Que la sociedad humana
de manera espontánea y natural no se organiza políticamente mediante partidos es
una verdad evidente, pero a su vez desconocida para muchos. En primer lugar para
aquellas personas que creyeron que una organización de partido único era una
dictadura, mientras que un conjunto de partidos nunca podría ser tal. Pero también para aquellos que han crecido en
el marco de la llamada democracia
parlamentaria y nunca se han planteado la posibilidad de otras formas de
gobierno. Ahora bien, decir que los
partidos no son una forma natural de organización política, no es poner en tela
de juicio la capacidad de autogobierno de los seres humanos en formaciones sociales
tales como municipios, comarcas o naciones.
Incluso los propios
seguidores de los partidos políticos atisban esta la verdad de la que hemos
hablado, ya que frecuentemente afirman que son vulnerables a la manipulación de
las oligarquías nacionales e internacionales. Sólo tienen que asentir, lo también
evidente, que su fundación está promovida por dichas oligarquías, como sabemos
incluso por la prensa. Su fuerza consiste en el baño de popularidad con lo que
se hace creer a la gente que participan en el gobierno de un estado.
Pero la realidad que subyace
a la acción política es otra. La
naturaleza del ser humano es colectiva e individual al mismo tiempo. Los
verdaderos grupos humanos se forman en la convivencia básica; por tanto lo grupal
nada tiene que ver con el poder oligárquico.
Aunque sea difícil de entender, mientras existan oligarquías económicas estatales
e interestatales hablar de organizaciones políticas de base, intermedias entre
el pueblo y el estado, es una falacia.
Por tanto, el
actual ¡Viva España! que tanto gusta al líder de Vox, no es sino un ¡Viva elejército! Lo que deja patente
la complejidad, sino la gravedad, del momento político actual. Porque otra
verdad, que también pretende ser ignorada, es que el ejército en última
instancia es no sólo el garante de la organización social de carácter estatal, sino
su gobierno en la sombra.
Así pues estas
proclamas iniciadas por la extrema derecha son una invitación y a su vez una
orientación de la política hacia la confrontación violenta, lo que puede
indicar una paulatina pérdida de control por parte de la oligarquía mandante en
España (Estado) e incluso una
división dentro del ejército. Pero también pueden significar lo contrario, es
decir la decisión de dichas minorías
poderosas de cambiar decididamente de rumbo. En cualquier caso un aumento
considerable de violencia política parece adivinarse en el horizonte.
Desde la perspectiva
de que las naciones-estado no son
sociedades propiamente humanas ya que están organizadas desde arriba, es
fácil concluir que deben ser reestructuradas desde arriba para sobrevivir. Pero
casi siempre, en esta tarea de cambiar para que nada cambie, aparece un
conflicto grave entre oligarquías, lo que hace el proceso más temible pues
fácilmente puede degenerar en una forma de guerra total.
No es fácil saber con
certeza si la irrupción de la extrema derecha en el momento presente es causa o consecuencia
de un cambio que, puesto que se nos oculta, por lógica escapa a una buena
percepción.
Veamos con detenimiento
un caso paradigmático. Los afectados por
los procesos de divorcio en España, incluso antes de la redacción y votación de
la Ley Orgánica Integral contra la Violencia
de Género (LOICVG), nos dimos
cuenta de inmediato que un proceder bastante irracional, incluso desde
el punto de vista la democracia formal, se estaba iniciando en España (Estado). Hablo de los años noventa y siguientes. Para ello
no se dudó en utilizar el ordenamiento jurídico español a su más alto nivel:
una ley orgánica dirigida a cambiar todo el ordenamiento jurídico, como así ha
sido.
Observábamos con
asombro cómo se podía implementar algo tan contrario a la convivencia entre
seres humanos. Y eran precisamente las izquierdas, como siguen siéndolo, las
más firmes valedoras. No fue difícil comprender que se trataba precisamente de
eso, del intento de romper un poco más
los lazos afectivos y convivenciales de los seres humanos. ¿Perfeccionamiento
del control social a nivel mundial por parte del poder de las oligarquías internacionales?
¿Síntoma de la degradación progresiva del modo de vida capitalista?
