Nuevas elecciones. Nuevo baño de mentiras, burlas y bellaquerías. La
masa, envilecida por el sistema de dominación, es empujada cual rebaño hacia
las urnas, para “escoger” entre lo igual y lo igual. El ser nada o sujeto
nadificado, crédulo e irracional, imagina que votar a tal o a cual, y pelearse
con sus iguales que votan a las otras marcas comerciales/electorales, es
decisivo para mejorar su vida.
Pasarán los meses y los hechos demostrarán una vez
más que todo es una pantomima cruel y que el sistema de dominación permanece
idéntico a sí mismo, pues el poder reside en el Estado y el capital, no en el
gobierno, los partidos y el parlamento, que son derivaciones irrelevantes de
aquéllos, sin poder real por sí. Se permite la elección (no-libre) de los
elementos accesorios y formales del sistema pero no la del poder verdadero, que
queda siempre en manos de las élites funcionariales, militares y empresariales.
¿Quiénes ganan? Los
políticos profesionales, que se llena los bolsillos. Todos, los de derechas y
los de izquierda, los españolistas y los “independentistas”. De manera legal e
ilegal harán su agosto desde los cargos institucionales. ¿Quién pierde? El
pueblo, los pueblos. Se vote a quien se vote es igual, pues todos los partidos
son iguales, pero se otorga apoyo al sistema de dominación. No.
Votar es validar al
sistema, es integrase en su lógica perversa, es hacerse parte de él. Abstenerse
es golpear donde más duele, poner en evidencia el montaje politiquero en curso,
la parodia de una dictadura que, cada cierto tiempo, se sirve de comicios
no-libres, potestativamente irrelevantes y mediáticamente manipulados para
presentarse como lo que no es, una democracia, y ocultar lo que es, una
dictadura.
Desde luego, la contradicción
no está entre la derecha y la izquierda, pues la una y la otra son lo mismo,
igualmente institucionales, al servicio del capital, embusteras, parasitarias, inmorales,
inciviles, corrompidas. Hay que salir de ahí para situarse en la verdadera contradicción,
la que opone a la reacción (dentro de la cual está la izquierda al mismo nivel
que la derecha) y la revolución. Reacción/revolución es real mientras que
derecha/izquierda es irreal.
La derecha nos ha triturado
desde 2011, del mismo modo a cómo la izquierda nos maltrató en 2004-2011. La
derecha ha mantenido todas las leyes y normas de la izquierda, lo que prueba la
identidad izquierda-derecha. Ahora parece que toca que gane la izquierda, que
será continuista con lo realizado por la derecha. Es el viejo mecanismo del turno
de los partidos, que se alternan para manifestar una “pluralidad” y “libertad” inexistentes.
Si gana la izquierda hay que celebrarlo, pues de forma similar a cómo ha
sucedido en Grecia su demagogia y locuacidad se desmoronarán en poco tiempo.
Ahora, la clase mandante
necesita reestructurar a fondo el sistema productivo, en la dirección de
establecer una economía similar a la china, con largas jornadas de trabajo,
salarios reducidos y derechos sociales mínimos. Para eso necesita de la
izquierda en el poder, pues la izquierda es el mejor instrumento del capital,
la herramienta principal de la clase empresarial, como se ha mostrado desde el
final del franquismo, cuando el capitalismo se ha servido de la izquierda para
resolver sus problemas más acuciantes, políticos, sociales y económicos.
Si el modelo a implantar
es el chino la vía será la griega. Lo que el partido Syriza, el referente para
la izquierda española hasta ayer mismo, está haciendo en Grecia hará aquí la
izquierda, en realidad ya lo está haciendo en los ayuntamientos donde tiene
poder.
La respuesta ha de ser: 1) no votar, cuando menos votos
logren tendrán menos legitimidad y les será más difícil realizar los duros y
numerosos “ajustes” que necesitan, 2) si gana la izquierda, que en lo de los
recortes sociales es la fuerza más agresiva y resolutiva, hay que contestar con
la huelga general en cuanto se den las condiciones, igual que ya han hecho en
tres ocasiones los trabajadores griegos.
