domingo, 31 de marzo de 2013

SEGUNDO ANIVERSARIO: EL 15-M O LAS DESVENTURAS DE LOS SERES NADA EN LA SOCIEDAD ABERRANTE




En el segundo aniversario del “gran acontecimiento” que, según los profesionales del activismo irracional y socialdemócrata, iba a hacer que ya nada fuera “como antes” hay muy poco que celebrar. Del aparatoso espectáculo callejero, fácil y simplón, apenas quedan activos escasos y dispersos fragmentos(1). La montaña no ha parido un ratón sino algo aun más minúsculo, una pulga anémica…
        
Es el momento de la reflexión dirigida a aprender, de hacerse responsables de lo sucedido, de practicar aunque sólo sea un poco el arte del balance y la autocrítica. Pero es seguro que quienes tanto vociferaron hace dos años, prometiendo maravillas y prodigios desde lo que era más apariencia, montaje y entretenimiento que sustancia, permanecerán ahora callados, pues tales “líderes” jamás se equivocan, por tanto, nunca se hacen responsables de nada.
        
El 15-M, si algo ha mostrado a las personas que deseen usar su propia cabeza, y que eviten frivolizarlo y juguetizarlo todo, es la patética incapacidad intelectiva, oratoria, relacional, volitiva, ética, erótica y estética del sujeto de nuestra sociedad, él y ella. En particular, el activista y la activista de los movimientos y del reformismo han manifestado ser ineptos e inhábiles para hacer algo que sea serio, efectivo, constructivo, duradero, transformador y con altura de miras, por no decir revolucionario.
        
Tantos años de servir a la política socialdemócrata, de ir a la zaga del PSOE, de prosternarse ante esa horripilancia que son las religiones políticas de la progresía, la izquierda y el anarcoestatismo, de hacer del Estado el “remedio” a todos los males y de practicar un “anticapitalismo” de pega ha terminado por detonar el cerebro de estas gentes. Eso ha hecho de ellas tristes caricaturas de seres humanos, incompetentes e inútiles para todo lo que no sea pasear pancartas y vociferar consignas socialdemócratas, impuestas desde el poder, justamente los lemas que han destruido nuestra sociedad y nos han destruido como seres humanos.
        
Lo que ha dejado tras de sí el 15-M, en tanto que proyecto abortivo o gran espectáculo-nada realizado por el muy degradado individuo propio de la sociedad actual, el ser nada, ha sido decepción y frustración, tirria al asamblearismo, resignación, pasividad, desmovilización y una mentalidad aún más individualista y egotista, que se manifiesta en el ahora “remedio” universal a la crisis general de las sociedades europeas, el “sálvese quien pueda”.
        
No menos inofensivas y anodinas están siendo las diversas “huelgas generales”, los 25-S (2), 23-F y los similares que vendrán, el arrastrar pancartas con consignas socialdemócratas y las movilizaciones corporativistas por dinero. Eso es menos que nada, menos que cero, enamorarse de la propia impotencia e incompetencia. El sistema de dominación ya no puede otorgar limosnas, como hace años, y los reformistas de toda laya tienen en el presente muy poco espacio para sus demagogias.
        
Quienes lo esperan todo de tales prácticas están ahora en su peor momento, reducidos a grupos ínfimos, desmoralizados y en evidencia, aislados de la sociedad, sin conexión con la realidad, convertidos en un gueto que tiende a encogerse y disminuir. Su liquidación de hecho definitiva puede durar más o menos pero es segura. Los y las que sigan aferrándose a todo eso de buena fe han de saber que se están precipitando en la nada. La situación de la sociedad ha cambiado radicalmente en los últimos años pero los devotos del movimentismo socialdemócrata pro-sistema no han cambiado en nada…
        
Hay que buscar nuevas vías a la transformación social y personal, alejadas de las tabarras socialdemócratas, las parodias de asamblearismo, las mentes vaciadas de todo contenido y toda reflexión, la ciega fijación en los “remedios” estatales, el activismo que hace a las personas envilecidos autómatas que se agitan convulsivamente, el “olvido” de que la calidad del sujeto es decisiva, el no abordar los pavorosos problemas convivenciales, el desprecio por las necesidades espirituales, la demonización de la ética, la prosternación ante las religiones políticas y la fijación maniática en lo económico, lo reivindicativo, lo monetario y lo “práctico”. Es todo eso lo que ha fracasado, en buena hora.
        
