Los nueve años que lleva como jefe del gobierno de
Bolivia Evo Morales proporcionan enseñanzas, e incluso advertencias, de cuál va
a ser, más allá de la demagogia, el electoralismo y las patrañas politiqueras,
la ejecutoria de Pablo Iglesias y su formación mediático-institucional, Podemos,
ya un partido político más.
También es útil estudiar esta cuestión para evitar
que muchos de quienes hoy apoyan a Podemos dentro de unos años se presenten en
público, compungidos y lacrimosos, diciendo, “¡Me engañaron!, ¡Nos engañaron!”, como ahora hacen una parte de
los que respaldaron a Morales y su partido, presentados antaño como
emancipadores de los pueblos indígenas de Bolivia y agentes de una “revolución
institucional” de fabulosas consecuencias...
Nadie es engañado si previamente no se autoengaña y
no demanda ser engañado.
Aquellos que hoy se suman al montaje Podemos están
contrayendo una responsabilidad colosal, que se les ha de exigir ahora y en el
futuro, pues hay que poner límites a la frivolidad y el victimismo, al epicureísmo
político y la fobia a la verdad.
Hace años, cuando Morales era un sindicalista poco
conocido que hacía carrera política a base de reformismo socialdemócrata, racismo
antiblanco, etnicismo de guardarropía y verborrea izquierdista, una minoría muy
reducida pronosticamos que tras su proyecto y programa se escondía un plan de
las elites del poder en Bolivia para engrandecer el capitalismo, destruir la
naturaleza, fortalecer al Estado (en particular al ejército), sobredominar a
las clases trabajadoras y desintegrar a las comunidades indígenas. No fuimos
escuchados.
El buenismo y el autoodio, los sentimientos de culpa
histórica y la interiorización masoquista del racismo antiblanco, impedían que personas
y colectivos europeos bienintencionados se percatasen de que el proyecto de
Morales era, en lo más principal, un calco del que había realizado el
franquismo para liquidar al mundo rural tradicional popular aquí, esta vez
dirigido contra las comunidades indígenas de Bolivia.
Mi libro “Naturaleza,
ruralidad y civilización” describe aquella operación, que en España realizó
el fascismo de Franco y que en Bolivia está efectuando una formación política
de izquierda supuestamente indigenista, que se dice “anticolonialista”,
“antiimperialista” y “anticapitalista”…
Han pasado los años y los hechos muestran que
Morales es un instrumento del capitalismo, el imperialismo y el Estado
boliviano contra el mundo indígena, el medio ambiente y las clases modestas. Ahora
ya son pocos los que desde posiciones “radicales” defienden a Morales y su
partido, el MAS (Movimiento Al Socialismo). Hoy su línea es calificada de “neo-liberal”, Bolivia de “la China andina” y su política hacia
los pueblos indígenas de “caricatura”.
La dura represión policial de las protestas
campesinas e indígenas que su gobierno realiza en el verano y otoño de 2011, el
enfermizo gusto por las infraestructuras faraónicas, la devastación
medioambiental a colosal escala en la selva amazónica, el apoyo a la soja
transgénica, su plan para introducir la energía nuclear y la generalización de
Internet en las comunidades indígenas, para globalizarlas, aculturarlas y
desintegrarlas como tales, han enfriado el entusiasmo de muchos.
Quien llegó perorando contra el capitalismo,
Morales, es ahora más defensor del capitalismo y el mercado que nadie. Su meta
es el desarrollo económico a cualquier precio. Se jacta de que Bolivia está
creciendo al 5% anual y olvida los costes, sociales, culturales, ambientales, históricos,
étnicos, éticos, espirituales, en lo referido a las libertades populares y a la
calidad de la persona, etc., bienes y valores todos que son sacrificados al
desarrollismo.
El economicismo de Morales ha hecho crecer los
beneficios de las grandes empresas, así como los ingresos fiscales del Estado,
con lo cual el poder del capitalismo privado y el capitalismo estatal, o
estatocapitalismo, es hoy mayor que nunca en el país. Por eso, entre otras
causas, el pueblo tiene menos libertad.