Explico por qué me
hago estas preguntas. La LOICVG se basa en un principio lógico y matemático tan
falso que hasta un adolescente de secundaria lo puede detectar. Y no obstante,
cosa curiosa, casi nadie analiza su profunda irracionalidad, posiblemente una consecuencia de haber trasladado el debate al plano emocional, actitud inteligente para
quien busca el conflicto y no la solución de un problema. Lo contrario sería
pensar que el ser humano en general ha
perdido definitivamente la actitud crítica y se ha hecho manipulable y servil
en extremo.
No hay manera humana
posible de analizar un problema que tiene dos variables cuando se prescinde de
una de ellas. Para ello se manipula el concepto sexo del que no se puede excluir al varón y se cambia por el de género que, en contra de la Real
Academia Española de la Lengua, de facto le ha excluido. No obstante esta
sustitución tuvo lugar después de que el Consejo General del Poder Judicial se
negara a aprobar una ley que tenía por
título Ley Orgánica Integral contra la
violencia hacia la mujer, (consultar la prensa del momento) lo que supuso
la renovación inmediata del dicho Consejo. Esta oposición era coherente pues no
se puede hacer diferenciación en la
justicia por razón de sexo, lo que echaría por tierra al supuesto estado de
derecho que así ha evidenciado que no es tal y por ello no le chirrían los tribunales especiales como
no le chirriaron a la dictadura franquista.
La ley que se llevó y
fue aprobada por un parlamento supuestamente democrático sólo había cambiado la palabra mujer por género,
ninguna palabra más (invito al lector a acudir nuevamente a la prensa del
momento), ningún artículo había sido
modificado. Y si insisto en que el parlamento y el gobierno eran
mayoritariamente socialista es por aquello de tratar de explicar el auge de la
extrema derecha en este momento. Por tanto hemos de concluir que la clase
política en general es responsable.
Volvamos de nuevo al
ejército español. Sabemos sin duda alguna que es correa de transmisión de las
órdenes del pentágono y consecuentemente de la ideología de género. Por tanto
el ejército es ejecutor y responsable del siguiente hecho: la mayor parte de
dirigentes de VOX han surgido, aparte purgas, de las asociaciones contra la
LOICVG. El Sr Rubalcaba, a la sazón ministro del interior del partido
socialista, dio la orden de sustituir las estadísticas del propio ministerio
del interior que indicaban claramente que
las muertes por violencia
doméstica entre uno y otro sexo no arrojaban diferencias significativas según
riguroso análisis estadístico. Posiblemente hoy sí, dado la violencia institucional
ejercida sobre la población en general; aunque tampoco esto se puede probar
mientras se trabaje con el concepto de género.
Una vez más, la
prepotencia económica, la prepotencia política y la prepotencia militar muestran su
dictatorial rosto.
Pero a su vez también,
la justicia no admite trampas.
En cuanto a las
proclamas de VOX sobre la derogación de la LOIVG, es evidente que si llegara al
poder, no lo haría. De momento la ley queda reforzada, lo que da a pensar.
No voy a citar más
ejemplos pues la relación de todas las mentiras e injusticias que están
teniendo lugar en el momento presente excedería con mucho las pretensiones de este
artículo.
El aspecto más
siniestro y grave de todo ello es que el
fracaso de la justicia no deja otro camino que el de la violencia, como señalan los textos sagrados de algunas
culturas antiguas, como el Ramayana védico cuando a su vez afirma que la violencia será el
camino de la justicia.
Hay pues que ver el
crecimiento de la extrema derecha como una provocación y una consecuencia al
mismo tiempo que por desgracia inaugura un ciclo de violencia que se ha iniciado
por los extremos pero que finalmente se extenderá a toda la sociedad. Un síntoma
más de la crisis permanente del capitalismo que afecta inevitablemente a su
adlátere el Estado y consecuentemente a quienes viven según sus principios de organización
social. Una repetición de la jugada exigida por y para su supervivencia.
Rafael
Rodrigo Navarro 8.12.2018
La LOIVG no es la solució, vale, ¿cómo se ha de abordar el serio problema del machismo que hoy día, claramente ha quedado demostrado que aqueja a muchas sociedades de las cienes de maneras que podemos enumerar?
ResponderEliminarMe pregunto si su idea es que todo es simplemente control social (como lo es el machismo sin ir más lejos) o está realmente señalando la manipulación del poder de movimientos legítimos como viene sucediendo sobre todo en el capitalismo neoliberal...
Agradecería una respuesta clara sobre mi pregunta.
Gracias.