Y ha fracasado cuando las sociedades europeas se deslizan hacia un futuro cada vez más difícil y tenso, en un proceso irreversible. Al mismo tiempo los instrumentos políticos, sindicales, ideológicos, culturales, académicos, pseudo-estéticos y mediáticos de que se ha servido el sistema de dominación hasta ahora se están paso a paso desintegrando, lo que es un acontecimiento de una notable potencia emancipadora.
        
La crisis actual es muchísimo más que una disfunción de la economía, es el hundimiento de un modo de vida, un modelo de sociedad, una escala de disvalores y un tipo de sujeto (o infra-sujeto), el ser nada de la última modernidad.
Estamos, pues, ante una situación doblemente positiva y esperanzadora, por lo que el 15-M ha mostrado y enseñado, y por la evolución general de nuestras sociedades. No es para gritar ¡albricias! pero casi…
        
Ahora las luchas, tareas y estructuras reivindicativas o parciales han de ser lo secundario, y la organización estratégica de la revolución lo principal. Necesitamos poner en pie un movimiento articulado para la regeneración y refundación universal de la sociedad y de la persona.
        
Lo reivindicativo sólo es positivo si es secundario, si está en el marco de un programa revolucionario, si nos ocupa un tiempo limitado. En caso contrario es negativo. El 15-M fue potente mientras se presentó como un movimiento para la regeneración total de la sociedad y se destruyó cuando degeneró en montaje reivindicativo, una especie de nuevo sindicato ocupado en “lo concreto”.
        
Quienes siguen venerando las pequeñas cuestiones, los asuntos más ínfimos y los proyectos carentes de grandeza y universalidad se están haciendo marginales por propia elección. Hoy la gran crisis general en desarrollo de las sociedades europeas exige pensar en el todo, arriesgarse por el todo y entregarse a la totalidad finita de los grandes problemas.
        
Aquellas y aquellos que desean lo fácil, lo agradable, lo pequeño, lo insustancial, no se dan cuenta de que la historia ha cambiado de etapa, de que vivimos en otro momento, muy diferente al de, por ejemplo, hace sólo cinco años. En efecto, una sociedad que se está desplomando como todo requiere una respuesta como todo.
        
Quienes desean volver al bienestar fisiológico y al consumo enloquecido y ecocida anterior a 2008 son ahora los peores reaccionarios. Hay que decir no a la utopía atroz de un capitalismo que “funcione”, hay que mirar con ilusión hacia adelante, hacia una sociedad libre, autogobernada y autogestionada, sin trabajo asalariado y sin capitalismo, por tanto, sin ente estatal.
        
Necesitamos hacer un programa mínimamente desarrollado de la revolución integral, cuyo fundamento ha de ser la idea misma de revolución, como gran transformación a realizar en un dilatado proceso histórico, que modificará de raíz la sociedad, el individuo, el sistema de creencias y el modo de ser y existir de la persona.
        
Dada la descomposición inducida desde arriba del sujeto y la general caotización e hiper-degradación de la vida social promovida desde las instituciones, la asamblea, durante un tiempo, no podrá ser la forma principal de organización, como se ha manifestado en los hechos, lo que no significa, por supuesto, que no deba usarse en muchas condiciones y lugares. Lo son los colectivos de acción y reflexión, formados por un reducido número de personas auto-seleccionadas por su compromiso y capacidad personal, manifestados en actos individuales. Ahora es tiempo de minorías conscientes. Tales colectivos deben conectarse entre sí.
        
El primer paso es comprender nuestra época, examinar la realidad y formular una estrategia general. Sin estrategia sólo puede haber estériles palos de ciego. Una estrategia lleva a un plan de acción. El plan realiza la revolución, acontecimiento que no es puntual, debido a que ha de ocupar todo un dilatado espacio histórico. Previamente, la estrategia se formula desde la más rigurosa y objetiva observación pensante de la situación existente.
        
