La colosal crisis social originada por la escasez de nacimientos,
debido a que el reino de España es el país del mundo donde menos niños nacen,
1,3 por mujer, incluso por detrás del muy senil y envejecido Japón, que está en
1,4, lleva a todos los agente del poder constituido a preconizar la emigración
como solución.
Así pues, la
“radicalidad” de opereta que padecemos se suma al coro del Banco de España, del
gobierno de la UE y de las organizaciones patronales, demandantes enardecidos
de más entradas de emigrantes. Pero si es apropiada la noción de soberanía
alimentaria, por la cual un país se hace autosuficiente en alimentos en vez de
producir para el mercado mundial, también lo es la de soberanía demográfica,
reclamante de que todo país se autoabastezca de seres humanos en vez de expoliar
y quitar, robar y saquear, la mano de obra a otros, a los pobres.
Así pues la aserción
sobre que el futuro económico del país depende del “capital humano” foráneo,
como hacen los doctrinarios del “antirracismo” es un comportamiento rufianesco
y canalla, capitalista e imperialista, pues tomar a otros su población es lo
que hicieron y hacen los imperios esclavistas y neo-esclavistas, los cazadores
de siervos, los nuevos negreros del progresismo y el buenismo entregados a la
muy lucrativa tarea de proporcionar mano de obra barata a la patronal. Ahora se sitúan en los 150.000 euros el valor monetario
de la crianza de un ser humano hasta alcanzar la edad en que es productivo
económicamente, de manera que cada emigrante que llega al país aporta a éste,
sólo con arribar, un valor equivalente a esa suma, que es ganancia neta para
España porque es pérdida neta para el país de donde procede, que se así empobrece,
disloca socialmente y hunde en la pobreza. Los lloraduelos que “lamentan” las
hambrunas o mortandades, sin olvidar las guerras, en los países pobres del Sur
se niegan a reconocer que una parte importante de estas desgracias,
ocasionantes de cientos de miles de víctimas cada año, en particular niños, se
deben a la salida -de facto forzada- de millones de seres humanos de aquellos,
para emigrar a los países ricos del Norte.
Lo más valiosos que
tiene toda sociedad es sus seres humanos. Éstos son, al mismo tiempo, su mayor
riqueza y su más esencial activo económico.
Los pro-inmigración y
“antirracistas” (que son los racistas más letales), ocultan que el saqueo de
los países pobres por el neo-colonialismo contemporáneo adopta tres formas
concretas: 1) despojarles de sus materias primas, 2) arrebatarse su riqueza creada
con el envío al Norte de los beneficios monetarios de las empresas establecidas
en sus países, 3) quitarles su población joven y productiva, que es dirigida
hacia los centros imperialistas, para allí enriquecer con su trabajo a las
grandes empresas multinacionales sobre todo, del mismo modo que en los siglos
pasados los esclavos eran llevados desde sus territorios originarios a América.
Así pues, el imperialismo y militarismo europeo es servido por la emigración,
hasta el punto que ésta es hoy su pilar esencial. En consecuencia, a los
defensores de la emigración hay que situarles en el bando del neocolonialismo de
la Unión Europea más agresivo.
Hoy un componente
decisivo de la relación de dominación entre países neocolonialistas y países neocoloniales
reside en la explotación de los segundos por los primeros a través de la
emigración. Así pues, una política antiimperialista revolucionaria tiene que
situarse en contra de la emigración, a favor de conquistar la libertad para que
la gente trabajadora de los países pobres permanezca en sus lugares de origen y
viva en ellos de un modo digno. No puede haber soberanía popular en tales si
una parte decisiva de su juventud los abandona. No es posible la revolución en
el Sur si allí no hay la suficiente gente joven para derrocar a las oligarquías
locales y establecer un régimen de autogobierno por asambleas y una economía
comunal autogestionada. Si a la juventud de las neocolonias se la expone que la
solución es emigrar al Norte, a trabajar, ganar dinero y consumir, se la está
apartado de la verdadera tarea, hacer una revolución política, económica,
axiológica y moral en el Sur.
Lo que además está
sucediendo, pero de lo que nadie habla, es que los países suministradores de
mano de obra van quedando exhaustos demográficamente, sin gente, con una
población envejecida y anciana condenada a vivir de manera miserable, a morir
prematura y espantosamente por cientos de miles, por millones, debido a la
emigración de sus jóvenes. Veamos algunos casos, espeluznantes.
