ilusión y aparece la realidad”. Exacto.
[3] Es imposible resistirse a citar aquí la definición de belleza que ofrece E. Burke en “De lo sublime y de lo bello”, “por belleza entiendo aquella cualidad o aquellas cualidades de los cuerpos por las que éstos causan amor, o alguna pasión parecida a él”. Magnifico.
[4] Advierte John Locke que “la mejor manera de llegar a la verdad es examinar las cosas tal y como realmente son, y no concluyendo que son según las imaginamos nosotros mismos, o según otros nos han enseñado a imaginarlas”, en “Ensayo sobre el entendimiento humano”. Añade que “todo razonar es búsqueda y es mirar en torno”. En efecto, mirar es cardinal, lo que exige aprender a mirar.
[5] Por eso advierte Séneca, “júzgote por desgraciado si nunca lo fuiste”, queriendo comunicar con ello que quienes han transcurrido sus días sin graves dificultades, pesares y dolores son sujetos de inferior calidad, pues no han sido afinados, robustecidos y elevados por el sufrimiento.
[6] Jenofonte, en “Recuerdos de Sócrates”, al referirse al héroe cínico por excelencia, Heracles, para el cual el supremo bien es la virtud, que se logra con la abstención de los placeres sensoriales, el desentendimiento de la noción de felicidad y el esfuerzo continuado, expone la concepción del mundo de aquél en una frase bien impactante, “mis amigos me llaman Felicidad, pero los que me odian, para denigrarme, me llaman Maldad”.
[7] Se lee en “Los Deberes”, de Cicerón, “la Naturaleza no nos ha traído a este mundo para las diversiones y los placeres, sino para llevar una vida laboriosa y para atender a ocupaciones graves e importantes”. Como la revolución integral y la autoconstrucción del sujeto, es pertinente añadir.

DIADA 2013: LA REVOLUCIÓ INTEGRAL ÉS EL MARC NECESSARI DE L'ALLIBERAMENT NACIONAL DE CATALUNYA



Ja fa més d'un any que el govern de la Generalitat i els seus aliats al Parlament estan promovent la política del "dret a decidir", que presenten enganyosament com a sinònim de l'exercici del dret d'autodeterminació pel poble català. Això, suposadament, portarà a la constitució d'un "Estat català" i a la independència.

Amb aquesta finalitat, a través de contínues campanyes mediàtiques de caràcter adoctrinador han constituït un catalanisme tant sorollós com degradat, avui reduït a poc més que el Barça i la botifarra, amb arraconament progressiu de les qüestions més decisives de la cultura, la història, la idiosincràsia i la llengua nacional. L'amor, el coneixement, l'emoció i la passió per la terra catalana estan sent substituïdes per estats de consciència cada dia més carrinclons i simplificats, més banals, sòrdids i insubstancials. No hi ha debat profund, seriós i responsable, tot consisteix a cridar consignes.

CiU i ERC han aconseguit que el poble delegui en ells les tasques de l'alliberament nacional, pel que està passiu i a l'expectativa, obrant com una gran comparsa que surt al carrer quant se li mana, i que creu que una simple votació, el famós referèndum, serà la solució. Això, per si mateix, ja és una catàstrofe política.

Així les coses a la Diada cal exposar d'una manera realista i argumentada la qüestió de l'alliberament nacional, deixant de costat la demagògia i el simplisme.

Catalunya és una comunitat humana singular i diferenciada d'Espanya i França, amb una història mil·lenària, molt rica en continguts, una llengua i una cultura pròpies. Està legitimada a governar-se per si mateixa, a assolir la sobirania com a poble a través de l'exercici del dret d'autodeterminació fins a la independència.

L'any transcorregut des de la Diada de 2012 ha posat en clar moltes qüestions. Una, decisiva, és que la gran patronal "catalana" es nega a donar suport a tot procés independentista. És lògic, ja que avui no hi ha una gran burgesia catalana, perquè ja fa molt que es va fusionar amb l'espanyola, amb la qual forma una classe social unificada que té a l'Estat espanyol com a propi. Això significa que el poder del diner està contra l'alliberament nacional i que aquesta ha d'aconseguir-se contra ell.

