Año tras año, al llegar estas fechas, hay que librar una batalla más por
la objetividad en la historia. En oposición a quienes sacrifican la verdad a
sus bajos intereses políticos se hace necesario realizar una apelación a la ecuanimidad,
a presentar el pasado tal cual aparece en las fuentes documentales, sin
ocultaciones ni añadidos.
Las mismas formaciones
políticas que organizaron la represión sangrienta del movimiento obrero, campesino
y popular en el periodo del Frente Popular (febrero/julio de 1936) son las que,
de un modo explícito o solapado, utilizan cada 14 de abril para persistir en
una interpretación amañada de la II república. Someten la historia del periodo 1931-1936
a una tergiversación sistémica, y también a un ocultamiento de acontecimientos imprescindibles
para comprender rectamente lo que fue el régimen republicano, una virulenta dictadura
burguesa, terrateniente y estatal, que castigó y golpeó violentísimamente a las
clases populares.
El pueblo, los pueblos,
tienen derecho a conocer la verdad sobre la II república, verdad al mismo
tiempo empírica y analítica, verdad desnuda y sin añadidos manipulativos.
Quienes cada 14 de abril, bandera republicana en alto, reafirman la
adulteración politiquera de aquellos acontecimientos, negando a las clases
populares una prerrogativa decisiva, conocer su propia historia con objetividad,
son una parte esencial del oscurantismo, el fanatismo y la reacción.
La verdad es más necesaria
y más valiosa que la política por lo que la política que se fundamenta en la
mentira no merece ser respetada. La historia se hace desde la noción de verdad
y la política desde la de revolución. Los que niegan la verdad es porque, al
mismo tiempo, rechazan la revolución. Mentira y anti-revolución van unidas. En
oposición a ello, verdad y revolución forman una par inseparable, también
porque lograr una interpretación simplemente verdadera de la historia es uno de
los puntos del programa revolucionario.
Se pueden señalar cuatro
períodos de máximo en la represión policial y militar que ejecuta la II
república española, el verano de 1931, todo el año 1933, octubre de 1934 y la
primavera y verano de 1936. El primero, segundo y cuarto es efectuado por las
fuerzas de izquierda en el gobierno. El tercero tiene como sujeto agente
gubernamental a la derecha, entonces republicana. En todos ellos,
indistintamente, numerosos integrantes de las clases trabajadoras, hombres y
mujeres, son detenidas, atormentadas, asesinadas. Lo que se oculta con más
ahínco y contumacia es la represión efectuada por el Frente Popular en el
gobierno, en la que cientos de personas de las clases trabajadoras fueron
matadas por las fuerzas policiales y muchos miles encarceladas y torturadas.
En la II república hubo
tres fuerzas en pugna. La derecha (una parte de la cual se hace luego
fascista), la izquierda (una porción es igualmente fascista, en la forma
estalinista) y la revolución, representada por los sectores más conscientes de
las clases trabajadoras. Reducirlo todo a una pugna derecha/izquierda es una de
las manera más a repudiar de falsificación de la historia, también porque niega
existencia, mismidad y sustancia al pueblo, a las clases modestas. La izquierda
y la derecha fueron la reacción, cada una a su manera, en tanto que fuerzas
anti-populares.
A día de hoy, las
formaciones políticas y sindicales que constituyeron el Frente Popular o le
dieron respaldo desde fuera siguen negándose a esclarecer lo que entonces
aconteció. No quieren que la verdad, ni siquiera la de tipo fáctico, sea
conocida, también porque los acontecimientos de entonces les pone en evidencia.
Todo ello indica, asimismo, que los defensores de la III república se disponen
a hacer desde ella y con ella lo mismo que hizo la II, una carnicería.
Mi libro “Investigación sobre la II república
española, 1931-1936” desentraña bastante de lo que fue la república del 14
de abril pero todavía queda muchísimo que poner en claro y reflexionar. Es sólo
un paso hacia el triunfo de la verdad en esta cuestión. Se necesita que vengan
muchos más análisis, hasta desmontar el mito burgués sobre aquélla. En
particular, hay que seguir indagando en el periodo del Frente Popular, para
poner en claro todos, o al menos la gran mayoría, de los acontecimientos de
violencia represiva ordenada por los gobiernos frentepopulistas contra el
pueblo trabajador. Yo no lo he conseguido del todo, de manera que la relación
que ofrezco es incompleta. Tras el proceso investigador me queda la convicción
de que hubo mucho más de esa violencia. Es cierto que ya se ha publicado algún
estudio bastante meritorio, al que cito con calor en el libro, pero un trabajo
inmenso está todavía por hacer.
Para terminar, es
necesario enfatizar otro integrante de la determinante importancia que posee
conocer con objetividad y totalidad el periodo del Frente Popular inmediatamente
anterior al inicio de la guerra civil. En él se desata una represión colosal
contra las clases populares, especialmente contra las rurales, de manera que
cuando tras la sublevación facciosa del ejército, dirigido por Franco, se llama
a las clases populares a la “Defensa de
la República”, aquéllas no encuentran motivos para salvaguardar y respaldar
a quien hasta hace unos días había sido su feroz verdugo, torturador y
ejecutor. Por tanto, la política de Frente Popular promovida por la izquierda
fue primordial para el triunfo del franquismo en la guerra civil. Además,
resultó ser la forma concreta que adoptó la anti-revolución parlamentarista,
burguesa y republicana en la zona en que el alzamiento fascista fracasó en el
verano de 1936.
Los hechos son
probatorios: la izquierda frentepopulista, a causa de su línea
anti-revolucionaria y anti-popular, fue objetivamente causa agente cardinal para
que Franco ganase la guerra civil en 1939.
Estoy buscando tu libro "Investigación sobre la II república española, 1931-1936", pero no lo encuentro
ResponderEliminar¿En que editorial se publico?
¿Está ya publicado el libro? ¿donde se distribuye?
ResponderEliminargracias
Pues claro, je,je,je,j,ejeee... ¡¡ si todo es un ENGAÑO!! ¡¡una doctrina!! ¡¡una doctrina detrás de otra doctrina y así sucesivamente!! Normal que hubiera mucha gente que NO QUISERA IR A LA PUTA GUERRA, QUE SOLO QUISIERA SALVAR EL PELLEJO Y QUE SI FUE, SE DEBIÓ A QUE LES OBLIGARON BAJO AMENAZA. Y hubo algún fanático que me dijo que " esas personas que les daba igual en qué bando luchar y que lo hacían por obligación, no sabían a quién servían y que eran peores que los voluntarios del bando franquista". Pobrecillos.
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