jueves, 31 de diciembre de 2020

CONSPIRACIONISMO: SERVICIO AL ESTADO Y AL CAPITALISMO, IGNORANCIA, SUPERSTICIONES Y FASCISMO

 

A medida que la descomposición estructural del actual modelo de sociedad se agrava, al irse profundizando y generalizando sus nocividades y contradicciones internas[1], la acción del movimiento conspiracionista se torna más reaccionaria, más irracional y más fascista. Veámoslo por partes.

                  Servicios concretos al Estado y al capitalismo

En la pandemia del covid-19, el conspiracionismo ha sido fiel a su línea, ocultar el significado del ente estatal y del gran capitalismo, desviando la atención y la ira popular hacia algunas personas “malas”, en particular judíos, jesuitas y masones, y hacia algunas organizaciones supuesta o realmente conspirativas. Su lema central, las instituciones estatales son muy buenas, el capitalismo es fabuloso[2], y todos los problemas vienen de ciertos elementos malvados, personas o grupos, (enfoque tomado de los nazis), lo que hace innecesaria y perniciosa la revolución, ha sido finalmente concretado, ante la pandemia, en la línea de actuación que ahora critico.

Cuando los jefes del conspiracionismo observaron, hacia los meses de junio y julio de 2020, que la resistencia y oposición populares al estado de alarma estaba a punto de estallar espontáneamente, se lanzaron a abortar el movimiento, por medio de: 1) “críticas” confusionistas, vacías de contenido a la política del gobierno de izquierda, mera cháchara embustera copiada de Vox y los demás grupos neofalangistas y neonazis, 2) la negativa imperiosa a ofrecer un programa completo para eliminar la medicina estatal yatrogénica y sustituirla por la medicina popular sanativa, 3) la negativa pendenciera a organizar a las gentes en la base, pues para ellos el pueblo es “masa”, a manejar como ganado por los caudillos conspiracionistas, “masa” que se tiene que limitar a consumir sus casposos productos audiovisuales y a obedecerles, 4) algunos de sus prebostes comenzaron a hacer circular la idea de que el asunto se resolvería con un nuevo partido político, que lograse “cambios en la legislación”, de manera que el pueblo tenía que ser gran rebaño de votantes aborregados, no comunidad popular consciente, organizada y combatiente, 5) cuando ya la desesperación de muchas y muchos era máxima, convocaron una manifestación que luego desconvocaron, para desmoralizar y hundir al movimiento, 6) finalmente se enzarzaron, como hacen siempre, en una pelea pública entre ellos[3], con horribles acusaciones mutuas, 7) una vez que han culminado su labor liquidacionista, se han retirado a sus asuntos privados, aunque, algunos, siguen produciendo videos para convertir a la gente en consumidores desmovilizados, depresivos y entontecidos de sus videos-basura, cuyo centro en la demagogia, la ignorancia y la negativa a admitir que la pandemia es en primer lugar un problema político y social, no médico y sanitario. Un problema que, a fin de cuentas, requiere poner fin a la medicina yatrogénica[4] del Estado de bienestar con la revolución. La “medicalización” de la pandemia que hacen los conspiracionistas y fascista es un enorme servicio al Estado. Uno más.

Así han logrado, por el momento, aniquilar (hay que resucitarlo, y resucitará) un movimiento de respuesta en la calle a la política “anti-pandemia” institucional, que en septiembre de 2020 aparecía como prometedor y con futuro. El Estado, el CNI, la OMS, el Ministerio de Sanidad y las multinacionales farmacéuticas capitalistas les están agradeciendo los servicios prestados…

                  Ignorancia

El desconocimiento de la realidad, más allá de los raquíticos y poco fiables trabajitos que se pueden mirar en internet, la completa falta de lecturas y reflexiones, el gusto por el exabrupto populachero, el no-saber arrogante y presuntuoso, la paranoia conspiracionista, la cara dura ilimitada que les permite hablar sin tasa sobre lo que no saben y no quiere estudiar (ello lleva trabajo y exige invertir tiempo) y la inmoralidad descarada, es lo propio del conspiracionismo, y en lo que coincide con todos los fascismos.

