La capacidad de
los jefes y las jefas conspiracionistas para inventarse cosas y urdir
novelerías es, como se sabe, ilimitada. Sin demasiado respeto por los hechos y
la realidad, siguen tomando el pelo y explotando a su público, patéticamente
ingenuo e infantilizado, a base de amarillismo y sensacionalismo. Hoy es 15 de
enero, y en lo que queda hasta el día 20, Trump va a hacer tanto, tantísimo,
según dicen los conspiracionistas, que va a quedar baldado por la hiperactividad.
No ha hecho nada remarcable en cuatro años, pero ahora va a hacer prodigios y
maravillas en cuatro días…
Lo que si está
haciendo, asunto que ocultan sus devotos españoles, es respaldar con entusiasmo
la represión policial de sus seguidores más enérgicos, y también más ingenuos,
que siguiendo sus exhortaciones maquiavélicas, tomaron el capitolio el 6 de
enero. Este nuevo Capitán Araña primero los embarca en una acción sin
sentido ni planificación y luego llama a la policía para que los detenga. Y
peor aún, para que los “suicide”, en algún caso…
La clave de todo
es la Declaración emitida hace unos días por el Estado Mayor Conjunto del
ejército de EEUU, formado por los 8 generales de más estrellas, en la que: 1)
condenan la entrada en el capitolio, 2) dan por bueno el triunfo electoral de
Joe Biden, 3) advierten que lo terminante es el cumplimiento de las leyes
establecidas, comenzando por la Constitución, 4) ordenan a los cuerpos
policiales que persigan y castiguen a los que ocuparon el capitolio y a
cualquier otro que quebrante la legislación. O sea, todo claro, muy claro[1].
El poder real en
todos los países ha estado y está siempre, en ultimas instancia, en el aparato
militar y policial. Porque quien tiene el fusil tiene el poder. Esto lo niegan
los jefes conspiracionistas, para los cuales el dominio y mando está en manos
de entidades más o menos evanescentes, cuando no en las de criaturas
extraterrestres diestramente disfrazadas de humanas. Así ocultan a la opinión
publica que esto, el actual orden político-jurídico, es la dictadura de un tirano
colectivo denominado Estado, cuyo basamento es el ejército. Y, ¿quién se
beneficia de esa ocultación?, pues obviamente el ejército, lo que nos lleva a
considerar que el conspiracionismo es un producto ideológico y político
fabricado y mantenido por los aparatos militares y policiales (atención a esto
último). Porque si todo son conspiraciones, si todo absolutamente se explica
por la infantil lógica conspiracionista, entonces el movimiento conspiracionista
tiene que ser asimismo una conspiración.
¿Organizada y
financiada por quién? Pues ya lo he dicho y argüido.
El carácter de
extrema derecha de los jefes conspiracionistas españoles, por tanto, partidarios
de que la riqueza esté cada vez más concentrada, más y más en poder de sujetos
viles como Donald Trump, por ejemplo, arroja luz sobre sus ideas políticas y
económicas. En efecto, ¡ahora resulta que son los multimillonarios cavernícolas,
demagogos, represivos, explotadores, traidores a los suyos, sometidos al
Pentágono, soplones de la policía y embusteros los que van a “salvar al mundo”!
Porque el problema en el presente es la concentración extrema de la propiedad y
la riqueza, del poder y del dominio, conforme al principio de la razón de
Estado, de manera que resulta imposible que, de ahí, de los Donald Trump, salga
ninguna solución.
Lo peor de toda
esta historieta es la credulidad de quienes siguen a los jefes
conspiracionistas, que se creen todo, absolutamente todo, lo que les cuentan,
comenzando porque las instituciones no existen, el aparato estatal carece de
importancia y el capitalismo de multimillonarios apátridas es estupendo. Pero
esta vez los caudillos conspiracionistas se han pillado las manos, han ido
demasiado lejos, anunciando lo muchísimo que va a pasar y suceder desde hoy al
20 de enero. Intoxicados con sus propias mentiras, no han advertido que si esos
eventos prodigiosos no acontecen van a quedar en una difícil posición… Ahí les
esperaremos.
Y, por ello, es
el momento de exigirles responsabilidades, de tomar uno tras otro sus embelecos
y fantasmagorías de extrema derecha, cada día más fascistizados, y exigir que
expliquen por qué no se han ido cumpliendo. Por supuesto, dada su falta de
ética y demagogia, seguirán inventando majaderías para justificarse, y para
lavar la cara a sus señores, los que les dirigen y mantienen desde las sombras.
Pero tales monsergas cada vez serán menos creíbles. Por lo pronto, llamo a sus
seguidores a que sean críticos con sus jefes, a que abran los ojos, vean la
realidad como es, piensen con su propia cabeza, maduren intelectualmente y
pasen a criticar y rechazar a quienes llevan años abusando de ellos, de su
credulidad. Para eso necesitan leer y pensar, abandonando, aunque sólo sea a
tiempo parcial, el horripilante mundo de internet, cada vez más putrefacto.
Hasta ahora los
gurús conspiracionistas decían sus enormidades y cuando la realidad se las
desmontaba pasaban a otro asunto, como si nada. Desde ahora no, hagamos que
respondan por lo que exponen, pidámosles explicaciones.
[1] Un
rasgo lamentable del conspiracionismo es que, dado que se nutren
intelectualmente de la basura de internet, son de una ignorancia que anonada.
Por ejemplo, no han leído el decisivo libro de James Carroll “La casa de la
guerra. El Pentágono es quien manda”, y es más, ni siquiera saben qué es el
Pentágono, pues son de una ignorancia e incultura descomunales, dado que destinan
todas sus energías a espiar a jesuitas, masones y judíos, además de a criaturas
supuestamente llegadas del planeta nosequé para dominar la Tierra… Tampoco han
leído mi libro “La democracia y el triunfo del Estado”, que efectúa un
estudio bastante completo y complejo del aparato institucional estatal propio
de la modernidad, análisis quizá más árido que las fantasías conspiracionistas,
mera política-ficción para “patriotas” españoles anglosajonizados, en
consecuencia traidores a su cultura, a su lengua y a su gente. “Patriotas”
antipatriotas, igual que Trump, pues la patria de éste es el capitalismo apátrida
y el globalista ejército USA, no el pueblo estadounidense.
LO MAS LUCIDO Y LUCIDO QUE HE LEIDO SOBRE LO OCURRIDO EN EL CAPITOLIO...
ResponderEliminarBueno, el Pentágono manda mucho, si. Pero en el 2001 les metieron un misil que elimino a algunos generales molestos. Dicen que fue un avión pilotado por un menda que no tenia 10 horas de vuelo y que realizo una maniobra que haría palidecer a los top gun del aire.
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