Como se ha dicho, Podemos se encamina hacia el universo de la derecha
a paso de carga. Veamos algunas de las manifestaciones de esto. Comenzó
prometiendo la renta básica y el impago de la deuda pero cuando llegó la
campaña electoral eliminó tales reivindicaciones. Y lo hizo a su manera,
chulesca y autoritaria, sin dar explicaciones, lo que entraña una notable falta
de ética, además de manifestar el desprecio con que la dirección considera a
las “asambleas” de base. Se estrenó exhibiendo un republicanismo acalorado…
hasta caer de rodillas delante del rey, lo que ha llevado a algún periodista a
tildar a su jefe de “bufón de la corte”,
similar al célebre Calabazas, el bufón de Felipe IV magistralmente pintado por
Velázquez. De prometer, al principio, el reino de Jauja del hiper-consumo más
ecocida, irreal y deshumanizador ha pasado a ofertar en su programa una
raquítica tanda de “medidas sociales” en nada importante diferentes de las que
propone la derecha, las cuales cumplirá, advierte, “en la medida de lo posible”, o sea, muy poco o nada.
La subida de impuestos es la clave de su propuesta. Pero eso ya lo ha
hecho el PP desde 2011. La apostilla de que lo logrado irá a “gasto social” es
a la vez perversa y mendaz. Lo primero porque busca corromper a las masas
comprándolas con dinero para que admitan el capitalismo y el régimen salarial.
Mendaz porque no será así, pues la ya decidida -en las alturas- reorientación
general de la economía, con reindustrialización e implantación del modelo chino
(trabajo incesante con salarios escasos, sin apenas derechos laborales y con
las prestaciones, aunque no las cotizaciones, del Estado de bienestar bastante
recortadas), exige que casi todo lo recaudado vaya a subsidiar a la gran
burguesía industrial y financiera. En esto Podemos miente[1] a
sus votantes.
Mientras promete demagógicamente ampliar el sistema de pensiones para
la tercera edad cargando, pretendidamente, al gran capital con impuestos crecidos,
se rodea de conocidos matarifes que, invocando el “derecho a una muerte digna”, aliviarán la carga financiera de la
Seguridad Social (esto es, del Estado), probablemente, “ayudando” a pasar a
mejor vida a una parte de los 9 millones de pensionistas en cuanto que Podemos
mande. A la vez que en Cataluña dice defender “el derecho a decidir” en Málaga vitorea “la unidad de España” y se declara “patriota”, tanto y tan fervorosamente que llama a sus oponentes “traidores a la patria”, en un arranque
de intransigencia españolista que, esto también, le unifica con la extrema
derecha[2].
Lo mismo indica su costumbre de vitorear en sus mítines a la policía y
guardia civil, así como al ejército, en lo que se manifiestan sus verdaderas raíces,
ocultadas al gran público y, al mismo tiempo, indica que es su deseo impulsar
el crecimiento del Estado policial y la militarización de la sociedad. Pero, si
va a gastar una buena parte de los ingresos fiscales en más policías (por
tanto, también en mas jueces y más cárceles) y en más aparato militar, ¿de
dónde van a salir los fondos para las “políticas
sociales”, que es la carnaza con que pesca votos?
Hasta ahora era la extrema derecha, los grupos fascistas, y con menos
brío la derecha, quienes enaltecían y loaban a la policía y guardia civil.
Desde ahora lo hace también Podemos… y pronto lo efectuará enarbolando la
bandera monárquica.
La “normalización” de la imagen popular del ejército es una de las
tareas que sus creadores, en primer lugar el ministerio del Interior y el CNI,
han asignado a Podemos. Aquél sigue siendo para muchos el causante principal de
la guerra civil, la organización esencial del Estado que primero hizo una
matanza terrorífica y luego mantuvo el fascismo 40 años. Identifican, acertadamente,
al ejército con el fascismo. En las actuales condiciones eso debe ser cambiado.
