Las recientes elecciones presidenciales en EEUU han
enseñado mucho sobre cómo está en ese país la cuestión racial.
Obama ha ganado porque tiene el apoyo del
capitalismo de EEUU, además del respaldo del Estado, en particular del
ejército. Eso se ha manifestado en que las donaciones millonarias que ha
recibido para financiar su campaña han sido bastante superiores a las que han
llegado a la caja de su rival blanco, lo que ya sucedió hace cuatro años.
Obama, además, ha triunfado en ocho de los diez distritos electorales con renta
por persona más elevada, lo que indica que las elites empresariales, negras y
blancas, han votado en masa por el candidato “de color”. Crear un capitalismo
negro ha sido y es la meta real, hoy ya alcanzada, de casi todos los
movimientos contra el racismo, comenzando por el Partido Panteras Negras.
En suma, el sistema capitalista manifiesta con
hechos que un presidente negro es el que mejor representa y defiende sus
intereses.
Al mismo tiempo, de estas elecciones ha salido un
Congreso en que los varones blancos son minoría, por primera vez en la historia
de EEUU. A esto se une que 2011 fue el primer año en que nacieron más personas
no blancas que blancas. Desde luego, ese Congreso en el que los hombres blancos
son minoritarios gestionará los intereses del capitalismo USA tan bien o mejor
que los anteriores, en los que aquéllos estaban en mayoría. Dicho de otro modo,
también en EEUU el capitalismo se está desplazando desde los blancos a las
otras etnias, haciéndose capitalismo negro, hispano, indígena,
asiático-americano, etc.
Hoy, como se dijo, existe una burguesía negra muy
poderosa, que está en todas las ramas de la producción y los negocios, siendo
de esa etnia una parte sustantiva de los nuevos multimillonarios de EEUU. Su
número, poder y riqueza crecen además de manera rápida. Tales explotan
indistintamente a blancos y a negros.
Pero no es sólo el capitalismo el que prefiere al
hombre negro Obama. Las asociaciones para la defensa de la libertad política y
civil en EEUU han aportado datos mostrando que la instauración del Estado
policial ha progresado más con Obama que con su predecesor, el “fascista” Bush. Pero las protestas en la
calle han sido muy inferiores, cuando no inexistentes. Casi todos calificaron
de “fascista” a Bush pero nadie hace
lo mismo con Obama, pues el tabú racista de que un negro no puede ser “fascista”, ni represor, ni imperialista,
ni en realidad nada malo o negativo, se mantiene intacto.
Que Obama sea juzgado (en este caso muy
favorablemente) por el color de su piel y no por sus actos manifiesta hasta qué
punto es poderoso y activo el racismo en EEUU y en todo el mundo, ahora en la
forma de racismo anti-blanco. Un negro puede hacer cosas que un blanco no
podría, pues al primero se le tolera casi todo: así de contundente es el nuevo
racismo. Eso se comprobó en la agresión a Libia, en 2011, acción de guerra
injusta que apenas suscitó protestas en la calle, en buena medida debido a que era
ordenada por un hombre negro, Obama. De haberla realizado un hombre blanco las
calles habrían ardido, lo que pone en evidencia a quién beneficia el racismo
pro-negro. Si Bush intervino en Irak y Afganistán, Obama, además de mantener
tales operaciones (sobre todo la segunda), agredió a Libia, Yemen y, de forma
encubierta, a Siria. Pero, se ha de repetir, no hay movilizaciones contra tales
guerras…
Por eso los cuerpos policiales en EEUU tienen cada
vez más mujeres y hombres negros, etnia que está en ellos sobre-representada,
pues éstos reprimen a la gente de todas las razas, también a los negros, con
mucha más eficacia que los blancos, al ser juzgados favorablemente por el color
de su piel.
De seguir tal tendencia, se avanza hacia un Estado
policial en el cual las personas de raza negra desempeñarán una función
decisiva en la represión de las clases populares de todas las razas, incluida
la suya, conforme a los intereses del capitalismo de EEUU. Hoy cada vez más se
observa en ese país que son policías negros, hombres y cada vez más féminas,
los que reprimen a trabajadores, estudiantes, mujeres, etc. negros. En unos pocos años esto se hará tan generalizado y
evidente que el discurso “antirracista” mantenido hasta el presente se hará
indefendible por obsoleto y reaccionario. En tal situación ya sólo habrá
personas a un lado y al otro de las barricadas, sin que importe el color de su
piel, con negros combativos y negros reaccionarios. Eso cerrará un ciclo
histórico, el iniciado con la abolición de la esclavitud y el inicio de la
lucha contra el racismo, que al final ha degenerado en la emergencia de un
nuevo racismo, el anti-blanco.
Lo mismo puede decirse del ejército, reorganizado y
dotado de doctrina militar tras su derrota en Vietnam por un hombre negro, el
general Colin Powell. La presencia y peso de mandos y oficiales negros en la
máquina bélica del imperialismo norteamericano es ya importante, y es además
creciente.
Todos esto manifiesta que el racismo anti-blanco que
practican, propagandizan e imponen las ONGs, la izquierda, el progresismo y
toda la “radicalidad” en general es idéntico
al racismo político que ahora preconiza el gran capital de EEUU, según el cual
le es hoy mucho más útil servirse de personas negras para engañar al pueblo con
la politiquería, reprimirle con la policía e intimidarle con el ejército.
