martes, 14 de junio de 2016

NO VOTAR LO QUE MÁS DAÑA AL SISTEMA

        Nuevas elecciones. Nuevo baño de mentiras, burlas y bellaquerías. La masa, envilecida por el sistema de dominación, es empujada cual rebaño hacia las urnas, para “escoger” entre lo igual y lo igual. El ser nada o sujeto nadificado, crédulo e irracional, imagina que votar a tal o a cual, y pelearse con sus iguales que votan a las otras marcas comerciales/electorales, es decisivo para mejorar su vida.

Pasarán los meses y los hechos demostrarán una vez más que todo es una pantomima cruel y que el sistema de dominación permanece idéntico a sí mismo, pues el poder reside en el Estado y el capital, no en el gobierno, los partidos y el parlamento, que son derivaciones irrelevantes de aquéllos, sin poder real por sí. Se permite la elección (no-libre) de los elementos accesorios y formales del sistema pero no la del poder verdadero, que queda siempre en manos de las élites funcionariales, militares y empresariales.

         ¿Quiénes ganan? Los políticos profesionales, que se llena los bolsillos. Todos, los de derechas y los de izquierda, los españolistas y los “independentistas”. De manera legal e ilegal harán su agosto desde los cargos institucionales. ¿Quién pierde? El pueblo, los pueblos. Se vote a quien se vote es igual, pues todos los partidos son iguales, pero se otorga apoyo al sistema de dominación. No.

         Votar es validar al sistema, es integrase en su lógica perversa, es hacerse parte de él. Abstenerse es golpear donde más duele, poner en evidencia el montaje politiquero en curso, la parodia de una dictadura que, cada cierto tiempo, se sirve de comicios no-libres, potestativamente irrelevantes y mediáticamente manipulados para presentarse como lo que no es, una democracia, y ocultar lo que es, una dictadura.

         Desde luego, la contradicción no está entre la derecha y la izquierda, pues la una y la otra son lo mismo, igualmente institucionales, al servicio del capital, embusteras, parasitarias, inmorales, inciviles, corrompidas. Hay que salir de ahí para situarse en la verdadera contradicción, la que opone a la reacción (dentro de la cual está la izquierda al mismo nivel que la derecha) y la revolución. Reacción/revolución es real mientras que derecha/izquierda es irreal.

         La derecha nos ha triturado desde 2011, del mismo modo a cómo la izquierda nos maltrató en 2004-2011. La derecha ha mantenido todas las leyes y normas de la izquierda, lo que prueba la identidad izquierda-derecha. Ahora parece que toca que gane la izquierda, que será continuista con lo realizado por la derecha. Es el viejo mecanismo del turno de los partidos, que se alternan para manifestar una “pluralidad” y “libertad” inexistentes. Si gana la izquierda hay que celebrarlo, pues de forma similar a cómo ha sucedido en Grecia su demagogia y locuacidad se desmoronarán en poco tiempo.

         Ahora, la clase mandante necesita reestructurar a fondo el sistema productivo, en la dirección de establecer una economía similar a la china, con largas jornadas de trabajo, salarios reducidos y derechos sociales mínimos. Para eso necesita de la izquierda en el poder, pues la izquierda es el mejor instrumento del capital, la herramienta principal de la clase empresarial, como se ha mostrado desde el final del franquismo, cuando el capitalismo se ha servido de la izquierda para resolver sus problemas más acuciantes, políticos, sociales y económicos.

         Si el modelo a implantar es el chino la vía será la griega. Lo que el partido Syriza, el referente para la izquierda española hasta ayer mismo, está haciendo en Grecia hará aquí la izquierda, en realidad ya lo está haciendo en los ayuntamientos donde tiene poder.

         La respuesta ha de ser: 1) no votar, cuando menos votos logren tendrán menos legitimidad y les será más difícil realizar los duros y numerosos “ajustes” que necesitan, 2) si gana la izquierda, que en lo de los recortes sociales es la fuerza más agresiva y resolutiva, hay que contestar con la huelga general en cuanto se den las condiciones, igual que ya han hecho en tres ocasiones los trabajadores griegos.