La UE, en tanto que potencia mundial en rápida decadencia, necesita hacer acto
de presencia en el foro mundial también como fuerza militar. En consecuencia,
los diversos países de la Unión Europea urden en secreto planes de rearme y
militarización. Ahí es donde llega Podemos con su patriotismo chabacano y
servil, y con sus lisonjas específicamente criptofascistas al aparato policial
y militar.
Podemos es el rearme, la militarización, los gastos inflados en
materia de “defensa”, la guerra imperialista. Es, asimismo, la ampliación del
Estado policial.
Otro rasgo del partido-montaje es su fobia al pensamiento y la
sabiduría, hasta el punto que se ha calificado al programa y estilo Podemos de “vida sin cultura”. En efecto, si todo
se reduce a, supuestamente, extraer dinero de los ricos para dárselo a “los
pobres” en forma de limosna y soborno, a fin de que sus estómagos estén
correctamente atiborrados, ¿para qué sirve la cultura? Y si el ser humano se
agota en su fisiología ¡a la porra todo lo demás! Dicho de otro modo, Podemos
es la última emergencia de la España negra, ignorante y pancista, que se recrea
en su brutalidad, que se propone sobre-oprimir al pueblo manteniéndole en la
ignorancia. Dirigido por profesores neo-analfabetos, Podemos es la negación del
conocimiento y el saber, de la cultura y el arte[3].
A comienzos de marzo de 2015 dos de los jefes de Podemos mantuvieron
un encuentro con empresarios en el que comunicaron a aquéllos su intención de “ligar los salarios a la productividad”,
aserción rotundamente pro-capitalista que fue escuchada con satisfacción por
los asistentes. Lo que ni siquiera se atreven a exponer en público los
sindicatos amarillos, UGT y CCOO, lo defiende Podemos. Con tal formulación este
partido incluso ha dejado de estar en la izquierda para hacerse una formación
de la derecha. Esto conecta con lo que está haciendo desde el gobierno de
Grecia su partido hermano, Syriza, aupado allí por la banca y el Estado alemán
para cumplir lo principal de sus exigencias mientras hace frases demagógicas y protesta
verbalmente, actuar necesario para que la operación se efectúe a plena
satisfacción del imperialismo germano.
La distinción que hace Pablo Iglesias entre “ricos responsables” y otros adinerados supuestamente
irresponsables, además de ignorar la naturaleza real del capitalismo, lleva al
meollo de la cuestión. Podemos quiere un capitalismo que sea eficaz y con su
habitual arrogancia desea dar lecciones a los capitalistas, como si los
problemas vinieran de la tosquedad mental de la burguesía y no de su naturaleza
de burguesía. Los plutócratas “responsables” están ya haciendo una nueva
revolución industrial, que más pronto que tarde se manifestará durísima para
los trabajadores.
Quienes todavía creen en la condición “anticapitalista”, aunque sea en
lo pequeño o mínimo, de Podemos, es
porque no leen los enjundiosos textos que a su favor publica de cuando en
cuando la más influyente prensa económica de EEUU, que es la mente pensante del
gran capitalismo globalizado. Aquélla está complacida con su programa y línea
política, sobre todo Financial Times y New York Times. Todo está atado y bien
atado en esta materia, con Jesús Montero, hombre del banco de Santander, en la
dirección de Podemos[4].
Como discípulo del chavismo (aunque cada vez menos entusiasta, visto
el asombroso fracaso económico y social de aquél) Podemos se dice, o decía,
“antiimperialista”, “antiyanki”. Esto no impide que Iglesias se encuentre de
vez en cuando con el embajador estadounidense en Madrid, sin informar de lo con
él tratado. ¿Están al corriente las supuestas “asambleas de base” de dicho
partido de esta cuestión?, ¿se debate en ellas los contenidos llevados por
Iglesias a tales encuentros? La injerencia de la embajada de EEUU en la
política española, mantenida desde los tiempos del franquismo, hace suponer que
esté desempeñando una función de primera importancia en la constitución
programática del populismo podemita.
