Se nos dice que todos, o
al menos los más importantes problemas de la sociedad, tienen remedio dentro
del sistema, participando en las instituciones, votando, formando nuevos
partidos y entrando en el parlamento. Se trata de “poner las instituciones al servicio del pueblo”. Esto no tiene
nada de nuevo, es lo que siempre han preconizado desde la izquierda los
partidos socialdemócratas y sus continuadores, los comunistas.
Más recientemente hemos tenido experiencias de
participación muy esclarecedoras, por ejemplo, la del Partido Verde Alemán, que
en unos decenios se ha convertido en un robusto pilar de la reacción germana
desde su palabreo “radical” inicial. Su estrategia de “cambiar la sociedad” con “una
larga marcha a través de las instituciones” ha llevado a que quien ha
cambiado ha sido él mismo mientras que el poder se ha reafirmado y fortalecido
con su actuar legicentrista…
En realidad, no hay ni un solo caso en la historia
de Europa, a contar desde mediados del siglo XIX, en que la incorporación a las
instituciones de fuerzas políticas más o menos “radicales” haya sido positiva
para las clases trabajadoras, aunque sí muchos muy negativos. Lo que sucede
periódicamente es que los partidos en activo se desgastan, se agotan, y es
necesario para el statu quo renovar su oferta política, por lo que hay espacio,
durante un tiempo, para nuevas formaciones pletóricas de oratoria “fuerte” y gestos
“revolucionarios”. Una vez en el gobierno, hacen lo que los poderes fácticos, que
son quienes les promueven y mantienen, les ordenen. Y eso es todo.
El caso griego con Syriza está permitiendo comprobar
que, una vez más, se repite lo ya tantas veces acaecido. Inflamado de fácil
demagogia, prometió a los griegos mantener su peculiar e inaceptable economía
frente a las exigencias de la Troika y la UE, en manos del imperialismo alemán.
Lo que está haciendo es servir de correa de transmisión a las demandas de
aquéllos, para írselas paso a paso imponiendo al pueblo griego, todo ello con
muchos gestos teatrales, desplantes variados, frases “fuertes”, ocurrencias
melodramáticas y demás. Syriza es simplemente el “interlocutor válido” que necesitaba Ángela Merkel para manejar a
Grecia.
¿Qué significa esto? Pues que vivimos no en una “democracia”
sino en una dictadura. Más exactamente, en una dictadura constitucional,
partitocrática y parlamentarista, en la que el pueblo carece de libertades
reales. Todo lo importante que en ella acaece es de naturaleza dictatorial, no
democrática. Si gana las elecciones un partido es porque los poderes de hecho así
lo han decidido. Las elecciones, el parlamento y las grescas entre los partidos
son sólo el espacio escénico donde se representa la habitual parodia de
participación, libertades y democracia.
Ganar las elecciones, tener mayoría en el parlamento
y formar gobierno nada significa porque el poder real no está ahí. Está en el
Estado, en las instituciones del poder, en los altos cuerpos de funcionarios de
los Ministerios (a día de hoy en España hay nada menos que trece Ministerios), las
comunidades autónomas y los ayuntamientos, en el ejército, las policías, el
poder judicial, los cuerpos de profesores y catedráticos, el poder mediático,
etc. y por supuesto está en la gran patronal. Ninguno de los poderes verdaderos
es elegible, ni tampoco es modificable en un sentido favorable al pueblo. Al
mismo tiempo, ellos moldean, manejan y se sirven absolutamente de todo tipo de
partidos políticos que se incorporen en las instituciones. Está además el
sistema legal, una descomunal maraña que protege y perpetúa lo existente, cuya
alteración desde el poder ejecutivo, caso de que haya voluntad de hacerlo,
llevaría siglos.
La experiencia muestra que nadie cambia
positivamente las instituciones mientras que las instituciones cambian
negativamente a todos los que unen a ellas.
Los partidos políticos, el parlamento, el gobierno y
los ayuntamientos carecen de poder real y efectivo por sí mismos. En todo y no
sólo en lo económico dependen del ente estatal. Son sus criaturas. Su función
verdadera es trasladar al pueblo las necesidades del poder constituido, anular
su autonomía, destruir su nivel de conciencia, grado de movilización y
autoorganización. Para eso están, no para resolver ningún problema del pueblo.
Por supuesto, cuando es necesario, se sirven de la función corruptora y
envilecedora del dinero, repartiendo entre la plebe subsidios, ayudas y demás “regalos”
envenados. Eso lo hacen todos los regímenes, incluido el franquismo, y más aún
la izquierda, sobre todo en el aciago periodo de Zapatero.