Rumania es hoy, junto
con Marruecos y China, el principal abastecedor de mano de obra neo-servil a
España. La economía española funciona gracias a los trabajadores aportados por
estos tres países. ¿Qué está sucediendo en Rumania? En 1992 tenía 23 millones
de habitantes pero en 2017 había descendido a 19, es decir, en 25 años ha
perdido 4 millones, ¡el 17% de su población! Una consecuencia de ello es que en
ese año tuvo 79.000 nacimientos y 109.000 defunciones, lo que permite señalar
la fecha en que Rumania, como comunidad humana singular, habrá dejado de
existir, si la situación continúa igual. El número de hijos por mujer es 1,38, substancialmente
insuficiente al estar lejos del mínimo necesario, 2,1. Eso es consecuencia de
la emigración, que lleva fuera a la gente joven y deja a los ancianos, de
manera que nacen pocos y mueren muchos, haciendo que la población mayor de 65
años sea más, numéricamente, que la menor de 14 años, lo que es un indicador de
la liquidación del país. Dicho a lo claro: Rumania está en una espiral de
autodestrucción y destrucción. La emigración la está aniquilando. Faltan
jóvenes para atender a los ancianos. Y para producir bienes básicos a precios asequibles.
Y para otorgar continuidad a la cultura, historia, idiosincrasia y lengua
rumanas.
Por tanto, con Rumania
se está cometiendo un genocidio silencioso, que “nuestros” canallas fascistas justifican
y promueven con sus loas a la emigración.
Veamos el caso de
Marruecos, el vecino del sur. Al respecto, los canallas se ensañan, acusando de
“racismo” de quienes consideran que la emigración marroquí a Europa es un obrar
genocida y exterminacionista, que lleva a la aniquilación de los pueblos de
Marruecos, debido a que millones de ciudadanos marroquíes han abandona a su
país para marchar a trabajar al norte del Mediterráneo. Los datos son
concluyentes, y aterradores. Si en 1960 el número de hijos por mujer en
Marruecos era de 8,4 la cifra había descendido a 4 en 1990 y a 2,1 en 2014… Por
eso el gobierno de Marruecos declaró ese año que su país había entrado en una
etapa de “no renovación generacional”.
Ha salido tanta gente joven que Marruecos es hoy un patético lugar de aldeas en
donde sólo hay ancianos, que se despueblan, de territorios sin mano de obra
joven, de lugares sin apenas niños. Ancianos y ancianas a los que les espera
una vejez solitaria y, conviene repetirlo, una muerte prematura y atroz, sin
cuidadores y sin afectos, todo para que los opulentos burgueses del Norte tenga
mano de obra barata en sus plantaciones de fruta, en su agricultura
hiper-quimizada bajo plástico, en sus principescos chalés, en el vil negocio de
la construcción, etc. Así pues, podemos calcular, también, qué año desaparecerá
Marruecos…
Los pueblos de
Marruecos, que padecieron el colonialismo español (1860-1956) y francés, y que
lucharon bravamente contra él (recordemos al gran héroe de esa lucha épica, Abd
el-Krim), tienen derecho a la existencia y a la continuidad, a no ser
aniquilados, a un futuro en tanto que pueblos. Por eso deben alzarse en
revolución contra el nuevo colonialismo de la emigración a Europa, que es mucho
más agresivo y aniquilador que el viejo colonialismo, como lo prueba que éste
no lograse, a pesar de todo, destruirlos y el actual está a punto de
conseguirlo. Así pues, quienes defienden y alientan la emigración marroquí a
España son los herederos de los militaristas y colonialistas españoles, de los
Millán Astray, Alfonso XIII y Franco.
Pero hay que observa que
ya ni Rumania ni Marruecos pueden aportar mucha más mano de obra al Norte.
Estas aterradoras granjas de crianza de seres humanos para la exportación están
exhaustas, sobreexplotadas, esquilmadas. Y quien dice Marruecos dice los países
de su entorno, sobre todo Argelia y Túnez, que padecen una similar situación
demográfica. Sólo Egipto mantiene, por el momento, una natalidad algo más briosa.