La verdad dimana de la realidad aprehendida, no de las teorías, las escuelas de pensamiento y los dogmatismos. Hay que realizar la autogestión del saber y el conocimiento, para lograr grados razonables de libertad de conciencia, autonomía colectiva e individual y ejercicio soberano del libre albedrío.
        
Necesitamos ideas (verdaderas) e ideales (sublimes) que den respuesta revolucionaria a los grandes problemas de la sociedad y el ser humano, y necesitamos además librar con ellos una muy larga y porfiada batalla de las ideas. Son las ideas-ideales los que mueven a las sociedades, construyen a las personas y hacen las revoluciones, no los intereses materiales, menos aun las luchas reivindicativas, mitificadas por quienes se llaman “anticapitalistas” pero son más burgueses que los propios burgueses.
        
Los seres humanos, mientras lo sigamos siendo, nos movemos por el cerebro y el corazón, y sólo secundariamente por el estómago. Son la burguesía y sus agentes quienes ponen en primer lugar a éste para destruirnos como personas y hacernos esclavos.
        
Formular las ideas e ideales es la fase previa a crear opinión pública con ellas, a realizar un gran debate en toda la sociedad que permita culminar un proceso de acumulación de fuerzas y de autoorganización de las y los más conscientes. Tenemos que crear grandes ideas y decisivos ideales, libres de academicismo, de pedanterías, de cualquier mentalidad libresca, como algo vivo, genuino, popular y auténtico, que conecte con lo más esencial de nuestro tiempo y de sus gentes, que llegue al entendimiento y al corazón de las personas, que persuada, emocione y mueva a la acción al mismo tiempo.
        
Cuando todo está siendo puesto en cuestión por el derrumbe múltiple de las sociedades europeas, que se va a seguir dando durante decenios y decenios, hemos de esforzarnos en ofrecer un enfoque revolucionario de todos y cada uno de los más primordiales problemas de nuestro tiempo, realizado desde lo experiencial, el sentido común trascendente, la voluntad de sublimidad, la reflexión estratégica y la grandeza del ánimo, sin doctrinarismos ni dogmatismos ni fanatismos.
        
Quienes en la situación actual se queden en las pequeñas cuestiones, en las demandas monetarias, reivindicativas y cotidianas, sin saberse elevar a lo decisivo, universal y trascendente, se condenan a la marginalidad y a la nada porque nuestro tiempo exige un gran giro civilizador que afirme y reafirme lo humano durante los próximos siglos.
        
Sin abordar de manera práctica la autoconstrucción de la persona hoy no es posible hacer apenas nada. La responsabilidad individual es decisiva, y el victimismo resulta muy dañino. Si algo ha mostrado el 15-M es que la ínfima calidad del individuo medio hoy hace imposible toda acción colectiva transformadora que vaya más allá de mendigar dinero, lloriquear para que el Estado nos “salve” y plantear mezquinas exigencias corporativas. Hoy el capital, cuya tasa de beneficio está en declive, y el Estado, semi-arruinado, no pueden atender la inmensa mayoría de las demandas populares, ni siquiera las más modestas.
        
Por eso la construcción prepolítica del sujeto es ahora una tarea imprescindible. Tenemos que mirar lejos, que hacer planes a largo plazo, con sentido del devenir histórico, sin dejarnos ganar por el ansia de logros inmediatos, hoy imposibles además, incluso para el reformismo más ramplón.
        
Porque estamos en una sociedad aberrante en todos los sentidos, y con un sujeto destruido intencionadamente por el poder, necesitamos avanzar por medio de procedimientos muy complejos e innovadores. Quienes deseen seguir caminos fáciles terminarán como el 15-M, en la nada. Los viejos modos, miles de veces fracasados, ya no valen, como prueban los hechos.
         Cuando casi todo se está derrumbando a nuestro alrededor hemos de crear un polo atractor de la acción y el pensamiento, de la esperanza y la formación de las personas, de la honradez y la voluntad ética, con un proyecto y programa revolucionario que reconstruya lo humano y al ser humano. Nuestra meta es “vencer por virtud”.
        