Atès que el gran capital és espanyol, l'alliberament nacional de Catalunya únicament pot tenir lloc en el marc d'una gran acció anticapitalista com la que preconitza en el seu projecte i programa la revolució integral.

La Unió Europea rebutja el que anomena "secessió" de Catalunya, i el mateix fa l'ONU, l'OTAN i altres organismes internacionals. Cap potència exterior dóna suport al poble català. França s'oposa amb totes les seves forces ja que és part interessada. El capital multinacional està en contra. Per descomptat, l'Estat espanyol, especialment l'exèrcit, l'aparell policial, el poder judicial, la gran banca, el poder mediàtic i el sistema acadèmic, es declaren a favor de "la unitat d'Espanya" en les condicions que estableix la Constitució espanyola vigent, de 1978, que va ser redactada i imposada al seu dia pels que ara es diuen "independentistes", en particular per CiU.

Només la "classe política" fa seu el procés que portarà, diu, a la constitució d'un "Estat català". Però tant  ERC com CiU no són forces amb entitat pròpia. Estan costejades per l'Estat espanyol (no s'oblidi això), conforme al sistema vigent de finançament dels partits polítics. Operen des d'una institució, la Generalitat, que forma part de l'ordenament juridico-polític espanyol. Ingressen enormes sumes, per vies legals i il·legals, de la gran patronal, que és igualment espanyola.

En conseqüència, seguiran rebent diners mentre serveixin els interessos de qui els financen. En altres condicions tan sols caldria retirar-los el suport econòmic perquè desapareguin. Atès que tals forces estan constituïdes per un àvid i cobdiciós funcionariat que desitja, per damunt de qualsevol altra cosa, seguir cobrant tots els mesos, la mera amenaça de quedar-se sense les descomunals prebendes de què gaudeixen els apagarà els seus (fingits) ardors patriòtics ...

ERC sobretot, que és qui porta més lluny la demagògia, amenaça Madrid amb fer una "declaració d'independència". Sí, però quin significat tindria? En realitat cap: l'Estat espanyol no la reconeixeria i aquí s'acabaria tot. És infantil no comprendre que l'alliberament nacional és una qüestió de sobirania i no de xerrameca, i que la sobirania es realitza a través d'instruments de poder popular-nacional, de forces socials mobilitzades i institucions emergents aptes per disputar l'Estat opressor (l'espanyol en aquest cas, sense oblidar al francès) la capacitat real, pràctica, de manar, això és, d'ordenar i prohibir.


El mateix succeiria en cas que s'arribés a celebrar el referèndum. Fos quin fos el seu resultat, l'Estat espanyol ho declararia il·legal, en ser aliè a l'ordre constitucional actual, i punt final. En les actuals condicions, quan les classes populars estan desmobilitzades, degut a que l'anomenat "projecte sobiranista" és rotundament reaccionari, per institucional i partitocràtic, per capitalista i estatal, no hi ha cap possibilitat que es doni una resposta popular capaç de, des del carrer, anar disputant a l'Estat espanyol la sobirania pas a pas i lloc a lloc.


Però amb quasi total seguretat, no hi haurà referèndum, perquè els que financen i, per tant, dominen i dirigeixen a CiU i a ERC pararan el procés en algun moment, deixant en ridícul als que ara, en la seva ingenuïtat, es prenen seriosament les maniobres i la xerrameca mercenària dels polítics professionals del Parlament. Això succeirà en un parell d'anys, probablement, temps que usaran per triturar la consciència nacional catalana per mitjà de la confusió, la degradació dels continguts, el delegacionisme i la demagògia, creant una desmobilització popular gegantina, que sembrarà (ho està fent ja) el conformisme i l'apatia per desenis[1].

 Aquesta és la veritable meta de l'operació que estan portant endavant CiU i ERC: destruir la capacitat de reflexió, compromís, mobilització i acció del poble català. Per això els finança l'Estat espanyol i el gran capital espanyol. Aquells dos partits, i els organismes "independentistes" que han generat, només volen que Madrid els lliuri més diners per seguir complint la seva tasca de sempre, és a dir, controlar el poble català, debilitar i mantenir dins d'Espanya.


