viernes, 17 de enero de 2014

EROTISMO Y RECUPERACIÓN DE LO HUMANO



Padecemos la destrucción de lo humano y del ser humano real, la aniquilación programada de la esencia concreta humana. Todo eso está siendo devastado, para crear criaturas posthumanas hiper-sumisas a las instituciones y a los amos de la economía.
        
El sujeto medio no sabe pensar, ha perdido casi todo contacto con lo real, es incapaz de emitir juicios autónomos y decidir. Carece de emociones auténticas y de pasiones humanas. No sabe utilizar el lenguaje, estando reducido a una mudez escalofriante. Es inepto para convivir y estar con sus semejantes, hacia los que profesa una espantosa mezcla de afán de dominar, temor y rencor. No posee vida espiritual ni sentido estético. La palabra moral, o virtud, le encolerizan. Resulta experto en odiar e incapaz de amar. Obedece siempre al poder en todo. El epicureísmo de Estado le ha hecho un vegetal y un auto-agresor. Es mediocre, aburrido, previsible, deprimente.
        
No sabe trabajar como ser libre, y ya tampoco como neo-siervo de los oligarcas, por causa del salariado. No conoce la alegría ni sabe divertirse. No tiene conexiones con la naturaleza, salvo las del consumo visual. Ha perdido la capacidad de sufrir y todo malestar le aterra. Es un espantadizo que se acobarda con nada. Resulta inútil para estar consigo mismo, en reflexión y silencio. No sabe alimentarse de un modo humano. Es inhábil para cuidar de sí. Sus facultades corporales están en quiebra. Vive confinado en la cárcel del ego, hecho verdugo de sí. Lo ignora todo al ser un hiper-adoctrinado, por tanto también un fanático. Está dominado por obsesiones, terrores, angustias, ansiedades, maldades, dolencias, dependencias y estados depresivos.
        
En lo intelectivo es una nulidad, en lo conductual un adoctrinado, en lo convivencial un autista, en lo físico un alfeñique, en lo emocional un cadáver, en lo espiritual un bruto, en lo corporal un enfermo, en lo laboral un inútil, en lo ético un pérfido. Esto han hecho de nosotros, y esto nos hemos dejado hacer.
¿Cuál es la vida erótica de esta criatura suma de negaciones y extravíos con aspecto humano que habita en la sociedad aberrante, de este ser nada?
        
Puntualicemos. Los animales tienen sexo y los seres humanos, mientras sigamos siéndolo, erotismo. Es muchísimo más que sexo, y es la forma concreta que adopta éste en la persona. Nos es imposible vivir una sexualidad meramente fisiológica, o simplemente mecánica, o trivialmente cuantitativa, o torpemente solipsista, o neciamente higiénica, o comercialmente sanativa, o tristemente promiscua. Y si lo hacemos, nos dañamos y mutilamos, llegando a sentir repugnancia hacia lo libidinal.

En una proporción u otra, nuestra sexualidad es siempre erotismo, porque va unida a emociones, pasiones, impulso, afectos, cavilaciones, fantasías, ensimismamientos, enajenaciones, encariñamientos, preferencias y técnicas amatorias específicamente humanas. Cuanto más cargada esté el sexo de elementos trascendentes más satisfactorio será.

Pero cuanto más simplificado, fisiológico, mecánico, carente de afectividad y vacio de deseo, cuanto más exento de pasión, empuje, acometividad y ardor, cuanto más sin apego, entrega, proximidad espiritual, amor y efusión, más insatisfactorio será y menos se practicará.

La “revolución sexual” de los años sesenta aunque acertó al enfrentarse con la represión de lo sexual humano falló en la formulación de un nuevo erotismo. Desconoció la dimensión sublime, pasional, espiritual e integral del Eros. Su propuesta, que aún aletea, era cuantitativa (muchos coitos), simplificada (lograr el orgasmo, en tanto que espasmo agradable), hedonista (el erotismo es placer, sí, pero muchísimo más que placer), mutiladora (ignoró la creación de vida), libresca (a menudo se practicaba sexo porque un panfleto decía que era progresista y “liberador”, vale decir, por imposición), sin pasión ni impetuosidad ni afectividad, por tanto, sin lo más decisivo. Con todo ello degradó el sexo en una rutina trivial, frívola, repetitiva, sin grandeza, tediosa e incluso nauseabunda[1].

En la experiencia erótica ha de entrar lo humano en su triple dimensión. Somos al mismo tiempo: 1) hembras y machos, 2) mujeres y hombres, 3) seres humanos. Al ser mamíferos el sexo humano es siempre coito de mamíferos. Nuestra dimensión animal es magnífica y no puede ser ninguneada. Pero al mismo tiempo somos humanos, mujeres y hombres, con necesidad de simpatía, devoción, cariño, belleza, fantasía, compañía, convivencia, cortesía, entrega, éxtasis espiritual y mutuo servicio.