Ahora en Grecia se ha pasado de la fase demagógica a
la operativa, y Syriza tiene que manifestarse como es, una criatura del poder,
un instrumento de la Troika. Eso es importante porque hace explotar la burbuja
demagógica organizada en torno al nuevo campeón institucional del radicalismo
de pega. Ahora se está viendo su verdadera función. Y eso está afectando a su
“partido hermano” español. Por supuesto, las instituciones de la UE y el
imperialismo alemán están haciendo diversas concesiones a Grecia, que Syriza
presenta como “logros” cuando son simplemente parte de los mecanismos de
dominación, que siempre incluyen sobornos, en la forma de asistencialismo,
subsidios, beneficencia, etc. Tales no son “conquistas de los trabajadores”
sino simplemente mecanismos de dominación.
Grecia fue un lujo que la UE se pudo permitir en los
tiempos de prosperidad económica. Con la gran depresión de 2008-2014 eso ya no
es posible, porque aquélla necesita hacerse más competitiva, de manera que ese
país tiene que dejar de vivir dispendiosamente de las subvenciones (préstamos
no devueltos) para pasar a producir algo más que servicios turísticos. Toda la
UE tiene que ponerse a producir, en lo que es un proceso de reindustrialización
a escala europea, y para eso el Jefe, Alemania, necesitaba en Grecia una fuerza
política que condujera la transición desde la sociedad de consumo, del dinero
fácil, pensiones y subsidios para todos, a la sociedad de producción, conforme
al modelo chino. Para ese tránsito lo primero era realizar el empobrecimiento general
de la población. Todo eso no puede hacerla la derecha, ha de ser tarea de la
izquierda, de una izquierda renovada, de Syriza en Grecia y Podemos en España.
Quienes pasan a formar parte de las instituciones,
para “cambiarlas” dicen, se hacen
parte de ellas, parte del poder, parte del régimen de dictadura. Son la nueva
reacción. Cambian aquéllas sólo en el sentido de hacerlas más fuertes, más
opresivas, más agobiantes. Ahora la situación es cada vez más tensa, debido a
que Europa está en decadencia económica, de manera que quienes se suman al
aparato de dominación haciéndose parte de él se están desenmascarando deprisa,
en Grecia y en España. Por ejemplo, Ada Colau en Barcelona ha pasado de
“luchar” contra los desahucios a admitirlos como alcaldesa en sólo unas
semanas. Por eso es reverenciada por entidades tan implicadas en el negocio
inmobiliario como el Banco Sabadell…
El tiempo de los subsidios y el “todo gratis” está
terminando en Europa. Ahora el sistema de explotación puede hacer muchas menos
concesiones. Se ha hecho rígido e irreformable, se ha fosilizado. Por eso las
fuerzas políticas que se lancen a “transformarlo” se irán desacreditando cada
vez más rápidamente, aunque eso no es problema para quienes lo que realmente buscan
con su aventura política son buenos empleos estatales, dinero y más dinero…
El camino es estar fuera y en contra de las
instituciones, también de las municipales, para establecer una neta
diferenciación entre el Estado y el pueblo, único modo de que éste se regenere
desde populacho a pueblo, a realidad autónoma y autocreada capaz de erigirse en
fuerza transformadora de un orden corrompido y putrefacto.
Así madurará la revolución, también porque las
clases populares despreciarán las corruptelas y limosnas monetarias que le
llegan del poder, comenzando por el descomunal tinglado del Estado de
bienestar. No se hacen revoluciones desde las instituciones, de modo que
quienes están en ellas son enemigos tajantes de cualquier transformación total,
la novísima casta reaccionaria.
En Grecia la lucha por la revolución se concreta en
la denuncia del Estado, el capital y el gobierno, con la meta de crear una
sociedad renovada basada en el trabajo universal libre, no para mantener un
sistema de subsidios que es envilecedor y que además ya no es posible. Syriza
es la fuerza principal de la anti-revolución hoy, como representante político de
la Troika, el imperialismo germano y la UE. Ahora la cosa va en serio. Dentro
del sistema, efectivamente no podemos, no estamos en condiciones de hacer la
revolución y ni siquiera de lograr algunas reformas. Fuera sí, claro que sí.
La experiencia muestra que lo que verdaderamente
abre la mano del poder para conceder reformas es el miedo a la revolución. Por
eso las fuerzas revolucionarias, además de la revolución, consiguen reformas
mientras que las reformistas no logran nada, salvo frenar la revolución. De ahí
que la difusión del proyecto de revolución integral es, por sí mismo, también
un modo de salvaguardar los intereses inmediatos de las clases modestas. El
fracaso práctico de los proyectos demagógicos de mejora social, ya en marcha,
validará el programa de la revolución integral.