         Lo uno y lo otro son prácticas anti-sistema, revolucionarias. La política partidista es sucia, es cieno, es mugre, es inmoralidad, y quien incluso de buena fe participe en ella, se mancha y degrada, y daña al bien general. La meta es reconstruir al pueblo, lo que sólo puede hacerse como realidad social ajena y opuesta a las instituciones, a todas ellas. Hay que estar fuera del poder, único modo de no envilecerse con él, ponerse a su servicio y hacerse parte de él. Desde fuera hay que trabajar para que el populacho se haga pueblo y para que el pueblo haga la revolución. Una revolución cuya primera realización será establecer la libertad política, derogando la dictadura parlamentarista y partitocrática para establecer un régimen de gobierno libre, por asambleas populares, con libertad de conciencia (que hoy no existe) y libertad civil (que tampoco existe).

         Así pues, la revolución tiene como contenido y meta derrocar la actual tiranía y realizar la libertad.
        

8 comentarios:

  1. Tal vez interese esto, al hilo del artículo.
    Aún quedan valientes que hacen lo correcto:

    http://www.malditapropaganda.com/2016/05/democracia-forzosa.html

    Salut!

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  2. ¡Hola Féliz¡Así es, la abstención es lo que más miedo le da al sistema, le quita fuerza (El sentido de un voto u otro es la relación de fuerzas, nada más). Y para que un sistema pierda legitimidad se le debe quitar esa fuerza. A otra cosa, te sigo todo lo que puedo (reconozco que poco) y simpatizo con muchos de tus pensamientos ¿Hay algún lugar o correo al que se puedan enviar preguntas o simplemente reflexiones? ¡Gracias!

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  3. La humilde opinión de un observador:

    Lleváis 2 siglos siendo unos pacifistas fanáticos que ceden terreno en todas partes. No os sentís avergonzados ni culpables por ello.

    De tan pacifistas que sois, habéis terminado siendo un país vasallo con un gobierno títere partitocrático. Tampoco os sentís avergonzados ni culpables por ello.

    Vuestros datos actuales indican una catástrofe total y además en todos los sentidos: en natalidad, en economía, en deshonor, en inmoralidad,en catetismo, en engreimiento, en desidia... Tampoco os sentís avergonzados ni culpables por ello.

    La opinión de este humilde observador, es que cuando todos los inquilinos estáis empeñados en llenar de mierda el pozo del que sacáis el agua, en prenderle fuego a la casa en la que vivís, y cuando además resulta que estáis en ese plan desde hace siglos, pues no tiene sentido que yo intente impedir lo que es inevitable.

    Yo no voy a votar porque me da igual lo relacionado con este país.

    Por cierto: según algunos como Felix todavía no sois lo bastante pacifistas. Tendríais que serlo mucho más. Y además de ser mucho más pacifistas de lo que ya lo sois, tendrías que vivir en un comunal y por tanto no tendríais tanques (9 millones cada uno), ni aviones (300 millones cada uno), ni buques (un portaaviones cuesta 6000 millones solo el hecho de botarlo). En otras palabras: os quitarían lo que quisieran y os masacrarían como os atreviéseis a protestar. Vuestro experimento comunal duraría poco porque es contraria a las leyes de la naturaleza y de la razón.

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  4. Yo pienso que si no notas tu ¨voto´va a la fuerza mas votada, que en este caso seria PP. No se si en vustras provincias hay escaños en blanco, para mi esa es la opción. Solo si nadie no votase, tendría sentido no votar.

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  5. Si tú no votas, otros lo harán por ti.

    Y en función de los votos durante los próximos cuatro años mandaran unos u otros.

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  6. FElicidades ha ganado la abstención ! de parte de botín y familia !

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    1. ¡qué pena!, la trilateral, el bildelberg y los lagarteranos judeo-masónicos ya no podrán descargar su plan contundente de régimen de ajustes severos en ejjjpaña como lo está haciendo la Ciriza trosko guay del paraguay en Grecia.

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