China conoce unas circunstancias
parecidas. El partido comunista en el poder, fascista de izquierda, implantó la
política del hijo único en 1979, para poner fin, adujo, a “la explosión
demográfica”. Los resultados han sido estremecedores. En 35 años la población
ha envejecido y no hay trabajadores suficientes, a la vez que existen unos 300
millones de jubilados, muchos con nula o exigua asistencia familiar. En 2015 el
régimen fascista ha abolido la normativa de 1979 permitiendo que las familias
tengan dos hijos, pero eso no está funcionando y, según los demógrafos, no va a
funcionar, pues las estructuras sociales, económicas y políticas, del país,
además de las mentalidades, hacen imposible un repunte de la natalidad, incluso
pequeño, de manera que los déspotas comunistas acarician la posibilidad de
¡imponer autoritariamente que las féminas tengan dos hijos! Con 1,6 hijos por
mujer China se desliza hacia el desastre económico y la muerte de cientos de
millones personas, a medio plazo, por falta de cuidados.
Así pues, quienes en
este momento son nuestros tres principales abastecedores de neo-siervos están
exhaustos poblacionalmente. Todavía podrán enviar unos cientos de miles de
trabajadores pero cada vez menos, y en un plazo de diez años nada, o apenas
nada. Es más, China ya está tomando medida para importar mano de obra
subsahariana, y Marruecos tendrá que hacer lo mismo, de manera que en su marcha
hacia Europa desde el centro y sur de África habrá trabajadores que se instalen
en ese país, con lo que habrá menos y más costosos para Europa, para España. La
progresiva escasez de “capital humano” en el plano mundial se manifiesta en un
dato concluyente, que los emigrantes que llegan a la UE tienen edades
progresivamente más elevadas, lo que indica que hay cada vez menos jóvenes en
sus lugares de origen.
Hace 25 años nos venían desde
Ecuador y la República Dominicana pero eso ya sucede muy escasamente, pues el
primero está en los 2,5 hijos por mujer, frente a los 6,7 de 1960, y la segunda
en 2,4, cuando en 1960 lograba 7,6 hijos por fémina. En consecuencia, hoy no
hay suficiente mano de obra exportable, neo-siervos, que enviar al Norte. Los
pocos que aún existen en los países de Latinoamérica comienzan a considerar el
marchar a Brasil, país potencialmente rico que está padeciendo una catástrofe
demográfica, con 1,7 hijos por mujer cuando en 1960 disfrutaba de 6,1. La
emergencia de potencias mundiales y potencias regionales (como Brasil)
necesitadas de mano de obra es un fenómeno muy reciente pero que irá a más en
los próximos años, lo que hace que en el plano mundial la oferta de mano de
obra será cada vez más débil a la vez que asciende la demanda, lo que llevará a
una situación con menos emigrantes disponibles, y éstos con reivindicaciones
económicas mayores. Esa situación es aterradora para un país tan
super-envejecido como España. En efecto, si todos los analistas hacen
pronósticos de lo más fúnebres para China, que con todo aún tiene 1,6 hijos por
mujer, ¿qué puede decirse para nuestro caso, con 1,3?
Así pues, el creer que
se puede vivir de expoliar piráticamente la población a los países pobres es no
sólo una intolerable falta moral, una inmensa canallada, sino además algo cada
dia que pasa más difícilmente realizable, hasta que en 20/25 años ya no queden los
suficientes trabajadores exportables en ningún lugar. Así pues, los que
alcancen la edad de jubilación en ese lapso de tiempo, que será el caso de las
y los que hoy se hallan entre los 40 y 50 años, se encontrarán en una situación
personal harto difícil si no tienen hijos y nietos que les atiendan. Incluso si
perciben pensiones de jubilación medianas éstas les servirán de poco al no
haber suficientes cuidadores disponibles a los que contratar, y desde luego los
pensionistas más menesterosos lo tendrán muy difícil y, si no gozan de descendencia
suficiente, morirán en masa prematuramente, en condiciones terribles además. Y
la penuria mundial de mano de obra originará una escasez de bienes básicos, lo
que empeorará la situación general.
Así es, a partir de esa
fecha, 20/25 años, cientos de millones de personas, cuando no miles de
millones, padecerán, probablemente, una vejez espantosa y una muerte prematura
y horrible. Está en marcha, pues, el mayor genocidio de la historia de la
humanidad. De él son responsables quienes han establecido una biopolítica
anti-natalista, en sus muchas manifestaciones. En primer lugar el imperialismo
USA que a través de su más cualificado estratega, planificador y vocero del
siglo XX, Henry Kissinger, estableció la actual biopolítica mundial, en el
documento “Implicaciones del crecimiento
poblacional mundial”, 1974.