Para envilecer y mejor oprimir a las clases modestas
Morales aplica una política de sobornos y corruptelas, en la forma de “ayudas”
estatales, con los que ha logrado comprar a ciertos sectores populares, a las
que enfrenta con otros, subordinando el pueblo a la instituciones y degradando
a éste, desde comunidad que se autosostiene a populacho que depende
monetariamente del ente estatal.
La transformación del pueblo en populacho, que es el
meollo de las “políticas sociales” de izquierda, daña la capacidad de aquél para
ser por sí mismo, para afirmarse, resistir y combatir. Le hace sumiso y dócil,
transformando a la persona en un asistido y en un dependiente, en una criatura
propiedad del Estado, en un ser nada. Morales utiliza los tres elementos constitutivos
del despotismo que recomienda Maquiavelo, la mentira, la violencia y el
soborno.
El desarrollismo de Morales es de tal magnitud que
en las últimas elecciones la clase patronal boliviana le ha preferido al otro
candidato en pugna, el empresario Samuel Doria, subsidiando ya de manera
abierta su campaña, y hasta el FMI se ha felicitado en 2014 por el actuar de la
izquierda gubernamental en Bolivia, mientras que el BM respaldó a Morales en
2012 por el trato que daba a las multinacionales.
Esto significa que es más capitalista que los
propios capitalistas, hasta el punto de que se le califica en la prensa
boliviana de “benefactor con los
empresarios”. Todo indica que la izquierda es la mejor expresión de la
derecha, hoy la opción favorita del gran capital, que la está utilizando en
numerosos países para expandir a la gran empresa y constituir unas clases
trabajadoras desmovilizadas y pasivas. Lo está haciendo, además de en Bolivia,
en Brasil[1],
Chile, Ecuador, Venezuela, Cuba, etc. Y lo desea hacer en España, con Podemos.
(Continuará)
[1] Una parte de las peores
agresiones medioambientales, saqueo de materias primas y ataques
institucionales a los pueblos indígenas de Bolivia lo están realizando
entidades y empresas brasileñas, unas estatales y otras privadas, dirigidas por
los sucesivos gobiernos del Partido de los Trabajadores de Brasil, la formación
izquierdista que lleva años desarrollando el capitalismo en ese país.
Excelente artículo. Gracias por abrirnos los ojos, Félix.
ResponderEliminarHombre Mora, peor que el PPSOE no creo que lo hagan, y como tu "revolución integral" no llegará hasta dentro de doscientos o trescientos años, mientras tanto mejor PODEMOS que POTEMOS con el PPSOE. Aunque parece que tu estás encantado con el felipismo, el aznarismo, Bankia, gurtell, los eres andaluces, las tarjetas Black,, etc,etc. !Yo no voto porque si no luego poto, pero meterse con PODEMOS con la corrupcion generalizada del régimen y tu calladito ante eso, y parloteando sobre un futurible que nunca llegará, en fin !!!Me sigo quedando con García Calvo, el futuro es muerte, y tu revolución integral nace muerta con o sin PODEMOS o POTEMOS !!!
ResponderEliminarNo me extraña que os desprecien los partidos,os lo ganais a pulso.Os engañan y volveis a caer,os vuelven a engañar y otra vez a la misma.Estoy seguro que no perdonaríais tantos engaños ni a vuestra madre,pero a los partidos...esto es otro cantar,¡éstos prometen el gran dinero!
EliminarCuando escucho llorar a la gente por lo engañados que se sienten por haber votado ya no me callaré aunque me cueste la vida,les voy hacer saber lo infantiles que parecen comportándose así.
Gracias por su artículo sr Félix,ya no me pierdo ninguno.
