Los jefes y jefas del conspiracionismo español llevan
semanas difundiendo los rumores más disparatados y noveleros sobre lo que haría
Donald Trump en los últimos días de su mandato presidencial, y acerca de lo que
sucedería en la toma de posesión de su continuador, Joe Biden. La realidad ha
mostrado que el primero nada ha hecho, más allá de entregar a la policía a casi
200 de sus seguidores, y que el segundo es ya presidente de EEUU, tras una
ceremonia excepcionalmente tranquila
Arbitraria hasta el límite ha sido la historieta sobre
que Trump declararía el estado de sitio, para detener a los jefes del partido contrario,
y acerca de que la ceremonia de jura de Biden terminaría con su arresto y el del
85% de los congresistas. Los acontecimientos están ya ahí. Los caudillos
conspiracionistas son duchos en este tipo de actividades ajenas a todo rigor y
a cualquier sentido moral, pero lo más criticable reside en que cuando la
realidad muestra que sus formulaciones son simples elucubraciones sin
fundamento, nunca se disculpan, jamás piden perdón, pasan a otros asuntos y
punto. Esperemos que esta vez sea diferente.
Tales, explotan la infantilización e inmadurez de una
parte notable de la población hoy. Los seres nada, que fabrica en serie el
actual sistema de dominación estatal y de maga-capitalismo apátrida, son de una
credulidad e inmadurez enormes, y de esto se sirven aquellos jefes para sus
fines particulares. Ahora, cada día más próximos a la extrema derecha, los
neo-falangistas y los nuevos nazis, se han lanzado a tergiversar a lo grande la
realidad política, la de EEUU y la de nuestro país, con fines oscuros.
Como quizá sepas, he ido produciendo una sucesión de
videos contra la sinrazón conspiracionista, que eleva a Trump, un reaccionario
integral, un multimillonario capitalista y una marioneta de los servicios de
contrainsurgencia de EEUU, al rango de “profeta” y “mesías” de la humanidad.
Los acontecimientos acaecidos en el mes en curso, enero de 2021, me han ido
otorgando la razón. A ellos, a los videos, remito al lector o lectora.
Los jefes conspiracionistas no comprenden nada del
funcionamiento del aparato estatal, de las instituciones políticas y
económicas, desconocimiento esencial que ocultan con una verborrea fantasiosa,
sin base real, en la que se mezclan mentecateces de muy diversa naturaleza. Con
ello llevan a sus seguidores a donde les ordenan que lo hagan sus superiores secretos
(en realidad, no tan secretos, pues como se dice vulgarmente, se les ve el
plumero), esto es, hacia Vox y el fascismo.
Pero también son responsables de todo ello sus
seguidores, una masa acrítica, pasiva, sometida, pueril, sin capacidad de
pensar por sí misma, que va asintiendo a todas las historietas de doble
intención que fabrican aquéllos. Ahora es el momento de poner fin a esa
situación exigiendo a los prebostes de la conspiración que den explicaciones,
que soliciten disculpas. Que modifiquen su metodología. Y, sobre todo, que
rompan con la extrema derecha y los fascistas.
Y, finalmente: Trump no es ninguna “mesías”, por
supuesto, sino el instrumento político, ideológico y propagandístico puesto en
donde está por los aparatos de contrainsurgencia del Estado yanqui para impedir
que se organice y avance una verdadera respuesta popular revolucionaria a la
crisis estructural del sistema y a la descomposición de la funesta ideología
progresista e izquierdista. Todo sistema de poder, para asegurarse el futuro,
ha de dominar al gobierno y a la oposición, creando una falsa disidencia que
impida o dificulte la emergencia y consolidación de una verdadera oposición
popular, revolucionaria, contraria el capitalismo, hostil al Estado, partidaria
de la democracia directa, la economía popular y la revolución integral.
Quienes han creído en las paparruchas
conspiracionistas y en algo tan estúpido como que un multimillonario zafio y
mostrenco puede “salvarnos”, tienen ahora la oportunidad de modificar sus enfoques,
reconocer sus desaciertos y unirse el proyecto, ideario y programa de la
revolución integral.
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