Tal disposición se formuló sobre todo para reducir
el peligro de una revolución popular planetaria, al limitar el porcentaje de
jóvenes, aunque a la opinión pública se presentó tal política desde el manido y
sofistico argumentario malthusiano y neo-malthusiano. Posteriormente, se
añadieron las explicaciones ecogenocidas, que justifican la reducción de la
población con verborrea ambientalista y ecologista, y en un segundo momento los
de naturaleza feminista, al culpabilizar a los niños de explotar a las madres y
al presentar al sexo heterosexual como algo diabólico por inevitablemente
“machista”. A ello se sumó el sistema de ideas y comportamientos preconizados
por la “revolución sexual” de los años 60 y 70 del siglo pasado, que al separar
el amor del sexo, el sexo de la reproducción, el erotismo de la
convivencialidad, el quehacer amatorio de la libertad individual y lo sexual de
la parte sublime de la existencia humana sentó las bases para la caotización de
las prácticas reproductivas y la aniquilación del deseo libidinal. De ello vino
a resultar uno de los grandes males de nuestro tiempo, el síndrome IDS
(Inhibición del Deseo Sexual), que es realmente el logro, y también la meta
verdadera, de dicha “revolución”, en realidad una contrarrevolución temible,
por más que en algunas de sus formulaciones estuviera acertada aunque en el
conjunto y en lo principal fuera errónea y deplorable.
Latinoamérica, toda, está
ya poblacionalmente agotada, de manera que EEUU, que se sitúa en los 1,8 hijos
por mujer cuando en 1960 tenía 3,7, ya no puede abastecerse en ella de mano de
obra. No puede pero la necesita urgentemente, no sólo para su economía sino
para conservar activo su monstruoso aparato militar. Así que está ya dirigiendo
su mirada en otra dirección, hacia África. Alemania ha vivido muchos años de
robar población a Turquía, pero este país, que se ubicaba en los 6,4 hijos por
mujer en 1960, hoy ha descendido hasta los 2,1, con lo que comparte con
Marruecos el estatuto de “no renovación generacional”. De ahí que el feroz gran
capitalismo teutón está arrebañando gente en donde puede, Siria, Afganistán,
etc., suscitando guerras por todas partes en esa región, para empujar hacia
fuera a la población. Todos los países musulmanes al norte del Sahara están ya en
la no renovación demográfica, o casi, y algunos dramáticamente por debajo, como
Irán. En ellos, por causa de la negatividad, anacronismo y destructividad del
clero islámico, se unifica lo peor de los países ricos, no tener población, y
lo peor de los países pobres, tener una economía débil. Por eso, según algunos
analistas, el islam está entrando en una fase de descomposición.
En esta situación, a la
opinión pública se la engaña. Por ejemplo, se la tranquiliza con la aserción de
que la India es un gran depósito de personas pero lo cierto es que su natalidad
está en los 2,3 hijos por mujer, frente a los 5,9 de 1960, con lo que en 20
años poco podrá ofrecer, teniendo en cuenta que el descenso poblacional es un
fenómeno vertiginoso a la baja en las actuales condiciones y en todos los
países. Incluso se ofrecen datos globales sospechosos, como que el índice
mundial de hijos por mujer está actualmente en los 2,4, cantidad difícil de
creer por cuanto únicamente tienen una demografía pujante los países del África
subsahariana, que son solo en torno al 12% de la población mundial… Una cifra
más realista son los 2 hijos por mujer, lo que indica que es ya toda la
humanidad la que está en declinación, y que un caos económico descomunal con
apocalipsis asistencial se avecina. En él perecerán unos 3.000 millones de
personas por todo el planeta, de los 7.500 millones actualmente existentes.
Incluso hay cálculos más pesimistas que señalan una supervivencia de sólo 500
millones a finales de la actual centuria, lo que equivale a decir que morirán
malamente 7.000 millones...
