lunes, 18 de julio de 2016

LA GUERRA CIVIL EXPLICADA A LOS JÓVENES OCHENTA AÑOS DESPUÉS




         El 18 de julio de 2016 es el ochenta aniversario del inicio de la guerra civil, 1936-2016. Con tal motivo proliferan las descripciones, las elucidaciones y los argumentos, que suelen adolecer de superficialidad y pereza, de parcialidad y partidismo. Aún está en elaboración una explicación lo bastante objetiva, que supere la maliciosa división en izquierda y derecha haciendo comprensible un acontecimiento que mató a unas 550.000 personas y que ha determinado nuestras vidas hasta hoy mismo. Ello a pesar de las decenas de miles de libros y otros textos destinados al asunto, casi todos lastrados por el subjetivismo y la arbitrariedad.



         Hay tres preguntas básicas sobre la guerra civil de 1936-1939: 1) ¿cuáles fueron sus causas?, 2) ¿por qué triunfó del franquismo?, 3) ¿qué significó la victoria del fascismo español, o franquismo?



         Para los jóvenes es un asunto ya lejano. En él participaron sus abuelos, y en algún caso sus bisabuelos, y las versiones que les llegan no les suelen resultar convincentes, por su partidismo. El objetivo es ir construyendo una explicación que sitúe en primer lugar, sin más, la categoría de verdad.

lunes, 11 de julio de 2016

LO QUE CUENTA ES EL SER HUMANO ESENCIAL. Contra Todas Las Formas De Racismo


         El racismo no es tara inherente a una raza: pensar o decir eso (o meramente sugerirlo) es una manifestación de racismo, pues éste consiste en deducir desde los rasgos étnicos de los seres humanos, en sí mismos de ínfima significación, actos políticos y sociales. No hay “malas razas” ni “buenas razas”, no hay razas dadas al racismo y razas que padecen el racismo sino estructuras de dominación en las que lo racial tiene un significado entre muy secundario y nulo.



         En EEUU hay un problema de racismos, más que de racismo. Se dan diversas formas de desprecio y odio por el otro a causa de su apariencia. Todavía sobrevive en ciertos sectores de blancos el racismo antinegro, aunque en fuerte reducción. La mayoría de la población blanca -el 80%- que vota lo ha hecho por un negro, B. Obama. Éste no ganó sólo ni principalmente por el respaldo de los negros, que son el 12%, porcentaje harto insuficiente. Hay racismo de ciertos sectores e individuos blancos contra los hispanos, que aunque son más que los negros, el 15%, no tienen sus privilegios económicos y sociales.



         Existe menosprecio racista de ciertos blancos hacia los indígenas, que son el sector verdaderamente excluido, el que padece las peores tasas de pobreza, paro, alcoholismo, etc., ante la indiferencia general. Una parte de la población negra tiene asimismo prejuicios raciales respecto a  ellos, a los que considera “inferiores”. Se debe recordar que hubo tropas negras peleando contra los indios junto con los blancos, co-responsables del genocidio padecido por aquéllos.



         Un porcentaje de blancos y otro de negros repudia a los asiáticos, y el conflicto negros/orientales es fuerte en ciertas áreas, aunque la censura mediática impide darlo a conocer. Por el contrario, los hispanos no suelen ser racistas. Son víctimas del racismo de algunos blancos y algunos negros pero no responden al racismo ajeno con un racismo propio.



         Una de las formas hoy más virulenta de racismo en EEUU es el de parte de la comunidad negra contra los blancos. Es, ciertamente, reactivo pero no por ello menos reprensible. Esos sectores conciben la muy real opresión, discriminación y pobreza padecida por los negros como obra de “los blancos” y no como lo que es realmente, una política implementada por el aparato estatal de EEUU, a través de leyes, adoctrinamiento, etc. Dicho aparato también oprime a los blancos de las clases populares, que a menudo tuvieron existencias apenas diferenciables de las de los negros. Por ejemplo, no fue mejor, en lo material, la vida de los trabajadores blancos durante la revolución industrial que la de los trabajadores negros esclavos en las plantaciones. Con seguridad, aquéllos morían antes que éstos.