Pondré un ejemplo. Al menos un sector del conspiracionismo afirma “estar interesado” (¡sic!) en el comunal, nada menos. Y se lanza a verbosear sobre él sin saber nada del asunto, y sin que le importe realmente, pues tal es meramente un ejercicio más de demagogia y fullería. Aducen que la privatización del comunal por el Estado (las desamortizaciones así llamadas civiles) es causado por la masonería, y que ahí está todo el problema, pues si no hubiera existido la masonería no las habría habido…

Veamos los hechos. El comunal comienza a ser privatizado en la segunda mitad del siglo XIV, por el ente estatal. En el siglo XV se dan apropiaciones y privatizaciones de mucha importancia, véase el excelente libro que estudia el caso de la provincia de Sevilla, pero también las hay muy importantes en la actual provincia de Madrid, con interesantes estudios, y en todas partes. La Revolución Comunera en Castilla, 1520-1522, es un alzamiento popular que culmina en guerra civil porque se dirige, entre otros asuntos, contra la aniquilación del comunal y de la vida comunal por el ente estatal, de ahí su nombre, comunera, defensora del comunal, lo que ha sido ocultado y tergiversado por los historiadores académicos, meros perros guardianes del sistema, al que sirven con la mentira. Dado que no hay masonería hasta la primera mitad del siglo XVIII, según unos, o hasta la entrada de las tropas de Napoleón a comienzos del siglo XIX, según otros, ¿cómo es posible que fueran los masones los que realizaran la destrucción el comunal? O, ¿quizá fueron los jesuitas?, ¿tal vez los judíos?, o ¿los extraterrestres reptilianos?, ¿o culpamos a los exopolíticos?  La Compañía de Jesús no fue fundada hasta 1534, o sea, que tampoco. ¿Los judíos? Habían sido expulsados en 1492… Por tanto, el mayor movimiento popular de nuestra historia, dejando a un lado el de la primavera de 1936, en defensa del comunal, el de los Comuneros de Castilla, que tuvo lugar para salvaguardar un comunal que estaba siendo privatizado desde hacía siglo y medio con determinación y ferocidad, acontece en un país sin masones, sin judíos, sin jesuitas… Tal es el nivel de análisis y de conocimientos históricos de los conspiracionistas: cero. Ellos no estudian la realidad, simplemente repiten los dogmas nazis y falangistas.

Pero también bajo el franquismo, 1939-1976, con un régimen fascista que combatía con ferocidad, fusilando a miles de masones, la “conspiración judeo-masónica”, fue privatizado mucho comunal. ¿Cuánto? Mi cálculo, provisional hasta que tengamos estudios fiables, es entre un millón y millón y medio de hectáreas directamente expropiadas, aproximadamente el 20% del total. La usurpación por falangistas, franquistas y capitalista afines de este comunal se dirigió hacia las tierras más valiosas, por fértiles, bien forestadas, etc., es decir, que tenía un significado cualitativo mucho más que cuantitativo. En esta gran expropiación de comunal no estuvieron detrás los masones ni los judíos, ¿quizá los jesuitas? Como el fanatismo y la irracionalidad conspiracionistas son ilimitados, no voy a responder a esta majadería, sólo diré que el proceso privatizador lo hicieron sobre todo alcaldes falangistas, que ponían a su nombre y registraban como suyas porciones decisivas del comunal de sus localidades, sin que casi nadie se atreviera a protestar. quien lo hacía recibía la visita de los matones falangistas, porra, ricino[5] y pistola en mano. En algunas provincias, Navarra, Albacete, etc., la privatización de tierras, con la consiguiente desforestación y desplome de la biodiversidad, fue enorme bajo el franquismo. Otro procedimiento, más común, era catalogar las tierras comunales como fincas municipales, o sea, propiedad del Ayuntamiento, las cuales luego eran arrendadas por cantidades irrisorias a familiares o testaferros de los alcaldes franquistas. La cosa fue tan tremenda que si en esos fundos alguien, para calmar el hambre de su familia, recogía un saco de bellotas furtivamente, según le autorizaba el derecho consuetudinario, podía ser multado y apaleado hasta la muerte por la guardia civil. No faltaba en todo eso la intervención de los gobernadores civiles falangistas, que demandaban para ellos un buen pico del negocio.

