“Iglesia viva. Revista
de pensamiento cristiano”[1], nº 259, recientemente aparecida, ha publicado el
artículo con el título del encabezado, del que soy autor.
Es un trabajo de notable significación conforme a mi
ideario por varias razones. La principal probablemente sea porque desarrolla la
interpretación que preconizo sobre la centralidad del sujeto autoconstruido en
los procesos de cambio social mejorante. El sujeto, el individuo real-concreto,
es el centro, mientras que las estructuras organizativas desempeñan una función
secundaria, eso en el caso de que sea positiva, que muy a menudo no lo es.
La interpretación mecanicista de la transformación
social ha enunciado una historia sin sujeto y un presente en el que la calidad
de la persona es nada. Con ello se pretendía, al parecer, crear una sociedad del
todo perfecta y unos individuos patéticamente imperfectos. La experiencia ha
demostrado que tal fórmula es una añagaza para construir sistemas totalitarios
de horrida catadura.
El sujeto cuenta, y cuenta su calidad autoformada.
En realidad, es lo decisivo.
El sujeto se hace y edifica a sí mismo, o se deshace
y malogra. O se deja hacer desde fuera por los aparatos deseducativos, mediáticos,
publicitarios, partitocráticos, etc. Si es hechura ajena renuncia a su
libertad, mientras que si es obra propia la realiza. Pasar de ente nulificado,
o ser nada, a persona demanda un arduo esfuerzo, a mantener durante toda la
vida.
Para ello lo decisivo es la cosmovisión de la
responsabilidad. Hacerse responsable, asumir deberes, admitir retos, encarar
esfuerzos, aceptar riesgos, realizar servicios. No hay otro modo de ser persona
que a través de la responsabilidad. Ese es lo sustancial del artículo arriba
mencionado. A partir de ahí establece las ideas centrales sobre la
significación del individuo en el cambio de las relaciones sociales.
Un sujeto de calidad, de virtud, es antagónico con
el actual sistema de dominación, que demanda simples criaturas entregadas a
producir y consumir, sin alma, meros brutos entregados a la codicia de los
burgueses y al despotismo de los Estados. Por eso el proyecto de revolución
integral pone un acento enorme en el sujeto, en la construcción pre-política
del sujeto[2].
En esta materia queda muchísimo por elaborar, hasta
alcanzar una concepción razonablemente completa y operante de qué es ser
persona hoy y cómo efectuar su auto-construcción consciente. Pero, al menos, ya
sabemos algo, que no hay cambio social sin transformación personal.
Ciertamente, el artículo citado es fundamental para
concebir y realizar el proyecto de revolución integral, para alcanzar una
sociedad libre, autogobernada y autogestionada, sin clase empresarial ni
estructuras estatales. Esto hay que enfatizarlo cuando la banca y el Estado
están ahora promoviendo con todas sus fuerzas, que no son pocas, a la nueva
izquierda institucional que les va a servir de mascarón de proa para realizar
sus planes estratégicos en los próximos decenios.
Por lo demás, el mencionado número de la revista que
agrupa numerosos artículos bajo el título “Movilización
ciudadana responsable” ofrece varios textos de interés, entre los que
destacaría el que Teresa Forcades escribe como co-autora, y el de Enric Vilà, “Foro Europeo de Cristianos Homosexuales en
Tallin”.
[1] En www.iviva.org,
revista@iglesiaviva.org, Apartado
12210-46080 Valencia.
[2] Este asunto lo he desarrollado recientemente,
en una charla en Betanzos (Galiza), en el CSOA (Centro Social Ocupado
Autogestionado) Vista Alegre, el 29-10-2014, con el título “La decisiva función del individuo en la revolución integral. Contra
las teorías deterministas y mecanicistas del cambio social”.
Estimado Felix , deberias darle una charla a la hermana Forcades:
ResponderEliminarhttp://www.publico.es/543004/teresa-forcades-quiero-una-catalunya-independiente-y-una-espana-gobernada-por-podemos
Creo que anda algo perdida.
Un abrazo
Que estas acertado, de nuevo, tiene su reflejo palpable en el extraordinario forzamiento, que no esfuerzo, del sistema en construir individuos desde fuera, adoctrinando al extremo en semejante y horripilante tarea. Efectivamente para generar un cambio tenemos que cambiar nosotr@s inicialmente, siendo por ende, la andadura del camino a la autoconstrucción como persona. No estoy estoy de acuerdo con la idea de construcción desde fuera del sujeto, pues realmente se trata de una destrucción desde fuera, siempre utilizando "el engaño organizado" como podemos, ver ahora
ResponderEliminarSí,parece que ha hecho caso a Félix,y si antes fue heterodoxia,ahora ya se convirtió en ortodoxia.
ResponderEliminarhttp://www.upaya.es/assets/IV%20259%20-%20FRM.pdf
ResponderEliminarNuestro amigo David recoge en su blog el artículo al que hace referencia esta entrada. Abrazos.