Sólo Níger, Zambia, RD
del Congo, etc. (además de algún asiático, aunque con un número de hijos por
mujer bastante menor y en rápido descenso, como se ha dicho) poseen una tasa
elevada de natalidad. Así pues, ellos son los que tienen que abastecer de
fuerza laboral a las grandes potencias, EEUU, China, Japón, la Unión Europea y
Rusia (1,8 hijos por mujer). También a potencias regionales medianas como
Brasil, Australia, etc. E incluso a países pobres que se están desmoronando
demográficamente, como Marruecos. Pero el fondo de mano de obra africana es de
100/150 millones de personas, una cantidad bien insuficiente cuando es a
repartir entre demasiados demandantes. En el pasado la trata de esclavos se
hizo para proporcionar fuerza laboral a las colonias de Portugal, España,
Francia e Inglaterra, con alguna expedición en beneficio de Holanda y Dinamarca.
En total, cuatro potencias devastaron África con la muy lucrativa colaboración
de las oligarquías esclavistas negras autóctonas, del mismo modo que en breve
la asolarán –lo están haciendo ya- cinco. Pero esta vez será mucho peor,
quedando África al sur del Sahara transformada en un inmenso cuasi-desierto,
con poblaciones en rápida aniquilación por sobreexplotación. Y tal sucederá en
este siglo, en unos decenios. A partir del año 2030 todo esto será ya evidente
incluso para los más conformistas o ingenuos o que no desean percibirlo, para
no estresarse.
Habrá incluso guerras por apoderarse de la mano de
obra igual que las hay por el petróleo, ciertos minerales, los productos
agrícolas de exportación, el agua, etc. Y no se descarta, ni mucho menos, que
en un momento de gran crisis mundial por la penuria de mano de obra, digamos
hacia el año 2060, se reintroduzca la esclavitud, la compra y venta de seres
humanos, de forma similar al pasado. El islam es la religión esclavista por
excelencia y con ella cuenta la UE para volver a instaurar la caza y tráfico de
seres humanos. Serían las mujeres las más afectadas por ello, como lo fueron
antaño. Lo cierto es que ya hoy a las africanas se las obliga a tener una
cantidad excesiva e indeseable de hijos, también para forzar a las mujeres
europeas a que tenga muy pocos o ninguno… Un futuro no lejano de granjas de
crianzas, en las que mujeres esclavas serían inseminadas clínicamente una vez
al año para parir bebés luego criados exactamente igual que el antiguo ganado
de labor (bueyes, mulos, caballos y asnos) es muy probable.
La supervivencia,
progreso y bienestar de los pueblos africanos depende de que se ponga fin a la
sangría demográfica que hoy padecen, de que se deje de extraer mano de obra de
ellos, de que se elimine un sistema económico que les convierte en criaderos de
seres humanos con destino a la exportación, de que se acabe con las guerras que
las potencias necesitadas de trabajadores organizan para provocar crisis de
refugiados y emigraciones masivas, por ejemplo la rebelión islamofascista de
Boko Haram, operante en cinco países africanos y que sólo en Nigeria ha
originado ya 2,3 millones de desplazados, es decir, de emigrantes. Ese grupo
criminal, emergido en 2002, fue organizado por los Saud de Arabia, la UE y el
imperialismo yanki valiéndose de la familia Clinton, en especial de la
feminista Hillary Clinton.
Pero los devotos del
fenómeno migratorio como panacea deben andar con cuidado pues el África al sur
del Sahara está conociendo procesos sociales que en pocos años harán retroceder
en mucho su natalidad. Citémoslos: la emigración a las ciudades, la
instauración de una economía cada vez más estatizada, por tanto progresivamente
mercantilizada y monetizada, la escolarización obligatoria, la difusión de la
ideología feminazi sobre la perversidad intrínseca del sexo heterosexual, etc.
Con ellos, en 15-20 años la natalidad se desplomará, igual que ha sucedido en
Latinoamérica. En realidad ya está descendiendo en la mayor parte de esos
países y cuando comienza el proceso la demografía suele caer vertiginosamente.
Después, ya no quedará ningún territorio planetario con mano de obra excedente.