Las ideas y los ideales son los que mueven a los seres humanos, no los intereses. Una revolución realizada desde los intereses por eso mismo no es revolución, porque le falta la universalidad, el desprendimiento, el sentido de la justicia y la grandeza del ánimo que tal acontecimiento demanda.
        
Las y los activistas socialdemócratas no logran comprender la importancia crucial de las ideas, y de su aplicación a la totalidad de lo humano, los ideales, por lo que son incapaces de poner manos a la obra en la tarea más urgente y decisiva ahora: crear y difundir ideas e ideales.
        
Los valores, la ética en principios y actos, son fundamentales. Sin una revolución axiológica, o en los valores, no puede haber revolución. Sin sujetos autoconstruidos desde la autoexigencia y voluntad de servicio no se puede avanzar. “Vencerse para vencer” es un principio de enorme significación ahora.
        
Los cambios necesarios no nos los va a regalar nadie, ni un partido, ni un político, ni un pensador, ni un movimiento, ni nada que no sea cada una y cada uno de nosotros, solos y asociados. Tenemos que adquirir un compromiso íntimo y personal, realizando una elección y una volición, con inteligencia, visión estratégica, voluntad de llegar a toda la sociedad, creatividad, audacia y afán de pluralismo.
        
Cada una y cada uno de quienes han participado en el 15-M tiene que hacer su propio balance, evitando esa trampa mortal que es el victimismo (culpar a los otros y exculparse a uno mismo haciéndose irresponsable e hipercrítico con los demás), admitiendo los errores y defectos personales con agudeza y valentía, para fijar su propio plan personal de reflexión, acción, compromiso y expiación.
        
Son las minorías dotadas de calidad autoconstruida las que pueden aportar hoy algo útil a la gran tragedia (que a la vez es una gran oportunidad) de la desintegración de las sociedades europeas. Los populismos de pega, el delegar en la asamblea y el igualitarismo simplón ya han fracasado en el 15-M. Se trata de minorías, por supuesto, operando dentro del pueblo y vinculadas a él pero no atrapadas y anuladas por las luchas de supervivencia ni por las movilizaciones en pos de metas parciales, ni tampoco degradadas por el afán de situarse al mismo nivel de las masas. La sociedad del adoctrinamiento y el amaestramiento domina y deshumaniza a éstas, haciéndolas reaccionarias. Las masas hoy son un apéndice del sistema de dominación y arrodillarse ante ellas es hacerlo ante el statu quo.
        
En la epopeya de crear una nueva sociedad, un nuevo ser humano y un nuevo sistema de convicciones y valores las mujeres han de ocupar los puestos de avanzada. Sin su participación no puede haber revolución. Ellas son del todo decisivas.
        
Vamos a crear un colectivo organizado y articulado, al ser una suma de grupos y personas, que se base en lo más sustantivo del ser humano, los imperecederos ideales de verdad, libertad (de conciencia, política y civil), virtud cívica, bien moral, entrega desinteresada, convivencia afectuosa, espíritu de sacrificio, amor al amor, restauración espiritual, renuncia a la codicia, a la voluntad de poder y la vida muelle, fusión con la naturaleza, valentía y diligencia.
        
Una tarea posterior será elaborar un proyecto, programa y reglamento.
        
Las ideas e ideales son el factor consciente que las clases populares necesitan para elevarse a revolucionarias.
        
Lo colectivo es importante pero no siempre es imprescindible y a veces no es lo mejor. La acción individual alcanza a proporcionar logros formidables. Sola o solo puedes hacer grandes cosas, pues a veces el número entorpece, embaraza y frena. No te dejes chantajear mentalmente por la retórica colectivista y hazte tu propio plan de acción, no esperes a que otros se decidan, comienza tú, a solas si hace falta.
        
Vendrán nuevos movimientos populares similares al 15-M, se desencadenarán nuevas y más formidables movilizaciones. Lo importante es que cuando advengan estemos preparados, o que incluso seamos nosotras y nosotros quienes los promovamos.
        