Lo uno y lo otro son
prácticas anti-sistema, revolucionarias. La política partidista es sucia, es
cieno, es mugre, es inmoralidad, y quien incluso de buena fe participe en ella,
se mancha y degrada, y daña al bien general. La meta es reconstruir al pueblo,
lo que sólo puede hacerse como realidad social ajena y opuesta a las
instituciones, a todas ellas. Hay que estar fuera del poder, único modo de no
envilecerse con él, ponerse a su servicio y hacerse parte de él. Desde fuera
hay que trabajar para que el populacho se haga pueblo y para que el pueblo haga
la revolución. Una revolución cuya primera realización será establecer la
libertad política, derogando la dictadura parlamentarista y partitocrática para
establecer un régimen de gobierno libre, por asambleas populares, con libertad
de conciencia (que hoy no existe) y libertad civil (que tampoco existe).
Así pues, la revolución
tiene como contenido y meta derrocar la actual tiranía y realizar la libertad.
Tal vez interese esto, al hilo del artículo.
ResponderEliminarAún quedan valientes que hacen lo correcto:
http://www.malditapropaganda.com/2016/05/democracia-forzosa.html
Salut!
¡Hola Féliz¡Así es, la abstención es lo que más miedo le da al sistema, le quita fuerza (El sentido de un voto u otro es la relación de fuerzas, nada más). Y para que un sistema pierda legitimidad se le debe quitar esa fuerza. A otra cosa, te sigo todo lo que puedo (reconozco que poco) y simpatizo con muchos de tus pensamientos ¿Hay algún lugar o correo al que se puedan enviar preguntas o simplemente reflexiones? ¡Gracias!
ResponderEliminarLa humilde opinión de un observador:
ResponderEliminarLleváis 2 siglos siendo unos pacifistas fanáticos que ceden terreno en todas partes. No os sentís avergonzados ni culpables por ello.
De tan pacifistas que sois, habéis terminado siendo un país vasallo con un gobierno títere partitocrático. Tampoco os sentís avergonzados ni culpables por ello.
Vuestros datos actuales indican una catástrofe total y además en todos los sentidos: en natalidad, en economía, en deshonor, en inmoralidad,en catetismo, en engreimiento, en desidia... Tampoco os sentís avergonzados ni culpables por ello.
La opinión de este humilde observador, es que cuando todos los inquilinos estáis empeñados en llenar de mierda el pozo del que sacáis el agua, en prenderle fuego a la casa en la que vivís, y cuando además resulta que estáis en ese plan desde hace siglos, pues no tiene sentido que yo intente impedir lo que es inevitable.
Yo no voy a votar porque me da igual lo relacionado con este país.
Por cierto: según algunos como Felix todavía no sois lo bastante pacifistas. Tendríais que serlo mucho más. Y además de ser mucho más pacifistas de lo que ya lo sois, tendrías que vivir en un comunal y por tanto no tendríais tanques (9 millones cada uno), ni aviones (300 millones cada uno), ni buques (un portaaviones cuesta 6000 millones solo el hecho de botarlo). En otras palabras: os quitarían lo que quisieran y os masacrarían como os atreviéseis a protestar. Vuestro experimento comunal duraría poco porque es contraria a las leyes de la naturaleza y de la razón.
Cansino con los tanques.
EliminarYo pienso que si no notas tu ¨voto´va a la fuerza mas votada, que en este caso seria PP. No se si en vustras provincias hay escaños en blanco, para mi esa es la opción. Solo si nadie no votase, tendría sentido no votar.
ResponderEliminarSi tú no votas, otros lo harán por ti.
ResponderEliminarY en función de los votos durante los próximos cuatro años mandaran unos u otros.
FElicidades ha ganado la abstención ! de parte de botín y familia !
ResponderEliminar¡qué pena!, la trilateral, el bildelberg y los lagarteranos judeo-masónicos ya no podrán descargar su plan contundente de régimen de ajustes severos en ejjjpaña como lo está haciendo la Ciriza trosko guay del paraguay en Grecia.
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