El remedio reside en que
Europa se haga autosuficiente demográficamente, abandonando el sistema hoy más
leonino de explotación de los pueblos del Sur, el sustentado en el saqueo de su
mano de obra. Europa tiene que conseguir primero los 2,1 hijos por mujer y,
luego, los 3 durante varias generaciones, para superar la calamitosa situación
actual. Para ello hay que liquidar las causas de la no-natalidad, entre las que
merece destacar, por su brutalidad y por lo que tiene de atentado a la libertad
individual, la persecución institucional del sexo heterosexual, que es el escogido
por el 90% de la población europea. La demonización del erotismo y el sexo
heterosexual, el único reproductivo, lleva directamente a la tragedia de la
baja natalidad y a la explotación despiadada de los pueblos pobres por el
imperialismo UE, hasta su virtual trituración e inicial liquidación, como ha
sucedido ya con Marruecos.
¿Existen procedimientos institucionales,
estatales, eficaces para fomentar la natalidad? La estatolatría dominante,
especialmente entre el progresismo, se sustenta en la creencia en que todo
problema se resuelve por la intervención del Estado y de los Estados. Muchos
creen que una batería de medidas legislativas y económicas, vale decir, de
imposiciones jurídicas, desgravaciones fiscales y premios en metálico relanzará
la natalidad. Tal concepción mística e irracionalista del Estado, al que se
tiene por una entidad divina capaz de hacer todo tipo de milagros y resolver no
importa qué complicaciones, es desautorizada por la experiencia, al menos en
este caso. Eso se está intentando en Alemania, en Polonia, en Hungría y en
China, entre otros países, con unos resultados entre insignificantes y
ridículos. La causa del fiasco es que los factores que producen la muy baja natalidad
son estructurales y se sitúan en el corazón mismo del actual sistema, el
estatal y capitalista, de modo que no pueden ser alterados fácilmente, lo que
los demógrafos denominan “la trampa de la baja fertilidad”, en tanto que
situación muy difícilmente reversible. Para ello se necesita de una revolución
popular que sea al mismo tiempo comunal e integral.
La colosal y criminal
operación de ingeniería social puesta en marcha por el gran capitalismo multinacional
para el “control de la natalidad” desde el documento de Kissinger hasta hoy ha
creado una situación, la actual, ante la que sus creadores no saben qué hacer, a
la que no encuentran salida ni remedio. Eso se observa perfectamente en China,
como se dijo. Ello tiene su lógica, pues la humanidad nunca había pasado por
una experiencia semejante. Lo cierto es que la única rectificación pensable
como hacedera es el derrocamiento revolucionario del capitalismo, para poner
fin a su lógica anti-natalista genocida.
Muy probablemente, mientras ésta no tenga lugar la
humanidad deambulará por la baja natalidad y el declive poblacional, con todos
sus efectos. Es decir, por el genocidio mayor de su historia, en cuya génesis
la idea feminazi (repetida incansablemente de forma directa e indirecta por
todo el poder mediático, escolar y académico) de que todo coito heterosexual es
una violación, que el único sexo bueno es el no-reproductivo, que los varones
son diabólicos y la virilidad una tara, tiene muchísima culpa. Dicho de otro
modo, el feminazismo está contribuyendo a perpetrar un genocidio muy superior
al de su progenitor político, el nazismo. Éste exterminó “sólo” a millones,
aquél lo hará, lo está haciendo ya, con miles de millones. Por eso es urgente
constituir un nuevo Tribunal de Nuremberg que juzgue al feminazismo, hoy la
forma principal de nacional-socialismo renovado. Y es aún más urgente que el
feminismo honrado se diferencie categóricamente de esa forma de fascismo
patibulario y exterminacionista. Cuando lo que está en juego es la existencia y
la vida de miles de millones de personas hay que ser muy exigentes en demandar
responsabilidades.
Así pues, estamos ante
un problema y una suma de problemas necesitados de más estudios y reflexiones.
Y de combates muy fuertes y generosos para primero ser paliados y luego ser
resueltos.