Les classes populars també tenen una gran responsabilitat en el que està passant, que és molt greu. No són només "víctimes" sinó alhora co-autors de la mascarada. L'alliberament nacional no és una cosa que es pugui adquirir a les rebaixes d'uns grans magatzems, no és un bé que es vagi a assolir a base de marxes festives, manifestacions divertides i votacions còmodes. Si el poble no està disposat a lluitar dur i durant molt de temps, a sacrificar-se, a patir, no hi haurà resultats: els camins fàcils no porten lluny. Quan, en uns anys, quedi al descobert el rerefons de l'operació ningú podrà dir "ens van enganyar". No, el que hauran de dir és: ens vam auto-enganyar, ens vam deixar manipular, vam ser responsables i culpables. Però ara encara pot posar-se remei al mal...

Que la caricatura "independentista" l'estiguin portant endavant els partits polítics i el Parlament manifesta una vegada més el funest d'uns i altres. Per això, i per més raons, cal rebutjar el sistema partitocràtic i parlamentari en totes les seves manifestacions, perquè és un règim de dictadura política sobre el poble. Per això un punt decisiu del projecte de revolució integral és crear un sistema d'autogovern popular i nacional constituït per una gran xarxa d'assemblees populars sobiranes. Només l'auto-organització en assemblees pot disputar la sobirania a l'Estat espanyol, enfront de l'elitisme institucional del trampós "independentisme" partitocràtic.

Cal tornar al més propi de la tradició política catalana, el règim de consell obert, el sistema d'autogovern sobirà per assemblees que va ser essencial fins que la revolució liberal espanyola, la Constitució espanyola de 1812 i les seves continuadores, la burgesia catalana, els partits polítics i el franquisme el van destruir. No pot haver alliberament nacional i construcció nacional sense el retorn, en les condicions del segle XXI, al règim de consell obert. En ell l'essència del poble català es retroba a si mateixa.
  
Què es pot dir dels que presumeixen de "patriotes" al mateix temps que amaguen el més genuí de la història de Catalunya, el règim de participació de totes i tots en la vida política per mitjà d'assemblees? La burgesia catalana primer, i ara la partitocràcia catalana, així com els historiadors i la intel·lectualitat a les seves ordres, han fet un esforç terrible durant dos segles per esborrar de la memòria del poble el record de les assemblees populars catalanes[2]. Però no ho han d'assolir perquè el projecte, idea i programa de revolució integral per a Catalunya situa en el primer punt de l'ordenament polític que preconitza el sistema d'autogovern popular assembleari, el règim de consell obert.


El projecte de revolució integral a Catalunya unifica tradició i canvi revolucionari, integrant passat i futur, fusionant la veritat de la història amb l'impuls per crear una nova Catalunya, sense dominació espanyola ni francesa, sense gran capital, sense ens estatal, sense polítics professionals ni partits polítics totalitaris, amb llibertat de consciència, política i civil, amb la llengua, la història i la cultura nacional restaurades i desenvolupades.

Crear un "Estat català" és avui impossible. Però encara que ho fos, no és una meta desitjable, ja que l'Estat és un instrument de dominació de les elits sobre el poble, al qual a més explota a través del sistema tributari. Un Estat català seria la negació de la llibertat, igual que avui ho és l'Estat espanyol. És el poble, la gent del carrer, no l'Estat, aquest o l'altre, el decisiu.

L'alliberament nacional de Catalunya únicament serà possible en el marc d'un gran procés de revolució integral, ja que només aquest és capaç de desarticular l'Estat espanyol i desmuntar el gran capitalisme. Per això els qui ara aposten pel reformisme i el parlamentarisme s'equivoquen[3].

Que la de 2013 sigui una Diada revolucionària i per això mateix autènticament popular i nacional.