No deseamos construir un gueto, ni una secta. Vamos a estar con la gente pero no a disolvernos en ella. Tenemos voluntad de originar un movimiento popular plural, que llegue al conjunto de las clases populares. Lo vamos a hacer por pasos, fases o etapas. Primero construir las ideas e ideales, el programa, el proyecto y su base organizativa. Segundo popularizarlo. Tercero, ir edificando una fuerza social que esté a la altura de los grandes retos del siglo XXI.
        
Ya somos cientos de personas compartiendo unas ideas e ideales comunes, todavía poco desarrollados pero sólidos, buenos y razonablemente verdaderos. Por tanto, podemos y debemos agruparnos, organizarnos, obrar colectiva e individualmente en las condiciones que se fijen. Si el 15-M ha fracasado nosotras y nosotros podemos lograrlo, pero no para mañana, no fácilmente, no sin esfuerzo, tensión y sacrificio. Recordemos: los caminos fáciles no llevan lejos.
        
Mis libros y otros materiales, escritos y audiovisuales, en su estudio, aplicación y difusión, así como los de otros autores, pueden servir de base a los grupos de acción y reflexión.
        
Nuestro proyecto, conviene repetirlo, no busca resultados a corto plazo, hoy imposibles en cualquier actividad por lo demás, no desea ser parte de la sociedad del espectáculo (como lo ha sido el 15-M), no hace promesas demagógicas, no ofrece nada sino que invita a la entrega y al esfuerzo desinteresado, y no está abierto a cualquiera. Ha de ser la organización consciente de quienes deseen servir al bien público, con virtud cívica, virtud personal y olvido de sí.
        
La grandeza y extrema dificultad de nuestras metas y propósitos garantiza nuestra autoconstrucción como seres humanos de calidad. Es tiempo de la épica y la trascendencia, de la acción auto-disciplinada y del espíritu de esfuerzo y servicio. Vamos a hacer la historia y no sólo a contemplarla y padecerla.     
         Ha llegado el momento.
                                                               30 de marzo de 2013

(1) Sobre las causas de esto remito a mi análisis “Pensar el 15-M”, en el libro colectivo “Pensar el 15-M y otros textos”. La imposibilidad de que exista un movimiento de masas con sentido transformador en las actuales circunstancias, de hiper-vilificación de la sociedad y mega-degradación del sujeto, está planteado en ese libro. Los hechos, infortunadamente, me han dado la razón.
(2) Sobre esta cuestión recomiendo la lectura de mi trabajo “El 25-S y la creación de una nueva casta partitocrática”, en el libro “Reflexiones sobre el 25S”, VVAA. Las propuestas de “proceso constituyente”, “frente cívico” y “III república” son las alternativas de recambio que está preparando el sistema de dominación para renovar su dictadura, de ahí que la crítica de aquéllas sea pertinente. Dentro del parlamentarismo, el régimen partitocrático, el orden estatal y el capitalismo no hay solución a los grandes problemas de nuestro tiempo y ahora ya ni a los pequeños, pues el sistema está agotado, se ha hecho rígido y no admite reformas, salvo las de tipo más lesivo y negativo para la gente común. La acción debe centrarse en la gente, en el pueblo, no en las instituciones.




16 comentarios:

  1. Hola Felix, identificarse con tu pensamiento ya requiere cierto grado de evolución, por tanto imagino que habrás provocado reacciones adversas en los auditorios mas dispares. Me parece el discurso mas coherente que escuchado en los últimos tiempos. Cuentas con mi apoyo y mi respeto.