         A la vez, siempre ha habido un sector enorme de la población blanca que se ha opuesto primero a la esclavitud y después a la discriminación racial contra los negros. Por tanto, no estamos ante un conflicto de razas sino ante estructuras de dominación que imponen determinadas políticas de desigualdad. En puridad, la guerra de las razas nunca ha existido.



         Hay que considerar el conjunto de la situación. Ya a comienzos del siglo XX había empresarios negros en EEUU, dedicados a explotar a sus trabajadores con indiferencia hacia su raza. En la II Guerra Mundial un ingente número de soldados negros combatió bajo la bandera del imperio USA, a veces en unidades de élite, la aviación por ejemplo. En la guerra de Vietnam los aviadores negros bombardearon al pueblo vietnamita junto con los blancos, y en la infantería los suboficiales negros contribuyeron a mantener combativo al ejército del imperio. Terminada dicha conflagración con la derrota de EEUU fue un general negro, Colin Powell, el elegido presidente del Estado Mayor Conjunto, para definir la nueva doctrina militar y renovar el aparato bélico. Sin Powell no habría habido las guerras de agresión que el imperialismo yanki ha ido desencadenando, Irak, Libia, etc.



         Powell, un hombre negro, ha sido el sujeto clave del militarismo yanki en el último medio siglo. El número de generales, jefes, oficiales y soldados negros, hombres y especialmente mujeres, es inusualmente alto dentro del ejército. Quizá sea del 20-25%, cuando la población negra es el 12%. Similar es la situación en la policía, donde los negros pueden llegar a ser también la cuarta parte. En muchas ciudades en que hay conflictos y asesinatos raciales los jefes policiales son negros, y una fracción notable de quienes reprimen violentamente las manifestaciones contra el racismo antinegro son policías negros.



         Ya hace mucho que una parte sustancial del aparato de adoctrinamiento y propaganda del imperialismo EEUU, en particular la infame industria del ocio, es propiedad de personas negras. En EEUU existe hoy una alta burguesía negra que tiene a algunos de los multimillonarios más opulentos del país. Si los negros muy ricos entregasen una porción pequeña de su fortuna para socorrer a los negros muy pobres éstos saldrían de la pobreza… Lo que hoy discrimina en EEUU es la desigualdad económica y la opresión política pero muy secundariamente el racismo.



         Los negros pobres de EEUU sufren las atroces políticas de “compensación” y “ayuda” del Estado. El paternalismo estatal es el principal responsable de su miseria y degradación. Mientras exista, mientras la gente negra no se haga cargo de la totalidad de sus vidas sin confiar en las envenenadas limosnas gubernamentales, la situación no tendrá remedio. Al mismo tiempo, esos sectores negros, para capturar más prebendas y subsidios estatales, continúan aferrados al victimismo, a una explicación de su historia ajena a la realidad y, también, al racismo antiblanco, promoviendo “luchas” y “movilizaciones” que a menudo no tienen otra meta real que lograr más subvenciones.



         El racismo antiblanco es la forma de racismo que más rápidamente está ahora creciendo, no sólo entre ciertos sectores de negros sino, más aún, entre blancos: intelectuales, periodistas, profesores, activistas sociales y otros, para quienes “los blancos” son “la mala raza”, inherentemente agresiva, racista, imperialista y genocida. Algunos de éstos han pasado de un tipo de racismo, el antinegro, a otro, el antiblanco, lo que se explica porque su concepción del mundo es esencialmente racista. El aparato estatal necesita de esta ideología para lograr la docilidad social de las masas blancas fomentando en ellas el autoodio, la vergüenza de sí y la desestructuración cultural. Apoyándose en un buen número de medias verdades, ocultaciones de hechos y enormes mentiras, la acción de los racistas antiblancos prospera a buen ritmo, subvencionados desde las instituciones gubernamentales y las fundaciones empresariales.