Félix Rodrigo Mora
agost 2013


[1] El 15-M semblava, al principi, una mica grandiós, també a Catalunya. En dos anys ha quedat provat que ha estat una intervenció política per sembrar la desmobilització, l'apatia i la confusió, i d'ell amb prou feines queda res. Els planificadors que fan a Madrid la gran política d'Estat són cada dia més hàbils. Ara estan centrats a destruir al poble català.
[2] La destrucció de la memòria popular catalana ha estat realitzada amb tan perversa eficàcia que cal acudir a autors espanyols, a textos en castellà, per assabentar-se que a Catalunya van existir les assemblees populars locals, que el consell obert va ser una realitat magnífica. Així s'exposa en el llibre "Democracia directa municipal. Concejos i cabildos abiertos", d'Enrique Orduña Rebollo, i en altres d'aquest autor. Per ell ens assabentem que la pràctica del consell obert era "habitual" sobretot als pobles de Lleida i Girona, tot i que operava a tot Catalunya, estant "molt arrelada en els municipis rurals".
[3] Per això erren les CUP, amb el seu programa no-revolucionari, socialdemòcrata, d'apologia de les religions polítiques, parlamentarista, que trenca la relació lògica existent entre revolució i alliberament nacional, que parla d'assemblees però està al Parlament, que desconeix les realitats del segle XXI i continua amb una política antiquada, de fa mig segle, que no és capaç de fer front a la letal operació política de CiU-ERC. Es necessita un gran debat dins de les CUP. Mentre la decisiva noció i proposta de revolució no estigui en el centre del seu programa i projecte seran una força del sistema, a més d'un projecte marginal i anodí.

sábado, 10 de agosto de 2013

RECUPERARNOS COMO SERES HUMANOS (Parte Primera)


El mes de agosto es, posiblemente, el más funesto de todos para mantenernos como lo que somos, seres humanos integrales que han de autoconstruirse con grandeza, virtud, generosidad, fortaleza y elevación.
        
Era una tarde de agosto cuando llegué, de manera casual, a un pequeño pueblo de la España profunda. Hacía un calor aterrador. Los alrededores eran una combinación muy árida de marrón, del suelo, y amarillo, del rastrojo. No había un árbol y no había nadie en las calles. Investigué un poco y averigüé que tras levantarse de la siesta casi todo el mundo se había ido a la piscina municipal, enorme, feísima y pestilente a cloro, a “disfrutar”. Pregunté a la gente mayor y me dijeron que antaño el pueblo tuvo un hermoso y verde cinturón de huertas que le embellecía, alimentaba y refrescaba, y que el personal se esforzaba, esto es, trabajaba con sus manos, en verano.
        
Eso era antes. Ahora la vida es otra: pasar el día en la piscina, comer y beber sin medida, no hacer el menor esfuerzo por nada ni por nadie, emborracharse por las noches en la discoteca, acostarse de madrugada, levantase a media mañana, vaguear un rato, mirar la televisión y las otras pantallas, zampar algún producto-basura, dormir la siesta, zangolotear de allá para acá con los coches, discutir y pelearse entre sí, retornar a la piscina y recomenzar el ciclo. Cierto es que una minoría no se manifiesta así, en particular entre la gente de más edad, pero la gran mayoría no tiene otra meta que llevar una vida de supuestos placeres sensoriales y zoológicos, bajo el amparo del Estado de Bienestar, el nuevo tótem benéfico y redentor, al que se dirige sin tregua los mantras conocidos, “dame, dame, dame” y “más, más, más”.
        
Se trata de recibirlo todo de arriba y de no hacer ni saber hacer nada por sí mismos.
        
Un detalle básico me lo refirió burlonamente una anciana. En la piscina todas y todos se orinan, de manera que el colmo de la dicha y la felicidad hiper-modernas es bañarse en “los meaos” (la doña dixit) comunitarios… Me dijo, también, que el agua de la mega-piscina municipal debe usarse para regar huertos, no para que la gente se hiciera holgazana, parasitaria, ignorante y tonta estando todo el día en remojo, como si fueran bacalao puesto a desalar. Pobre mujer, ¡qué antigua! Tanto que hasta tiene un huertecillo con tomates, pimientos, judías verdes y berenjenas (éstas las guisa y conserva a la manera de Almagro, riquísimas), el único que queda en el pueblo, y que con mucho gusto visité.
        
Por fin una persona cuerda en un mundo de orates, fanáticos y adoctrinados. Esta mujer es tan de otro tiempo que “no echa química” a sus hortalizas, las saca adelante a ojo, por pura sabiduría popular de la buena. Me dice que ya nadie menor de 60 años sabe llevar un huerto en el pueblo. Ahora todo se compra pues nada se cultiva, lo contribuye a hacer al individuo al mismo tiempo inútil para el bien, perezoso, insociable y superlativamente codicioso.
        