Podemos toca la tecla de la “liberación de la mujer” a cargo del
Estado y del capital, clamando contra “la violencia de género” tal como es
definida por el ministerio de Igualdad, hoy dirigido por el PP. Al mismo tiempo
preconiza como modelo social el de la socialdemocracia nórdica, donde la
violencia contra las mujeres es mucho más elevada que entre nosotros. Su
propuesta es, de facto, introducir los cambios sociales necesarios para que las
agresiones a las féminas se multipliquen por tres o por cuatro, asunto
consustancial con el modelo de capitalismo socialdemócrata propio del norte de
Europa. A la vez, va de la mano con el islamofascismo iraní, extremadamente
patriarcal, que hace de Irán un lugar terrible para las mujeres.
(Continuará)
[1]
La falta de moralidad y respeto por el pueblo de Iglesias se pone de manifiesto
en el modo como defiende el Estado de bienestar. Según él, éste fue el
resultado del afán, el deseo y el esfuerzo “de
nuestros abuelos y padres”. En realidad lo instaura el franquismo en 1963
para sobre-dominar a las clases trabajadoras vencidas en la guerra civil,
destruyendo los sistemas de ayuda mutua y cooperación existentes en su seno, y
para extraer de aquéllas una masa monetaria mayor con el fin de robustecer el
poder financiero del Estado. Es más, los ministros falangistas de Franco
instauraron el Estado de bienestar imitando solapadamente el modelo nazi
alemán, que es el hoy vigente. En mi libro “El
giro estatolátrico” se explica. Una vez más Podemos se sitúa del lado del
fascismo.
[2]
El espíritu camaleónico y maquiavélico del jefe podemita es colosal. Tómese,
por ejemplo, el libro “Conversación con
Pablo Iglesias”, de Jacobo Rivero, editado hace 10 meses, y compárese con
lo que ahora expone: las diferencias son muy notables. Estamos, por tanto, ante
un político igual o peor que los de la casta, capaz de sostener y negar, de
decir y desdecir lo que sea para logar poder.
[3]
El intelectual del partido es Juan Carlos Monedero, con varios libros
publicados. Todos ellos, como les suele suceder a los profesores-funcionarios,
son el mismo libro, o quizá sea más exacto decir en este caso, el mismo panfleto,
o texto sin rigor ni nivel, de un politicismo enfermizo además. Uno de ellos, “Curso urgente de política para gente
decente”, es de chocante titulo, máxime viniendo de quien no es capaz de
justificar una cuenta bancaria con cerca de medio millón de euros. Por lo
demás, la gente de verdad decente se sirve de la moralidad y de los valores, y
sobre todo de repudiar al dinero en el discurso, en la convicción y en la
práctica, justamente lo que no hace. Nadie que otorgue al dinero la centralidad
agobiante y obsesiva que le dan los jefes de Podemos puede ser honrado, ni como
intelectual ni como profesor ni como político ni como persona. La supuesta
salida de Monedero de Podemos es una artimaña, pues consiste en estar él dentro
estando fuera para mantener dentro a los que desear irse fuera al constatar su
verdadera naturaleza, derechista, policiaca, monetizada (esto es
hiper-capitalista), anticultural, monárquica y militarista, por tanto, varias
veces reaccionaria.
[4]
Una seña de identidad de la izquierda, trabada en una peleilla de guiñol con lo
que llama, sin comprenderlo, “neoliberalismo”,
es pedir más y más regulación de la empresa multinacional, en particular de la
gran banca, por el Estado. En mayo de 2015 un selecto grupo de 20 banqueros de
diversos países han suscrito un documento por el que solicitan una mayor
intervención de los entes estatales en la actividad financiera privada, para evitar
una nueva crisis. No les son suficientes las más de 60.000 páginas de normas y
legislación regulatorias sobre economía que la UE ha promulgado desde 2008…
Esto prueba que los banqueros y la izquierda arguyen y desean lo mismo.
Te noto condescendiente, flojo, con poca sangre, Félix.... Que pasa, estas pensando en votar a PODEMOS? (fin modo irónico)
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