         En el pasado una parte de los negros militantes se hicieron racistas. Lo fueron los Panteras Negras y Malcolm X[1], pero no Martin Luther King. Los primeros tomaron el racismo antinegro promovido desde el aparato estatal USA y lo hicieron suyo convertido en racismo antiblanco. La meta era, dejando a un lado su locuacidad “radical”, integrar a las masas negras en la sociedad burguesa con el mayor número de privilegios posibles. No hubo en ellos ningún programa revolucionario, ningún proyecto de crear una sociedad libre para todos, sin ente estatal ni clase patronal. Su vehemente racismo les impedía comprender que la fuerza agente de las transformaciones sólo podía ser el pueblo, el pueblo unido por encima de las diferencias raciales.



         Poner fin al racismo en todas sus formas, y a las políticas que se hacen desde él, demanda atender a lo esencialmente humano que está en cada persona. Esa esencialidad de lo decisivo es lo que cuenta, mientras que los rasgos físicos son elementos irrelevantes, y los rasgos culturales vías de convergencia plural hacia lo sustantivamente humano, que es común a todos.



         Se está constituyendo una nueva comunidad popular, en cada país y en todo el orbe, que es multirracial, y que es la única capaz de poner fin a la opresión y realizar la libertad. Para su desarrollo hay que poner fin a todas las formas de racismo, y a todas las ideas sobre superioridad, maldad o exclusividad racial, así como a toda interpretación de la realidad social conforme a la noción de la guerra de las razas, para que pueda expandirse lo humano esencial. Ello es necesario para unir al pueblo, a los sin poder político ni económico, para transformar la sociedad desde abajo, para la revolución.



        

        







[1] Éste, igual que el resto del los racistas negros, tergiversa la historia de la esclavitud, convirtiéndola en una conflicto negros/blancos, cuando en África el comercio de esclavos era multirracial: las elites negras esclavistas los capturaban y llevaban encadenados a las factorías de los europeos en la costa, que los trasladaban a América. Consúltese en este blog el comentario al libro “Ser esclavo en África y América entre los siglos XV y XIX”, Ch. Coquery-Vidrovitch y E. Mesnard. Que África no lograse superar el orden esclavista es un asunto que debe ser autocríticamente abordado por los africanos y sus descendientes.

viernes, 8 de julio de 2016

LA UNIÓN EUROPEA Y LOS PUEBLOS EUROPEOS


       Europa es destruida por sus clases mandantes en la I y la II Guerras Mundiales, todo para decidir por la fuerza quién dominaría, si Alemania o Inglaterra (con la cooperación de Francia). En 1945 Europa está arruinada, desacreditada, mientras dos superpotencias de nuevo cuño sojuzgan al mundo, EEUU y la Unión Soviética, la primera manda en su parte occidental y la segunda en la oriental.



         El viejo colonialismo europeo se bate en retirada tras aquel año decisivo en todas partes, mientras también en todas partes conquistan y vencen las nuevas superpotencias. Alemania, que está en la línea del frente, es reconstruida por Estados Unidos para desafiar a su rival, la Rusia supuestamente “socialista”, en realidad imperialista y fascista. Pasan los años, se viene a tierra la mascarada sangrienta del “socialismo real”, derrotado por el imperio rival, EEUU. Los países (Estados) del occidente europeo se van agrupando para mantener hasta donde sea posible su supremacía y privilegios a escala planetaria. Ese es el origen de la Unión Europa.



         Se incorpora España en 1986 y llega el Tratado de Lisboa. No es una asociación de Estados iguales sino que hay un socio hegemónico, Alemania. Los demás países tienen que plegarse al imperialismo germano que, vencido en 1945, se convierte luego en vencedor. La Unión Europea es el dispositivo con que la plutocracia y los poderhabientes alemanes están realizando la política de Hitler, pero por otros medios. Y en ello están teniendo un éxito colosal, para desgracia de los pueblos europeos.