Hace 50 años ese pueblo producía en torno al 70% de lo que consumía, hoy no llega al 1%. Vive de las pensiones y los subsidios, del cereal (cebada), con algo de olivar y ovino. En agosto triplica su población. Aunque predomina ampliamente la pequeña y mediana propiedad, casi nadie quiere esforzarse por nada, todos desean vivir en la holganza, deliciosamente, en verano zambulléndose en la piscina-mingitorio y en invierno viendo televisión unas 10 horas diarias, en casas bien provistas de calefacción, en donde se encierran para escapar del frío, sin convivencia, sin apenas relaciones de vecindad, de espaldas los unos a los otros, sin amor mutuo. Antes esto era, también, muy diferente.
        
Agosto es también el mes de las terrazas y las raciones. Vemos a multitudes embaulando aperitivos y trasegando cerveza con caras de porcina satisfacción, como si no hubieran comido o bebido en su vida. Todo ya se reduce a la pitanza. Una vez que las funciones del espíritu, del eros y de la vida relacional se han esfumado nos queda el estómago. Por él nos definimos y nos realizamos. Los arrastrapancartas intiman a las gentes a que hagan de su tubo digestivo lo único con significación, por lo que estamos en las 3.300 calorías por persona y día, cuando basta con 2.700. En agosto posiblemente nos aproximemos a las 3.600.
        
Una vez escuché a una chica que no conocía hablar exaltadamente de las delicias de tomarse “unas cañitas” de cerveza sentada en una terraza, acompañadas de raciones. Lo presentaba como una experiencia mística, algo dotado de una significación maravillosa y trascendente. Desolado al constatar hasta dónde puede el ser humano envilecerse pensé para mí que sólo una o un militante del “partido del estómago” es capaz de proferir tales chocarrerías. Y acerté. Éste es el principal introductor del hedonismo burgués en las clases populares.
        
La cosa está clara: las clases populares se emancipan comiendo y bebiendo, acumulando grasas y colesterol, no esforzándose por nada y delegándolo todo, mirando la televisión muchas horas diarias, sepultándose psíquicamente en la Red, contemplando sin tregua las pantallas de los móviles, siendo de una ignorancia y asocialidad descomunales y zambulléndose en piscinas ricas en pis. En eso se concreta ahora el materialismo dialéctico y el materialismo histórico. Quien no lo comprenda así es un reaccionario, un agente de la patronal, un vendido a la derecha, o peor aún, un clerical que se opone a que los goces que antes eran patrimonio de las clases altas hayan llegado ¡por fin! a los trabajadores en esta “democracia” maravillosa, que será perfecta cuando sea republicana, igual que Francia, Portugal o Italia, como resultado de ese “proceso constituyente” que ya exigen nuestros emancipadores de oficio.
        
Sí, yo me sublevo contra todo eso, y la anciana del huerto también. Ella sabe cultivar tomates, y los otros no sólo no saben hacerlo sino que tampoco saben comerlos, pues lo suyo es la bazofia industrial cárnica y una hortaliza les provoca diarrea. Cierto es que ella y yo somos un tipo de gente en extinción, pero mientras hay vida hay esperanza, y ahí estamos, dando la batalla, ella con sus tomates y yo con mis escritos. Los dos coincidimos en que NO es posible ganar, que lo nuestro es la derrota y la aniquilación, pues las fuerzas de la mentira, la demagogia, la locura, la super-opresión y la maldad hoy son demasiado poderosas para que unos cuantos infelices podamos lograr algo. Bien, pues nos aceptamos como derrotados de antemano y seguimos en la brega.
        
Los modernos y progresistas se horrorizan. O sea -dicen- que pretendemos que la gente agarre una azada en agosto, con la canícula que hace, y se ponga a cavar el huerto, y a regarlo, y a atenderlo, dejando además sin agua a la piscina, que hace las veces de templo y santuario del hedonismo casposo-obligatorio que padecemos, la nueva religión laica. Eso, aducen, es feudal, clerical y fascista, además de reaccionario, cristiano y carlista. Hay que disfrutar, hay que gozar: estamos en esta vida para ser felices, para extraer de la existencia un máximo de satisfacciones, no para hacer penitencia ni para esforzarnos ni para ser responsables ni para mortificarnos.
        
