Es intolerable la idea
ultra-machista de que las mujeres han de ser emancipadas por las instituciones,
por el Estado, a través de la Ley de Violencia de Género, el Ministerio de
Igualdad, la legislación económica que las privilegia, el sistema de cuotas, la
propaganda institucional denigratoria de los hombres, la demonización del sexo
heterosexual, la proscripción de la maternidad y el odio obligatorio a los
niños/niñas, la estigmatización del amor y otras medidas.
Ahora el PP, o sea, la
derecha española, sociológicamente heredera del franquismo, está llevando
adelante las “políticas de género”
con mayor fuerza aún que antaño el gobierno del PSOE. Por ejemplo, los últimos
protocolos de actuación para “erradicar
la violencia machista” son los más rigurosos desde que tal ley se promulgó,
y las subvenciones a colectivos sexistas del Ministerio de Igualdad de la
derecha (hasta no hace mucho franquista) siguen siendo generosas, a pesar de la
crisis.
Así se está convirtiendo
a ciertos sectores de féminas en criaturas sometidas al Estado y de él
dependientes. Si en el viejo patriarcado el Estado obligaba a los hombres a
“proteger” a las mujeres, en el nuevo patriarcado, el actual, el que se ha
institucionalizado en los últimos decenios, es el artefacto estatal
directamente quien se hace cargo del amparo y tutela global de las féminas.
Pero la emancipación no
puede regalarse, no es algo otorgado desde arriba. El acto liberador, por su
propia naturaleza, ha de ser realizado por quien se libera.
Lo que se ha
constituido con todo esto, es una nueva mujer hiper-dependiente, a la que los privilegios
y ayudas otorgadas la están maleando y destruyendo como ser humano de calidad,
como sujeto con autonomía, inteligencia, fortaleza, sentido moral y libre
albedrio.
El viejo patriarcado
también se sirvió de las prebendas para reducir a las mujeres a la condición de
seres no-humanos. Su exclusión de los ejércitos y las guerras era un privilegio
colosal. El nuevo patriarcado, cuyo centro es el Ministerio de Igualdad y cuya
ley más señera es la de Violencia de Género, igualmente utiliza los privilegios
y la ayuda para infantilizar, encanallar y destruir a las mujeres en tanto que
seres humanos mujeres.
La mujer hiper-protegida
por el paternalismo estatal no es una emancipada sino una esclava. No es una
liberada sino una criatura institucionalizada, asombrosamente dócil y sumisa,
pasiva y dependiente, ininteligente y embrutecida.
Si el antiguo
patriarcado se dirigía a someter a las mujeres el nuevo pretende algo aún peor,
destruirlas en tanto que seres humanos.
Los privilegios
degradan a quienes los poseen. Otorgar derechos sin deberes hace perversas,
necias y pasivas a las personas, como explica Simone Weil, esa mujer ejemplar.
Valerse de la “discriminación positiva”
es destruir en las féminas el esfuerzo por emanciparse a sí mismas, que es la
esencia del proyecto emancipador.
El Estado no actúa de
protector de las féminas por filantropía. Lo hace para servir a la razón de
Estado, a la voluntad del artefacto estatal de dominarlo todo y poseerlo todo.
Quienes tienen una visión ingenua, “positiva”, del Estado, que lean a
Maquiavelo y entiendan qué es realmente la razón de Estado.
Es un insulto para las
mujeres sostener que las ha de proteger el ente estatal, pues equivale a decir
que son seres inferiores que no son capaces de protegerse a sí mismas. Por eso este
8 de marzo debe ser de lucha contra el Estado “protector” y sus agentes, para
afirmar la total capacidad que poseen las mujeres para ser ellas mismas,
defenderse a sí mismas, vivir por sí mismas y existir con total autonomía.
Eso exige denunciar la
“discriminación positiva” y considerar a quienes la respaldan como la peor
expresión de misoginia y machismo de la historia. Así se podrá poner fin a la
deriva feminicida que ha tomado nuestra sociedad.
La emancipación total
de las mujeres es una de las grandes metas del proyecto de revolución integral,
dirigido a crear una sociedad libre, sin ente estatal ni clase empresarial, por
tanto, sin patriarcado ni neopatriarcado, libre de sexismo de uno u otro tipo.
Afirmemos pues este 8 de marzo la gran idea de revolución total con las mujeres
en la primera fila de la acción revolucionaria. De ellas depende la victoria.
Hola,
ResponderEliminarno solo la hembras estan sometidas al estado, sino tambien los machos. El "antiguo patriarcado" no solo se dirigia a someter a las mujeres, sino a someter la vida en general, lo sistemas vivientes, a las mujeres y a sus hijos, de los que tambien hay varones. Por lo tanto el patriarcado es en si, la realización de un sistema de dominacion que va de arriba a abajo y en el que cada eslabon domina al inferior y es dominado por el superior. Aquí no se salva nadie. Si arriba esta dios, el rei, el macho alfa, despues el beta......hasta llegar a la mujer alfa, la beta...los niños, las niñas, las cabras, los esclavos, la tierra......
"Las mujeres se emancipan a si mismas y los hombres tambien"
El dominador depende del dominado y viceversa.
Los privilegios degradan a quien los poseen o sea que ya sabemos quien esta degradad@.
A ver, todo el artículo me parece que pasa superficialmente por el tema. Que por lo demas es EL TEMA, el gran tema de nuestra era, de la esclavitud y de nuestra liberacion.
Recomiendo esta lectura, http://www.tenemostetas.com/2011/04/criar-seres-libres.html para profundizar en conceptos como "patriarcado", "dominacion", "liberacion", "feminismo", "machismo".
Gracias por la oportunidad de participar en estas reflexiones.