         España es despojada por Alemania de la mayor parte de su tejido industrial, para quedarse reducida a un país de camareros, con un paro estructural irresoluble del 20%, que se hace del 45% entre los menores de 35 años. Fue la izquierda en el gobierno, en los tiempos de Felipe González, subvencionada por la socialdemocracia alemana, la que arrasó la industria para que el poder de la gran patronal alemana, cuyo fundamento es su colosal régimen fabril, fuera máximo.



         Por todo ello el descontento es fuerte dentro de la UE. Políticos oportunistas lo canalizan en Inglaterra y hasta ganan el referéndum. Que nadie se alarme, si Inglaterra se ha arrojado por la ventana de la UE es sólo para volver a penetrar por la puerta de atrás. ¿A dónde va a ir la otrora reina de los mares y hoy imperio harapiento? La aparatosa “salida” es, por un lado, una concesión emocional a las masas que ven peligrar su identidad cultural y su nivel de vida y, por otro, un modo de forzar al amo de Europa, Alemania, a efectuar más concesiones.



         Alemania, y las oligarquías locales a su sombra, cubren de injurias a quienes cuestionen la UE: “eurófobos”, “xenófobos”, “racistas”, “islamófobos”, “extrema derecha”, etc., etc., etc. Aún así, en Inglaterra la desesperación popular, aunque manipulada por los politicastros de turno, ha ganado el referéndum. No hay duda que la Unión Europea es un proyecto imperialista y es, sobre todo, la estrategia de Hitler en las nuevas condiciones, o sea, la conquista de Europa por Alemania.



         ¿Es solución estar fuera de la UE, recuperar la propia moneda, etc.? Fuera o dentro, la estructura social básica no cambia, y con el euro o las viejas divisas el capitalismo está ahí. En Francia por ejemplo, el Frente Nacional agita contra la Unión Europea pero ¿lo hace para abandonarla de verdad o con el fin de lograr que la dominación de Alemania no sea tan asfixiante para la burguesía gala? Si dentro de la Unión hay problemas fuera la situación puede ser incluso peor para los Estados que la forman.



         Los pueblos europeos existen. No sólo hay individuos (atomizados y aculturados) y Estados: también hay pueblos en Europa. O sea, comunidades humanas con unas señas de identidad que son propias y privativas, un idioma, una cultura, una historia, una idiosincrasia… Pero Alemania hoy, igual que Hitler, no desea que haya pueblos sino una papilla de seres ¿humanos? que han sido despojados de su cultura, sin saberes sobre su ser histórico, amenazados en sus lenguas, llenos de complejos de culpa, sometidos a la ducha fría del racismo antiblanco, devastados por el autoodio, de rodillas ante religiones foráneas cuyo esencia es la violencia y la sobre-multi-opresión…



         Los pueblos europeos tienen que levantarse en defensa de sí mismos, contra los capitostes de la UE, contra Alemania y sus lacayos en cada país, contra quienes no cesan de injuriarles. El proyecto revolucionario integral europeo ha de ser una fórmula para preservar y además desarrollar las culturas europeas. Los pueblos de Europa, que ahora viven culturalmente de rodillas, tienen que ponerse en pie.



         El episodio de los refugiados sirios parece haber sido la gota que está colmando el vaso. Cualquiera que ponga en duda el atroz mercadeo con seres humanos que se está efectuando en la UE es agredido con el mayor furor: “racista”, “extrema derecha”, “xenófobo”, “islamófobo” etc. Todo ello para velar lo obvio, que el asunto tiene como fin proporcionar mano de obra barata al gran capital europeo, en especial al alemán, y de paso asestar un golpe más al depósito cultural de los pueblos de Europa, promoviendo además la sustitución étnica en el viejo continente.