Finalmente, ¿qué
propuestas y programa cabe ofrecer a los pueblos explotados por el despiadado mecanismo de la emigración, es decir a los más
pobres del Sur? Aunque este asunto debe ser considerado más delante de manera
monográfica podemos señalar algunos de sus puntos. Los países receptores de
mano de obra deben abonar a los emisores (a los pueblos, no a sus Estados)
150.000 euros por cada emigrante que reciban, como compensación. Tal suma ha de
salir de un fondo para el pago compensatorio de la inmigración constituido a
partes iguales por la patronal, el Estado y quienes (entidades, colectivos y
personas) estén en el Norte a favor del hecho migratorio. Los salarios reales
de los emigrantes en los países receptores deben ser exactamente iguales que
los de los autóctonos, para evitar la sobreexplotación, cuando hoy son la
cuarta parte e incluso la décima. Las empresas ubicadas en los países pobres no
podrán exportar sus beneficios al Norte, de manera que éstos quedarán donde son
producidos, enriqueciendo al país. La agricultura de exportación tiene que ser
sustituida por otra de autoabastecimiento, con ganadería, artesanía e industria
popular, para que la vida de las gentes sea posible y no necesiten marchar
fuera. Los precios de las materias primas de los países del Sur han de crecer
hasta garantizar una existencia decorosa a su población. Los mecanismos
perversos que se están utilizando para expulsar a la población (cercamiento de
tierras, latifundismo privado y estatal, desinversión, guerras, envío de ONGs y
misioneros, aculturación, turismo de masas, etc.) tiene que ser denunciados y
cesar. En tales países hay que hacer una revolución política integral que
derroque a las oligarquías autóctonas aliadas del imperialismo, con la instauración
de un gobierno popular por asambleas, derecho consuetudinario, armamento
general del pueblo, vida ética, axiología revolucionaria, liquidación del
patriarcado y neo-patriarcado, sistemas de ayuda mutua, soberanía municipal y
autoconstrucción de la persona.
Los emigrantes deben
abandonar voluntariamente Europa, volviendo a sus países a hacer allí la
revolución.
Una causa muy importante de la caída de la natalidad es el AUTODESPRECIO.
ResponderEliminarEste AUTODESPRECIO hace que no nos importe desaparecer como pueblo. Y es consecuencia de los ataques contra los hombres, que no se defienden, extendiéndose la culpabilidad que se describe en este artículo a toda la población, que no ve mal desaparecer.
No nos importa desaparecer, pero tampoco nos importó la extraordinaria mortalidad de nuestros jóvenes, sobre todo en los años 90.
Lo puedes ver en:
http://edipais.wordpress.com
Felix, creo que tienes un error de base.. Das el mismo valor a todo tipo de personas.. y la Historia nos demuestra.. que el número por si sólo no es nada... ES decir.. tu tomas 10 Europeos Blancos, Alemames por ejemplo, y 1000 africanos... y los sueltas en un terreno en principio virgen.. y a la vuelta de 40 años... verás que los blancos se han organizado y han creado un montón de cosas... y los negros.. pues han hecho el zágano que es lo que se les da bien.. luego claro la culpa nunca es de ellos.. siempre la tienen los demás.. Si tienes un continente cómo Africa... y todos los paises son pobres..algo de culpa tendrán ellos, no te parece? Y el mulatizar europa es una pésima idea.. no hay mas que ver lo que ha pasado en Brasil.. recuerdo la tasa de criminallidad mas alta del mundo.. mas muertos al año que en Siria en guerra... Repito no todo el mundo vale lo mismo.. Cruel pero real... Y en una discoteca lo ves la guapa se lo lleva todo y las feas miran lo que hace la guapa))).. está en la Naturaleza.. es una cosa obvia... Los feos y viejunos como yo.. pues escribimos opiniones.. y los guapos..andan en otros quehaceres... Cruel pero Real.. Un saludo Félix, buen trabajo como siempre...
ResponderEliminarEuropa se llevó sus recursos; después de la desconolización lo sigue haciendo... y esto tendrá tb. algo que ver con su situación actual, no tanto que sean vagos...
Eliminar* estás prejuzgando y yo también, no me quejo de eso, creo que entenderás ;)
La culpa de que África edte como está no es de la actitud mad o menos laxa de la gente negra hacia el trabajo. Está demostrado que la intervención e las multinacionales occidentales, el papel de instituciones como el FMI o el Banco mundial, y la consideeconsi de sus economías como meras abastecedoras de materias primas y productos exóticos (y por tanto muy inrdtsbles en los mercados ontinternaciona) son las verdsderve caussc del atraso de África y la pobreza de sus hengen. Cuando tienes a la Shell literalmente explotando a la población local del Delta del Niger, contaminando el medio ambiente a los lugareños y untando a base de bien a la élite politipo del país que vive cómodamente y ajena a todo el Lagos o en Abujá,tienes también el patrón básico de cómo funciona el tema en aqurl continente.