Me llena de indignación rememorar otro asunto ligado al comunal, la matanza de Badajoz en agosto de 1936, en los inicios de la guerra civil, perpetrada por el general falangista Yagüe, unas 4.000 personas asesinadas. Sin duda, los “historiadores” de la izquierda han falseado el asunto, presentado a los matados como meras víctimas genéricas de los franquistas, pero en realidad fueron ejecutadas las buenas gentes de los pueblos, aldeas y chozos de la provincia que habían luchado, en la épica y gloriosa primavera comunalista de 1936, por el comunal[6]. De los miles de fusilados, ellos fueron, probablemente, el 90%[7]. Primero les atacó a tiros y a golpes el Frente Popular y luego el franquismo: las fascistas de izquierda y derecha van siempre al alimón contra el pueblo.

Así pues, ¿cómo voy a responder a mis críticos conspiracionistas, si son unos iletrados, si no saben de qué hablan? Además de que yo no polemizo con fascistas: a los fascistas simplemente les denuncio y combato.

El conspiracionismo, al negar que lo decisivo es lo estructural e institucional, y que las conspiraciones son un componente secundario que acontece sobre la base de la gran trama de las instituciones, por lo que hay que poner fin a lo básico negativo, las institucional, por medio de la revolución, se convierten en defensores del ente estatal, en reaccionarios procapitalista y estatalistas.

                  Supersticiones

Esto es tan horripilante y vergonzoso que me voy a referir muy escasamente a ello. Platillos volantes, extraterrestres reptilianos que “nos dominan”, plan Kalergi hiper-racista y nazi, jefecillos conspiracionistas que dicen ser “mesías” llegados del planeta tal o cual (a estos son los que más apoya el CNI), “malos” de la exopolítica… o sea, necedades y más necedades. Lo dejo aquí, para no vomitar…

¿Y qué decir su loa de ese cabestro que es Donald Trump? Ahora resulta que el dictador yanqui, el jefe del imperialismo USA que anhela que los pueblos ibéricos sean parte de sus neocolonias, va a venir a salvarnos, ¿quizá en un ovni, o tal vez al frente de sus marines? En esto se manifiesta qué es el conspiracionismo, un guisote horrendo cocinado por la CIA y demás agencias gubernamentales de los USA, hoy y siempre enemigas de lo ibérico y lo hispano. Y aún así tiene la desvergüenza de llamarse “patriotas” …

Pero lo peor es la gente decente y sensata que se traga toda esta basura, ¿han perdido la cabeza?, ¿son tan seres nada que ya no reaccionan ante ninguna atrocidad? Quizá, simplemente, sean personas infantilizadas, inmaduras, débiles mentales, que necesitan historietas pueriles para dormir bien por las noches…

                  Fascismo

Los conspiracionistas están “saliendo del armario”, y presentándose en público como lo que son, amigos de Vox, como colegas de los grupos neofalangistas, neonazis y similares. Ya han dado un golpe enorme al movimiento de lucha contra la política sanitaria de la OMS, el Ministerio de Sanidad y el gobierno fascista de izquierdas PSOE-Podemos, servicio por el que les están llegando las prebendas y, pronto, las sinecuras y los cargos muy bien remunerados. Estamos tomando nota. Quienes lo están haciendo, y aquellos que colaboran con ellos, no serán olvidados y tendrán que responder por sus actos.

Hoy la derecha y el fascismo de derechas son el enemigo principal. Hasta hace muy poco lo han sido la izquierda y el fascismo de izquierdas, en particular el grupo estalinista-nazi-feminazi Podemos. El combate antifascista y por la revolución integral tiene que manifestarse en las nuevas condiciones. O sea: nada con los conspiracionistas, salvo la lucha hasta su derrota total.



[1] Mi libro “Autoaniquilación. El hundimiento de las sociedades de la última modernidad”, se ocupa de este asunto, lo mismo que varios de los videos que he ido haciendo en el último año.