         Los nuevos mercaderes de esclavos y los herederos de los nazis llevan adelante sus operaciones de traslado de grandes masas de población en nombre de la “ayuda humanitaria”, la “tolerancia”, el “antirracismo” y demás palabritas mercadotécnicas, todo para que el gran capital europeo, en primer lugar el alemán, prospere mientras que los pueblos europeos declinan. Es delicioso oír a los que siguen a Ángela Merkel calificar de “racistas” a quienes están contra la emigración, cuando esa jerifalta y los suyos son meramente Hitler trasladados al siglo XXI.



         La emigración es hoy tan rechazable como en el pasado, cuando la gente era llevada de acá para allá con una cadena al cuello y vendida en los mercados de esclavos. Es meramente una modernización de esa vieja práctica. Su denuncia, y la denuncia de los hipócritas y santurrones que la defienden manipulado los buenos sentimientos de las personas, es una de las grandes tareas de nuestro tiempo.



         Europa tiene futuro a través de sus pueblos, no a través de sus Estados, ni a través de nuevas operaciones al estilo de la UE para relanzar el imperialismo europeo en beneficio sobre todo de Alemania. Ni agresora ni agredida, ni hegemónica ni humillada, y libre de sus clases mandates: así debe ser Europa. Eso es, y exige, una revolución.

viernes, 1 de julio de 2016

DIA DEL ORGULLO GAY 2016. REPRESIÓN EN IRÁN

Muchos interrogantes suscita el Dia del Orgullo, una parte de los cuales están siendo puestos sobre la mesa por los sectores críticos del movimiento de gays y lesbianas. Pero, por encima de cualquier otra consideración, está la defensa de la libertad amorosa, erótica y sexual de todos los seres humanos en todos los países y lugares del mundo, meta por realizar.

         En Irán el régimen fascista de los clérigos islámicos está ejecutando unas 1.000 personas por año, opositores políticos, ateos militantes, mujeres conscientes, pensadores independientes, dirigentes obreros y vecinales, revolucionarios globales, integrantes de las minorías nacionales y también homosexuales y lesbianas. Dada la falta de garantías procesales y de leyes mínimamente objetivas que hay en ese país, no se puede saber cuántos de ese millar de ahorcados (muchos mueren por la acusación de “enemistad contra Dios”, que no permite saber el motivo real) lo son por su orientación sexual pero se intuye que constituyen una alta proporción, quizá hasta un tercio. Eso significa que cada dia un homosexual o lesbiana son ultimados por el Estado musulmán iraní. Uno cada día. Por tanto uno, al menos, en el Dia del Orgullo Gay.

         Esto no encaja con la orientación meramente lúdica, comercial y desmovilizada que imponen los organizadores de dicho Dia, una gavilla de colectivos y personas que cobran de las instituciones estatales, más en concreto, que llevan años siendo subvencionados por el gobierno del PP. Esta fecha debe volver a ser de lucha y denuncia, de combate y reivindicación, no de triste bullicio mercantil y alcohólico. Se necesita un Dia de fuerza y combatividad.

         No es sólo en Irán. En todos los países musulmanes, en unos más y en otros algo menos pero en todos, la homosexualidad es ferozmente perseguida: asesinatos impunes, condenas a muerte ejecutadas, torturas, palizas en las calles, penas de cárcel, etc. En donde domina el Estado Islámico de Irán y Siria, esa criatura monstruosa fabricada al alimón por Arabia Saudí, Turquía, EEUU y la UE, la situación es todavía peor, pues quienes tienen una orientación sexual contraria a la impuesta por el clero islámico son quemados vivos, crucificados, arrojados desde los más altos edificios, etc. En Arabia Saudí, cuya monarquía patibularia hiper-rica subvenciona, por un lado, a los reyes de España y, por otro, a los jerarcas de la izquierda y a los intelectuales “críticos”, padece una situación incluso peor que Irán, como denuncia el antifascista árabe Raif Badawi en su valiente libro “1.000 latigazos. Porque me atreví a hablar libremente”. Badawi señala con precisión al culpable, el clero islámico. El mismo clero, esta vez norteafricano, quien en la guerra civil española proporcionó 100.000 mercenarios musulmanes a Franco, que constituyeron la fuerza militar decisiva de éste.