Existen las necesidades sexuales y también las necesidades emocionales y afectivas, espirituales en suma. Ambas se unifican en nuestro existir y se han de unificar en la práctica erótica todo lo posible. Tenemos que vivir el erotismo como una experiencia salvaje y apasionada, dado que sin ardor y enloquecimiento el Eros naufraga. Han de fijarse en los pactos eróticos que hagan los amantes, dos o más, en tanto que adultos responsables, los contenidos y atrevimientos de su hacer amatorio.

Hay que respetar (y hacer respetar a los nuevos represores, ellas y ellos), la inmensa variedad de las prácticas eróticas naturales humanas, que no pueden ser reducidas a una norma única, ni siquiera a unas cuantas. En el erotismo la libertad (con responsabilidad), la variedad y la pluralidad han de ser la norma. Por eso hemos de combatir toda forma de biopolítica, de derechas o de izquierdas, carca o progresista.

No nos dejemos deserotizar, castrar. Esto es una argucia más para aniquilar lo humano y convertirnos en esclavos perpetuos del poder constituido. Mantengamos intacta nuestra feminidad o nuestra virilidad, elevándolas a la categoría de atributos esenciales. Hoy pocas cosas son tan subversivas como el amor, y el Eros siempre es, en más o en menos, amor.

Salvo en sus manifestaciones inferiores el erotismo es un “nosotros”, una fuerza unitiva que atrae y acerca a los seres humanos. Lo erótico nos socializa, nos hace sentir la grandeza y belleza del otro, la alegría de estar juntos, la fuerza de mantenernos unidos, la magnificencia de la fusión interpersonal. No hay asociación mayor entre dos personas que la que se logra en la coyunda, cuando se integran físicamente la una en la otra, desmoronándose las barreras que en condiciones normales separan a los humanos.

Si el encuentro amatorio, además, está bien cargado de elevación, afinidad, devoción, identificación emocional, mutua entrega, olvido de sí, compartirlo todo y éxtasis, si es una fuga de la cárcel del ego para dar y darse, entonces se convierte en una experiencia revolucionaria, al militar contra un orden social sustentado en el egoísmo posesivo, el odio mutuo, la soledad patológica, la impotencia emocional, las relaciones de dominio y la imposibilidad de desplegar el componente colectivo de nuestra naturaleza, un modo de impedir el desarrollo del aspecto individual del yo.   

Una sociedad colectivista y comunal, en la que el horror de la propiedad privada concentrada haya desaparecido para que podamos vivir compartiéndolo todo, no puede conquistarse ni construirse sin afirmar una y otra vez lo colectivo, el nosotros, en todas sus manifestaciones, sin superar las barreras del yo, sin salir de sí mismo y entregarse al otro. Esto es lo propio, también, del acto amatorio, que es o debería ser siempre, en más o en menos, acto amoroso.

La “revolución sexual”, de facto, ha sido la más eficaz ofensiva contra la libertad erótica. Antaño la represión se hacía desde fuera del sujeto, hoy se ha logrado que éste se perciba como criatura desexuada que evita y condena por motivos variados, siempre sofísticos además de autodestructivos, las practicas eróticas. De ese modo se auto-reprime. Así ha sido creada la nueva gazmoñería o pudibundez, una versión perfeccionada de la vieja, impuesta por el franquismo, la Iglesia y la Sección Femenina.

Ahora padecemos lo que se ha llamado el síndrome de la Inhibición del Deseo Sexual (IDS), y el quehacer amoroso es tildado, a menudo, de “aburrido” e indeseado. Desde el Ministerio de Igualdad, las organizaciones empresariales y las corrientes feminicidas por ellos subvencionadas, se nos adoctrina en un nuevo credo represivo, persecutor y mojigato. Vivimos una catástrofe del Eros.
        
El viejo puritanismo victoriano, como descubrió Freud, hizo de las mujeres su víctima principal. Al ser privadas de sexo, afectividad, pasión, intimidad y éxtasis amoroso las féminas de las clases altas de entonces enloquecían, enfermaban del cuerpo y del espíritu. Hoy está sucediendo lo mismo pero a una escala muy superior, al ser muchísimo mayor la ofensiva contra la libertad en lo libidinal y amatorio. Son tiempos de miseria erótica, de lo que se ha calificado como “anorexia sexual[2].

Por eso millones de féminas, esta vez de las clases populares, se sienten desfallecer de soledad física, frustración anímica, fragilidad de los vínculos y necesidades libidinales insatisfechas, desarrollando numerosas patologías, sobre todo la ansiedad depresiva pero también la ruina de su corporeidad. La situación de las mujeres hoy es tan desesperada que se están creando varias ramas de negocios para supuestamente tratarlas, una de ellas la de la “sanación”. Lo necesario es un renacimiento espontaneo y popular del Eros por deseo, del galanteo, cortejo y seducción mutuas, de la afectuosidad erotizada, la cortesía insinuante, el amor-pasión y el amor al amor, pero no nuevos negocios.