A quienes de buena fe creen en el racismo
anti-blanco y por tanto otorgan privilegios a la gente negra, sean del tipo que
sean, o la victimizan, o la tienen por sujetos de derechos pero no de deberes,
u opinan que deben ser “compensados”
por unos pretendidos o reales sufrimientos del pasado, o creen que forman la nueva “raza
superior”, se les ha de invitar a que actualicen sus ideas a la luz de la
situación del presente, muy diferente a la de los años 50 a 70 del siglo pasado. Los
primordiales cambios introducidos por Stanley R. Resor, máxima autoridad
política y administrativa del ejército de EEUU entre 1965 y 1971, no pueden ser
olvidados, pero el “anti-racismo”
neo-racista en boga ignora todo esto, pretendiendo que las cosas son como antes
de 1965, que nada ha cambiado, ¡incluso si el presidente de EEUU es negro en
una segunda reelección! Se ha de insistir: quienes deseen tener una posición
apropiada, objetiva, en esta cuestión deben actualizar su información,
estudiando cómo es ahora la situación, no como era en el pasado.
En efecto, en las actuales condiciones las elites
del poder de EEUU se están valiendo del racismo anti-blanco, o pro-negro, para
cumplir sus fines estratégicos, políticos, económicos y militares. Es
necesario, pues, comprender los enormes cambios que se están dando en EEUU (y
en todo el mundo) en esta cuestión. Abordar la realidad de hoy con ideas o
formulaciones de hace medio siglo, conviene decirlo una vez más, no es
apropiado, pero es lo que hacen muchos, que al denunciar el “racismo”, esto es, sólo el racismo
anti-negro y no todas las formas de racismo, en realidad llevan el agua al
molino del capitalismo, el militarismo y el imperialismo de EEUU.
En EEUU lejos de amainar el racismo es hoy más
poderoso que antaño, si bien se ha hecho complejo y variado. El Estado
clasifica hoy más que nunca a las personas por su raza, de tal manera que la
calificación racial está por encima de la categoría decisiva, la de ser humano.
Con un furor como jamás anteriormente se juzga a las personas por el color de
su piel en vez de por sus actos, adoctrinando a la población para que
mire desfavorablemente a los blancos, supuestamente “racistas”, y
favorablemente a los negros, pretendidamente “antirracistas”. De ahí ha salido el fenómeno Obama, que está
proporcionando éxitos y beneficios impresionantes al gran capital yanqui.
El asunto es tan obvio que también el gran capital
español ha apostado por Obama, como ha puesto de manifiesto la prensa económica
más leída, al presentar a aquél como más conveniente para los intereses de los
grandes empresarios de aquí, mientras se distanciaba de Romney, a menudo
rechazado simplemente por ser blanco, igual que su rival es preferido
simplemente por ser negro. Esto hace que la izquierda “anti-racista” coincida, una vez más, con las propuestas de la clase
empresarial.
La solución es denunciar el racismo en todas sus
formas, y no solamente en una, proponiendo que lo decisivo es la categoría de
ser humano y preconizando que las personas sean valoradas por sus actos, y no
por el color de su piel, ni para bien ni para mal. Nadie puede ser excluido por
su raza y nadie puede ser premiado o privilegiado por su raza. Toda forma de
otorgar privilegios por la etnia es racismo. Toda desigualdad ligada al color
de la piel es racismo, de manera que la discriminación positiva es igualmente
racismo. Y quienes niegan que el racismo anti-blanco sea la forma superior y
más peligrosa de racismo en la hora presente, como muestra el caso de Obama, o
es que no comprenden lo que está sucediendo, o es que son agentes financiados
por el Estado-capital (por ejemplo, casi todas las ONGs), o es que son unos
racistas encallecidos.
Todos los racistas pero sobre todo los anti-blancos están, además, preparando
una maniobra de enorme significación para el sistema de dominación, a saber, un
gran enfrentamiento civil entre razas, para con él dividir al pueblo de forma
duradera, debilitándolo de forma estructural, por tanto estratégica. Tal
operación culminará cuando la crisis del orden constituido alcance proporciones
descomunales, y contribuirá de manera decisiva a su superación conforme a los
intereses de las poderhabientes.
Todos los que se dedican a dividir al pueblo, sea con el “anti-racismo”,
sea con “las cuestiones de género”,
sea como la “orientación sexual”, son
los agentes más destacados del capitalismo, y por eso son ahora los mejor
pagados. En todos los países el Estado, los poderes mediáticos, las
universidades y las Fundaciones de las grandes empresas destinan sumas
fabulosas a mantener a los y las agentes del enfrentamiento y la división.
Estas estrategias complejas de la sociedad americana quedarán dilucidadas cuando veamos para que quieren el negrito Obama el actual nuevo orden mundial.Es obvio que lo van a utlilizar más que a un blanco porque entre otras cosas ha de demostrar su resistencia al infortunio del destino que le deparen aunque sea presidente y negro.Posiblemente le encarguen hacer caja para mitigar su gigantesca deuda(120billones de dólares)con la preparada intervención en Irán a través de Siria y otras guerras...
ResponderEliminarEl fascismo (liberal) y el anarquismo comparten muchas igualdades, eso es lo que da miedo. Quizás sea hora de fijar los límites para evitar tener el blog lleno de fascistas o profascistas
ResponderEliminarLo que da miedo es que haya personas que traten de impedir que otros manifiesten su opinión, y que para ello recurran al anatema de llamar "fascistas" a todos los que no piensen como ellas.
Eliminar¿De dónde sacas esa afirmación tan tosca? Leete, para empezar, el Manifiesto de Verona y el discurso fundacional de Falange, y verás que apenas existen similitudes con el anarquismo histórico, todo lo contrario, son antagónicos.
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