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  2. En mi comentario anterior usé la palabra “evolución” en el sentido de autotransformación que tu utilizas. A mi juicio conectar con tu mensaje necesita haber comenzado ese proceso y de alguna forma ser un “iniciado”. Por ilustrarlo con un ejemplo, digamos un joven educado o mejor dicho alienado en nuestro sistema, con las referencias que recibido sobre el fenómeno de la espitualidad humana tu mensaje se le antoja propio de conferencia episcopal. Si ha esto sumamos que todavía no ha satisfecho el deseo programado de posesiones materiales, difícilmente ha podido experimentar el consiguiente vacio existencial y con ello la necesidad de desarrollarse espiritualmente. Es mas, es posible que la única experiencia espiritual se haya producido a través de medios materiales, llámense drogas o espectáculos de masas. Con esto podemos observar la necesidad del ejemplo material unido a la reflexión filosófica. Me viene a la memoria la historia clásica de Tales de Mileto que para demostrar a sus detractores el valor del conocimento consiguió grandes beneficios especulando con la cosecha de aceituna. Nótese que la especulación tambien tiene una vertiente positiva. Saludos.

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  3. Hola Félix, quería saber qué opinas de los análisis antiestatistas desde una perspectiva tribalista o indígena en la línea de Pierre Clastres, no como teoría sino como estrategia cuantitativa para el proyecto.

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  4. Felicidades por el texto Félix. Tenemos un largo y duro camino por recorrer.
    Adelante!

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  5. admiro a los que buscan la verdad...temo a lo que creen haberla encontrado.

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  6. Coincido casi totalmente en el fondo de lo expuesto, pero hay un detalle en la forma que preocupa un poco y que he podido ver en anteriores artículos y charlas de Félix, así como de otros autores de pensamiento similar. El lenguaje de género ha sido una imposición socialdemócrata clarísima para evitar la igualdad de la mujer por el sencillo procedimiento de retorcer el lenguaje y privarlo de parte de su significado para tapar así las desigualdades de fondo, y sin embargo es completamente aceptado y practicado por individuos y colectivos que se oponen frontalmente a su ideario. Creo que habría que irlo liquidando para no caer en contradicciones.

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  7. Creo que has dado un paso más en el presente inmediato, esta reflexión venida de observar el desenlace de un acontecimiento como el 15m la encuentro muy acertada, he dado muchas vueltas en esta onda... Me ha gustado y me ha dado fuerza tu reflexión. Que acertada la observación de ser absorvido por la masa, ser disuelto en ella. Vamos!

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  8. Hola Félix.
    Como participante del 15M, abochornado de mí mismo cuando lo recuerdo, te doy la razón en cuanto al contenido, no en la forma. Ya en tu “reflexiones sobre el 15M” anotaste que lo mejor de éste fue su asamblearismo inicial. Al principio, uno o dos meses, fue decrecientemente emocionante y liberador en cuanto que había confianza; tod@s eran escuchad@s, hablábamos con confianza y escuchábamos con respeto. Fue una ruptura, como salir de un sopor y descubrir más habitantes en el planeta; salimos a la calle a conocernos. Ahí me inicié en la Política y empecé a leer al respecto viendo que era necesario. Venía del pensamiento o del voto de IU. Aburguesado progresista tan convencido de mis ideas, que eran las de muchos, que sólo hacía que escuchaba a los demás para luego soltar el panfleto a cuento de tal y tal. Pero no fue así en el 15M, muchos dejamos atrás ideas y pensamientos preconcebidos para observar y apoyar confiando en el grupo que en aquél momento estuviera presente. En ese sentido fue, y volverá a ser, experiencial y emocionante en cuanto que, a pesar de la educación recibida, dejamos a un lado el egoísmo y nos permitimos confiar los unos en los otros. También es verdad que esos momentos y días nos descolocaron a tod@s. Muchos sentimos ese compartir asambleario del que tú tanto hablas, esa fuerza impulsora del ánimo que se fue apagando como bien expones por la ansiedad del hacer y de la acción. Aquí sí se notó bien el trabajo destructivo del Estado sobre nuestra capacidad de reflexión individual; casi total. Además de la manipulación progresiva de los programas políticos dentro del movimiento que encontraban hueco allá dónde había desesperación por la falta de entendimiento profundo de las cuestiones; ya venía el activista de turno a explicarnos todos los problemas y cuáles eran las soluciones. Nadie se cuestionaba nada, nadie hacía autocrítica, salvo honrosas y muy escasas excepciones. Se fueron yendo personas al ver que ya todo estaba dicho y que no podían aportar nada, salvo coger una pancarta y gritar por la calle. Todo lo que no era IU no valía, todo lo que no era PSOE tampoco y así con todos. Nadie escribía guiones nuevos. Hubo ideas, sí, pero excluyentes y competitivas. Hubo líderes y seguidores de éstos y en definitiva, otro partido más.
    Fue duro verlo y fue más duro vérmelo a mí; ver cómo manipulas desde la posición de poder en la que te han aupado tus compañeros. Ahí se fue perdiendo la horizontalidad y cualquier novedad del movimiento.
    Pero ha sido una semilla que dará y está dando frutos. Individual y colectivamente salimos reforzados más que defraudados. Paciencia y reflexión compañeros.