         Y lo peor está por venir. La matanza de Orlando es un tanteo planificado y no la acción de “un lobo solitario que se ha radicalizado en Internet”, para comprobar la reacción de la opinión pública en Occidente, Dado que ésta ha sido débil y en España mínima, por lo que luego se dirá, quienes ansían aplastar a homosexuales y lesbianas tienen el camino expedito. El islam es su instrumento. Si en las próximas carnicerías de gays a cargo de islamistas, que vendrán, se continúa con esa tendencia a “dejar hacer” en unos años la situación aquí puede ser como en Irán.

         En efecto. El proceso de islamización/fascistización de Europa marcha a todo vapor, tanto que hasta el Dalai Lama, el respetado dirigente budista, ha tenido que elevar su voz contra él recientemente. Lo impulsa la gran patronal alemana y Ángela Merkel, que están logrando lo que Adolfo Hitler no consiguió en su día, dominar Europa. Si los nazis querían hacer de la fascistización la vía hacia la islamización los actuales gerifaltes germanos, ellos y ellas, buscan islamizar como la vía más rápida para fascistizar. Pero el orden de los factores no altera el producto.

         Sin resistir en la calle a esa operación estratégica de altísimo calado, que quiere una Europa totalmente sometida a su clase empresarial y estatal, devenida islámica para poner controlar y mandar más y mejor, la libertad sexual no tiene futuro en el Viejo Continente; en realidad, ninguna libertad, empezando por la más valiosa de todas, la de conciencia.

         ¿Por qué casi nadie hace nada ante los eventos criminales de Irán, y ante matanzas como la de Orlando? Porque los jefes de la izquierda pro-capitalista dependen económicamente del dinero del fascismo musulmán. Es el caso de Podemos, subvencionado desde hace mucho por el clero islámico iraní. Los jefes de aquél se lucran con un dinero manchado de sangre, justamente la sangre de los homosexuales y lesbianas de Irán que cada dia son torturados y ahorcados por serlo. Los Pablos, los Albertos y los Iñigos hacen un doble juego, por un lado se declaran de boquilla muy pero que muy partidarios de los gays, por otro se suman a la operación para ocultar la matanza de homosexuales en Irán, impiden la movilización popular contra tragedias como la de Orlando y, sobre todo, se unen a la acción concertada, dirigida por el gran capital teutón (el mismo que promovió a Hitler), para islamizar Europa. Y cobran por ello.

         Así pues, no se puede permitir que los mandamases de la izquierda burguesa, Podemos, IU y sus sucursales, beneficiados por el reparto de dólares que hace el islamofascismo iraní y saudí, sean parte de la celebración del Orgullo. Primero han de romper sus lazos con los fascistas, después tienen que dar explicaciones de ello, en tercer lugar han de denunciar lo que está sucediendo en Irán (y en Arabia) y por último deben posicionarse en contra de la islamización/fascistización de Europa. Lo mismo los actuales organizadores del Dia del Orgullo, que si aún les queda algo de dignidad y sentido moral, deben dimitir de sus muy bien subsidiados cargos.




Según datos contrastados sobre orientación sexual en Europa, las cifras de homosexualidad masculina se encuentran sobre un 6%, y un 2% el de la población femenina. En total millones de personas que, en una gran proporción, serán exterminadas si culmina el proceso de islamización. Ahora todavía podemos pararlo pero quizá mañana ya no. Es intolerable que muchas personas asistan a los actos del Día del Orgullo con temor a una atrocidad del fascismo musulmán, o que incluso dejen de asistir por ello. Lo dicho: valentía, ningún temor, porque vamos a derrotar a los nazis islámicos. Y a sus valedores y justificadores.