EliminarRacistallas de medio pelo, no pongais palabras ni ideas en boca de Félix que el ni ha pronunciado ni suscribe. Iros a reclutar odiadores y a pescar en rio revuelto a otra parte.
Rodrigo tan lucido como siempre...un análisis perfecto de la distopia en curso. Un abrazo. Alteatequieroverde.
ResponderEliminarExcelente análisis y reflexión, gracias Felix !!
ResponderEliminar¿Se contemplaría algún tipo de coordinación y cooperación internacionalista entre países diversos acerca de esta y otras cuestiones?
ResponderEliminarPlan Kalergui. Destrucción de la civilización Europea, remplazo étnico masivo, aplastamiento de las clases trabajadores autóctonas de Europa. Tercermundizacion de Europa ( para los de abajo).
ResponderEliminarRecomiendo leer la serie de articulos Globalistan , construyendo el archipiélago Gulag del futuro tercermundismo global del Bloq EUROPA SOBERANA.
Los emigrantes deben abandonar voluntariamente Europa, volviendo a sus países a hacer allí la revolución. SI NO ES ASÍ SERÁ EL FIN DE SUS PAISES A LA LARGA.
ResponderEliminarAplaudo tu trabajo como informador independiente de temas socio-político-culturales, pero en el aporte de soluciones se manifiesta un total desconocimiento de la naturaleza humana y su lugar en el universo. Un saludo
ResponderEliminarMe retracto del comentario sobre tu conocimiento de la naturaleza humana, he reflexionado y me he dado cuenta de que no te conozco como para emitir ese juicio, lo siento.
ResponderEliminarMe ha perecido un análisis perfecto. Yo añadiría un tema que interviene aquí también y es el de las vacunas, los medicamentos, la alimentación y los disruptores endocrinos presentes en todos los sitios... A donde voy el número de 500 lo veo mas real o hasta elevado incluso...
ResponderEliminarUn saludo
Charles Darwin y Alexander von Humboldt decían que cualquier especie animal que le retiras depredadores y le aseguras comida se multiplica espectacularmente...pero eso ya no sirve para nosotros.Hacemos exactamente lo contrario y no parece,para nada,un problema económico.No todo el mundo tiene una nómina de mierda de 740 euros.Hay muchísimas personas muy bien situadas económicamente...que no viven ningún baby boom precisamente.
ResponderEliminarPersonalmente pienso que el problema es que no vemos la interconexión.Imagínate una encantadora chica de diecinueve años.Que queremos para ella??,pues que vaya a la universidad,que hable estupendamente inglés y algún otro idioma,que viaje,que maneje su propio auto,que sea independiente y no le aguante nada a un tío.Hijos??,uno o dos máximo.O mejor ninguno,que queda muy progre.El problema que los españoles no quieren darse cuenta es que para que exista esa chica encantadora previamente debe existir la madre CONEJA,la atrasada,la de la odiosa cadencia de vida de nuestras pobres abuelas,la que provoca un clamoroso rechazo social.Lo uno no puede ser sin lo otro.Está interconectado.Todo eso que hablan de crisis,ayudas natalistas,paro y apoyo a la familia, pueden meterlo en una bolsa y tirarlo a la basura.Para borracheras y fútbol sí que hay dinero.Jaque mate demográfico para España y Europa.
ResponderEliminarPienso que con toda la fiebre feminista ha habido gravísimos malentendidos y engaños.Como cuando dicen que antiguamente una mujer joven cortaba con su novio y ya era solterona porque estaba "manchada" .Vds. se imaginan a Kate Beckinsale soltera por esa chorrada??.Pues...déjenla para mí!!.Estoy seguro que realmente las mujeres antiguas no se sentían "sometidas" por ser madres en abundancia.Para los pueblos antiguos la natalidad lo era todo:su futuro,su fuerza militar y su plan de pensiones.El "trío de horrendas calamidades" :epidemias,guerras y hambrunas,sólo con una fuerte fertilidad pensaban los antiguos que tenían posibilidades.La maternidad temprana y numerosa era algo muy respetado,asimilado y absolutamente necesario.Ustedes se imaginan a los romanos,los anglos o los sajones ponerse progres y declarar tener hijos un atraso mas el aborto algo muy bueno??.Para troncharse de la risa!!.
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