Si a estos sujetos se les hace observar que su modernidad gozadora se concreta en zambullirse en una piscina en que unas 500 personas hacen pipí cada día, en comer basura pre-cocinada, en quedar prisioneros de una Red majadera, en padecer casi cada día las arcadas de las moñas, en ir de una depresión a otra aún más fuerte, en vivir sin amor ni erotismo y en habitar en poblaciones sin árboles, en donde la contemplación del paisaje hace que duela el alma, entonces se enojan aún más y se empiezan a poner agresivos, según acostumbran. Así las cosas, la doña y yo nos callamos: no está hecha la miel para la boca del asno.
        
Por supuesto, nuestros bañistas de agosto no saben nada de la capa de ozono, y si haces el esfuerzo de explicárselo se encolerizan. Que la gran cortina celeste que antaño nos defendía de los rayos ultravioletas haya disminuido (por efecto de ciertos gases de origen industrial) en la primavera de 2012 (lo datos de este año no están aún disponibles) en más de un 40%, un porcentaje aterrador, les fastidia muchísimo, no sólo porque presenta como casi un suicido aquello que mucho les gusta hacer, tomar el sol horas y horas, sino porque pone en cuestión un dogma sacrosanto, la teoría del progreso.
        
Según ella vamos a mejor, nos espera en el futuro la dicha y la felicidad más completas, y no admiten que nada ni nadie cuestione esa fe ciega y mostrenca, ese narcótico espiritual que les obliga a creer que éste es el mejor de los mundos posibles y que, además, mañana será realizado el paraíso en la tierra. Dicho en plata: prohibido hablar de la capa de ozono hasta nueva orden. En la Formación Social Hedonista y del Bienestar no puede decirse nada desagradable, que incite a pensar, que cuestione lo medular del orden constituido, que distraiga de los hórridos goces cotidianos… Así se ha construido la actual sociedad de la mentira, la irresponsabilidad, el delegacionismo, la infantilización, la inmoralidad, la deshumanización, la soledad, la fealdad, la deserotización, la depresión, la inespiritualidad y la tristeza.
        
El sistema de dominación es tanto más fuerte cuando más débil e inútil es el individuo común, cuanto menor es su virtud y valía.
        
Los apologetas del actual orden capitalista-hedonista son dichosos en su ignorancia, en su intolerancia, en su fanatismo, en su irracionalidad. Y además se creen los sujetos más sabios, abiertos, comprensivos y racionales de la historia de la humanidad. Lo tienen todo, los muy pillos, mientras los demás no tenemos nada. Es injusto.
        
De acuerdo, pero cuando enfermen y envejezcan (los progres están convencidos que ellos son y serán jóvenes a perpetuidad, pero en esto también se equivocan), ¿quién les atenderá en un país con el Estado de Bienestar quebrado? Dado que por lo general no tienen hijos (aunque sí perros), pues alegan que es molesto criarlos y además ya está el Ministerio de Igualdad, ahora en manos de la derecha española, para decirnos que los niños, pobrecitos ellos, “explotan a las mujeres”, ¿qué harán?
        
Los próximos decenios serán tremendos, claro que quien se ha dejado hacer memo, inútil, egotista y perverso al mismo tiempo, ¿qué puede esperar, salvo que le tiren al vertedero sin demasiadas contemplaciones en cuanto el colapso financiero del Estado de bienestar supere un determinado nivel?
        
Se anuncia un tiempo de hecatombes. Nuestra sociedad está muerta porque falla lo más sustantivo, la calidad y valía de la persona. El desplome explícito de Europa ha comenzado (el implícito está en marcha desde hace mucho). Lo que vendrá será muy probablemente una repetición ampliada de la pavorosa crisis del siglo III y de la aterradora crisis del siglo XIV. Las y los que nada saben hacer por sí mismos porque todo lo esperan de las instituciones serán los primeros en ser sacrificados.
        
Quienes queremos recomponer la sociedad a través de un proceso de revolucionarización integral tenemos que empezar por el principio, por el individuo, rehaciéndonos y autoconstruyéndonos en tanto que seres humanos. ¿Cómo? Eso en el siguiente capítulo
(Continuará)