ResponderEliminarDesde mi gran ignorancia,me gustaría saber si en España piensa usted si hay alguna buena alternativa a votar.Yo creo que me decantaría por votar al partido " voto en blanco " o no votar directamente.Me entusiasma lo que propone usted de las asambleas pero creo que es tremendamente utópico,tendría que ser a base de revoluciones populares en todo el país y no veo a la gente mucho por la labor.
Saludos sr Félix,hace usted un magnífico trabajo.Ya quisiera el mismo presidente del gobierno tener solo una cuarta parte de su lucidez y claridad de ideas.Enhorabuena.
Felix no cree que estemos preparado para una revolucion. Y tiene razon, estamos destruidos como sujeto politicos. Como mucho podriamos hacer una algarada, un motin, un caos, una Revolucion Francesa, o rusa, pero nunca una revolucion como Dios manda. . Lo que Felix pide es un actuar regenerador, depurativo interno, que se proyecte luego a la calle. Lo mejor que podria pasarnos es un derrumbe civilizacional profundo del cual podriamos recuperar quiza en alguno lugares los valores positivos del rural, de la ayuda mutua, lo asambleario, recatar al humano de verdad, y desde ahi reconstruir la sociedad. Dificil camino nos espera a los de la Revolucion Integral,. Yo con cambiarme a mi mismo y pulirme me doy con un canto en la bpca, antes de ponerme a decirles a los demas que debemo hacer una revolucion
EliminarLeo tu blog y el de Marat y me parto la caja, sois las dos caras de la misma moneda. Me río más con vosotros que con el Intermedio. http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/
ResponderEliminarYa lo de partirte la caja indica el macarra que llevas dentro.No me extraña que no entiendas nada.
EliminarEl intermedio tiene la solución a todos los males,sigue con ello.
si te hace gracia el intermedio...haztelo mirar!!!
Eliminarrealmente los indígenas dejaron de ser marginados o fueron engañados para aceptar el progreso de las autoridades con lo cuál dejaron de ser indígenas para ser otra cosa? es como el racismo, se dice no al racismo pero vos explotas al que está en asia o áfrica, es una puta mentira.
ResponderEliminarPor los comentarios del blog parece que Podemos ya ha comenzado con las purgas y la anatemización del disidente incluso antes de ganar una elecciones. El que tenga ojos para ver que vea.
ResponderEliminar"Lo está haciendo, además de en Bolivia, en Brasil[1], Chile, Ecuador, Venezuela, Cuba, etc. Y lo desea hacer en España, con Podemos." chile? pero si allí gobierna lo que sería el PSOE acá, aparte de eso que tienes contra Cuba?
ResponderEliminarfelix no es por nada pero es que metes a la socialdemocracia, el socialismo del siglo xxi y el marxismo en un mismo saco cuando hay diferencias entre ellos.
ResponderEliminarEs verdad, hay diferencias en los distintos niveles de corrupcion y podredumbre. Hay que matizarlo.
EliminarRonaldinho tienes razón. Uno tiene elevalunas eléctrico, otro cierre centralizado y el otro pintura metalizada.
ResponderEliminarEvidentemente, no es lo mismo.
Brutal. Demoledor.
ResponderEliminarLlevo una buena temporada siguiendo sus articulos y he leido un par de libros suyos, y aun partiendo de la base de que estoy de acuerdo con la mayor parte de su cosmovision, he de reconocer que no puedo evitar preguntarme como se conjuga esta tanto con el evidente debilitamiento del aparato militar que conllevaría, como con el hecho de mantenerse al margen del megacapitalismo transnacional moderno, en orden a evitar, dicho simple y llanamente, ser aniquilados o, en el mejor de los casos, expoliados impunemente y aun mas salvajemente por cualquier país extranjero que decida que lo nuestro es suyo. Todo ello máxime cuando vamos hacia una época de gran escasez generalizada de recursos de todo tipo.
¿No cree que la revolucion integral o sera mundial o no sera jamas y que todo ello pasa por una mutacion total del ser humano de tintes que podriamos considerar utopicos?