[2] Tras haberse publicado el libro de J. Pfeffer, “Dying for a paycheck” las tabarras conspiracionistas sobre ovnis, masones, exopolítica, gurús extraterrestres, jesuitas y demás tonterías se hacen todavía más intolerables. Estoy preparando un conjunto de intervenciones sobre economía actual que pongan en su sitio a todos los defensores del capitalismo, que preparen la revolución comunal anticapitalista.

[3] Las reyertas entre los mandamases del conspiracionismo no son debates legítimos y beneficiosos sobre ideas, estrategia, etc., sino meras grescas codiciosas por la audiencia y lo que ella suele traer, fama y dinero. En particular, YouTube se ha convertido en un albañal donde los jefes y jefas de la cosa compiten entre sí, como buenos burgueses que son, por las visualizaciones y suscripciones. Para hacer subir a éstas, acuden a lo que sea… No hay que olvidar que la demagogia es el arma verbal preferida por todos los fascistas.

[4] La noción de yatrogenia, que es la decisiva, resulta siempre boicoteada por los conspiracionistas. La causa es que la yatrogenia necesita, para solucionarse, de la revolución… Ellos, que son no solo antirrevolucionarios sino además fascistas, la aborrecen absolutamente. La yatrogenia, esto es, la medicina y la intervención de los médicos que en vez de curar enferman y matan, es la clave de todo, como expongo en mi libro “Sé el mejor médico de ti mismo. Yatrogenia, coronavirus y pandemia”.

[5] El uso del ricino es una invención de los fascistas italianos que copiaron los fascistas españoles, serviles hacia lo extranjero y “antiespañoles” en todo, incluso en esto. Se obligaba al sujeto rebelde a beber una botella de aceite de ricino a punta de pistola, lo que le originaba una diarrea incontrolable, y cuando estaba todo él pringado con sus propias heces malolientes, se le forzaba a golpes de porra a caminar por las calles principales del pueblo o barrio, como mofa y escarnio horribles. Y tenía suerte si la paliza que le daban al final del “paseo” no le dejaba en coma, haciéndole fallecer en unos días. Tales eran los procedimientos usados, entre otros muchos, por los falangistas que tanto admiran ahora los conspiracionistas. Así fue privatizado el comunal en esos años. A veces, sin los falangistas estaban atareados, unos tiros de pistola resolvían el problema más rápidamente.

[6] Los libros míos donde me ocupo del comunal, son, principalmente, “Naturaleza, ruralidad y civilización” y, también, “Investigación sobre la II republica española, 1931-1936”. El comunal es sagrado e inviolable, sobre todo porque representa la esencia ancestral misma, la idiosincrasia más pura, de los pueblos ibéricos. Yo creo en lo esencial y auténtico de nuestra cultura y estilo de vida, mientras que fascistas y conspiracionistas sólo creen en la razón de Estado, la voluntad de poder y el dinero. Y en el imperialismo yanqui, por supuesto, al que lamen el trasero con fruición, igual que hizo Franco. Y, por supuesto, creen religiosamente en el inglés neolengua no-lengua, no en las lenguas peninsulares, tampoco en el idioma castellano. Son traidores a sus pueblos, a su cultura, a su historia, igual que Vox y el neofalangismo, tema que desarrollaré en un futuro próximo.

[7] Esto en Badajoz. En Navarra de los 3.000 fusilados por el falangismo de-camisa-azul-y-boina-colorada, al menos 2.500 eran gente rural ligada al asunto de las corralizas, o sea, a la forma que adoptó allí la privatización del comunal. Lucharon por el comunal y Franco los mató… Me pregunto sí piensan hacer lo mismo los nuevos falangistas, los conspiracionistas, con quienes somos y nos decimos comunalistas. Ellos, ¿a cuántos planean asesinar?, porque me gusta hablar claro e ir al grano. Igualmente, los histéricos de la anti-masonería, dado que Franco fusiló a unos 10.000 masones o acusados de masones, ¿a cuántos de ellos desean llevar al paredón esta vez?

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