Ha sido un referendum donde se votaba si o si al capitalismo del dinero falso de monopoli, todo retrasmitido convenientemente por la caja manipuladora de uso domèstico a la hora de los garbanzos. De esta forma se "reforma" el sistema y se vuelve a engañar al exclavo medio. Hay un dato esperanzador, no votaron el 40 por ciento de los griegos, que se oculta oportunamente claro.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, lo que no tengo muy claro es que se pueda "salir" del sistema o al menos yo no se como hacerlo más allá de pequeños gestos que solo nos convierten en parias del sistema que no consigo eludir.
ResponderEliminarSaludos.
Al excelente análisis reflejado por Félix, sería aconsejable complementarlo con el igulamente sobresaliente y revelador artículo de F. William Engdahl:
ResponderEliminarhttp://journal-neo.org/2015/07/03/what-stinks-about-varoufakis-and-the-whole-greek-mess/
"El tiempo de los subsidios y el “todo gratis” está terminando en Europa. "
ResponderEliminarEn particular desde la desarticulación de la Unión Soviética, ejemplo que por este motivo sirve para contradecir el artículo entero.
El Estado de Bienestar no fue creado para "frenar el comunismo", dado que uno de sus fundadores fue el jurista alemán Von Stein en el siglo XIX. El Estado de Bienestar es una mutación del Estado liberal para dominarnos mejor. El que defiendas a la URSS si que desmonta tu pequeño argumentario expuesto.
EliminarGracias Félix una vez mas por tus valientes e inteligentes artículos.
ResponderEliminarQue por ejemplo les suban en Grecia el Iva del 6,5% al 23 % en Hostelería para pagar deudas contraídas por una mafia de Políticos a sueldo de la Finanzas Internacionales y que ese dinero prestado haya sido creado de la nada por los bancos al "prestarse" , dinero virtual creado por medio de anotaciones contables en ordenadores , dinero Fiat sin respaldo en nada que no sea la fuerza bruta de los Estados-Otan y creado gracias al privilegio que los Estados otorgan a esos mismos bancos de crear dinero de la nada y desde la introducción del Euro y la creación del BCE que incluso los estados que otorgan esa facultad de crear dinero de la nada a los bancos bien directamente atraves del sistema de reserva fraccionaria o por intermediaccion de Bancos Centrales bajo control de Banca Internacional como es el caso del BCE o la FED se nieguen a si mismos la facultad de imprimir dinero( desde el Euro el BCE tiene el monopolio juntos a la banca de crear Dinero en Europa ) no teniendo los estados otro recurso que ante una situación de déficit fiscal que acudir a los usureros internacionales pues bien que por ejemplo se suban el Iva ( encareciendo productos consecuentemente y destruyendo tejido empresarial ) o se bajen las pensiones ( lo cual afecta a todos al reducirse la cantidad de dinero en circulación en la calle) para pagar esas deudas de dinero virtual creado de la nada y la población permita tal robo, tal expropiación de sus bienes de sus vidas y no hagan nada significativo nos da una idea del estado de decadencia moral , intelectual y espiritual del hombre moderno.
Y Podemos y Syriza por supuesto que son del sistema ? es que alguien lo duda todavía a Estas alturas? A que no denuncian y explican el montaje del dinero virtual- Reserva fraccionaria y dicen quien esta detrás del "Independiente" BCE? ¿ A que no piden la salida de la UE y de la OTAN? ¿ Por que los sacan tanto el la TV controlada por los " Fabrica-dinero-de-la-nada" ?
Hay una diferencia abismal entre socialdemocracia y comunismo. La socialdemocracia quería contar con la institución y el partido en el parlamentarismo DE LA DEMOCRACIA LIBERAL, es decir, bajo las reglas de la burguesía con algunas matices reguladores. El comunismo quiere hacer una revolución a favor del proletariado y el campesinado para poner las instituciones y el partido a favor del pueblo, aunque también confía en exceso del Estado, pero lo que quiero decir es que quiere romper con el sistema capitalista.
ResponderEliminar¿Y para ser tan válido Tsipras por qué pensaba dimitir?
ResponderEliminarAhora me enteró que existió una época del todo gratis.
ResponderEliminarPedro Sánchez no fue a Bilderberg, pero vamos que es cierto que Podemos está siendo muy hipócrita por momentos, sobre todo Pablo Iglesias
ResponderEliminarTengo una duda, ¿es posible que no estén en conexión directa con los poderes fácticos, sino que sean instrumentalizados por ellos?
ResponderEliminarNo solo ha sido una bobada lo del referendum sino que además ha valido para que acepten peores medidas que las que tenían antes de la consulta,los pueblos del mundo dan verguenza,¿toda esta sabiduría para llegar a esto?
ResponderEliminarLo peor de todo es que la gente común(el 99 por ciento)está ahora mismo chapuzandose ajena a la realidad como un niño de teta.