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  9. Veo que tu interés por el 15-M es tan enorme que ni siquiera te das cuenta de que aún no ha sido el segundo aniversario. El 15-M es el 15 de mayo, no de marzo

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    1. Eso se llama burricia, si conocieras a Félix ya estarías acostumbrado, dar patadas a los libros es típico de los fascistas.

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    2. Al de la burricia,yo escribo mensajes en tu blog "companotrabajes" y no me los publicas,siendo mi ánimo siempre de debatir.Aquí tienes la suerte que puedes incluso insultar al mismo que te publica los mensajes.¿Quizá puedas aprender algo de esta experiencia?Seguramente los dogmatismos no te dejen ver,como siempre.


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  10. Bravo Félix, sigue así y espero que nunca te venza el desánimo. Siempre que puedo, aprovecho la oportunidad para introducir las ideas que promueves (y promovemos) en cualquier debate que pueda surgir espontáneamente con la gente corriente, sea este de índole política, social, histórica, ética, etc.
    Me es grato comunicarte que la reacción de muchos -sobre todo de los que no están fuertemente fanatizados- es positiva. He llegado a la conclusión, no sé si correcta, que se debe porque valoran la independencia del punto de vista, el desinterés personal y el deseo de bien que desprende el argumento, y también a una sospecha cada vez más extendida de que han sido engañados y manipulados, y se encuentran más predispuestos a explicaciones racionales y sin argumentaciones extravagantes.
    El punto sobre la ausencia casi total de la calidad del sujeto actual es clave, y sorprendentemente para mí, muy fácilmente admitida por todos los que quieren escuchar sin prejuicios, con autocrítica y anhelo de nuevas ideas.
    Con esto no quiero resultar falsamente optimista: la cerrazón y las erradas ideas preconcebidas interiorizadas a lo largo de toda
    una vida por la mayoría, como la de progreso, libertad, buen vivir, igualdad, condición humana, país, democracia y un largo y descorazonador etc, hacen extremadamente ardua la tarea. Fundamental es el punto, en el que a veces insistes, en que esta tarea hay que emprenderla sin ánimo de verla realizada en vida y que es el mejor (en realidad el único, en mi opinión) de los legados que podemos dejar a las siguientes generaciones, porque el ideal de revolución desinteresada hace renacer el sentido de la vida, y esto a buen seguro les va a hacer mucha falta.
    Gracias Félix, el mérito es tuyo, y un saludo a todos los que siguen este blog.

    Por cierto, como sugerencia final, estaría bien que profundizaras en un post en alguna ocasión, en el sentido que das al concepto de "libertad de conciencia", aunque soy consciente de que "ante el vicio de pedir está la virtud de no dar".


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    1. Sobre el asombro de cómo personas "corrientes" pueden escuchar y comprender los argumentos, posicionamientos y críticas que esgrime Félix, creo que está el factor clave de "vencer por virtud".

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    2. En mi modesta opinión la clave es ser ignorante de casi todo y haber sufrido un entorno católico en la infancia. Nada que ver con la virtud

      ¡Viva la IIIª República!

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  11. Ahora quieren crear un partido político,pero espero que si lo crean,la gente les de la espalda totalmente,aunque también espero que le ocurra eso a todo el espectro parlamentario.Si lo crean,preparemos tomates y lechugas podridas para tirarles a los vendedores de esperanzas,así se hace más divertido,que si no siempre se rien los mismos.

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  12. Este artículo es de Prado Esteban.

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