Ciertamente, en la sociedad infierno convivencial no puede haber ni sexo ni amor dignos de tal nombre, por tanto no hay lugar para el erotismo. Ésta es una situación gravísima, que está literalmente triturando a numerosas mujeres (también a muchos varones) y que demanda, para ser resuelta, una transformación social y personal integral, una revolución.

Nos corresponde ahora no sólo resistir y denunciar a las nuevas y los nuevos perseguidores del Eros sino hacer algo más, a saber, iniciar la reconstrucción de la vida erótica, ir promoviendo una renovada sensibilidad y una rehecha emocionalidad, para reaprender lo amatorio y amoroso, para recomponernos como seres humanos. Igual tendremos que hacer con otras cuestiones axiales, el acto de alimentarnos, el lenguaje, la convivencia, la salud, la reflexión, la voluntad, la virtud, la afectividad, la belleza, etc.

Por durísimo y dramático que sea, una vez que hemos sido aniquilados como personas, reducidos a meros despojos y parodias, tenemos que iniciar el camino de la recuperación y la reconstrucción. Hoy la propuesta es hacerlo con lo erótico. Por eso trabajo en un libro, que ya he titulado “Erótica”, he acuñado el lema “Estetizar y erotizar la vida” y me afano en cursos, conferencias y charlas con estos contenidos. Porque el erotismo tiene un componente innato y dado pero también otro necesitado de ser reflexionado y aprendido, siendo mi intención ofrecer más herramientas que soluciones, más reflexiones fundantes que recetas de manuales.




[1] Quienes diseñaron tal “revolución”, en verdad una potente anti-revolución, se fundamentaron en la noción de lo sórdido y no en la de lo sublime. Por eso no funcionó. Para aprehender ésta es recomendable leer reflexivamente “Sobre lo sublime”, Longino. Hay comentario en este blog.
[2] Mi compromiso con la libertad del Eros se expresa ya en el libro “Tiempo, historia y sublimidad en el románico rural”, una loa de un tiempo, el del Medievo hispánico, en que lo erótico era libre, no como hoy, demonizada y perseguido con una hipocresía y sutilidad que sobrecogen.

24 comentarios:

  1. http://vozpopuli.com/actualidad/25098-el-gobierno-quiere-que-los-jovenes-aprendan-a-decir-no-a-las-relaciones-sexuales
    Están prohibiendo el sexo o desnaturalizandolo tanto que ya no será amor ni sexo. Gracias por el artículo. No seŕa posible una revolución integral si no naturalizamos el eros libre y volvemos al deseo, al amor...

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    1. Hay que ver que retrógrados que son. Con la de métodos anticonceptivos que existen, además de la posilidad de abortar si ocurre esa desgracia que es la preñez, van estos fachas y dicen que lo que hay que hacer es evitar el apareamiento ¿pero es que no ven la Sexta ni leen el País o qué es lo que les pasa?

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    2. No venimos del mono. Vamos hacia él.

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    3. Y los de IU promoviendo el sexo transexual como si fuera un derecho. Hay que joderse, como el aborto que lo convierten en un tema político. Ni lo uno ni lo otro. Ni tanto sexo explícito hippie como la revolución sexual, que ni siquiera es hippie, ojalá lo fuera, sólo es para convertir en un negocio algo sagrado ni tampoco el mojigato casto, puro y limpio que recibe la orden cristiana de no cometer actos impuros.

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    4. No venimos del mono. Somos monos.

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  2. No queremos repetir el mismo camino de los que nos lo han enseñado todo mal:http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=umne2h2Wx3s
    Recuperemos un Eros Integral!

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  3. Magnífico artículo, me ha encantado y emocionado

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  4. Buen artículo. Me permito una sugerencia, que sea leído para el ivoox por una mujer, no digo que Pere lo haga mal, pero sería estupendo que este artículo lo leyera una mujer

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    1. Estupenda idea. Sería genial.
      Si alguna compañera se anima, estoy como voluntario para colaborar en el audio y subirlo en el canal ivoox de Felix.
      Un saludo y gracias.

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    2. Artículo leído por una compañera.
      Celebramos que la gente se vaya animando a sacar su voz y potencial creativo.
      Gracias.
      http://www.ivoox.com/erotismo-recuperacion-lo-humano-audio-audios-mp3_rf_2750502_1.html

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    3. Buena idea, pero ha sido una lástima. Esta chica con lo bien que lee y lo bien que vocaliza ¿por qué ahoga su lectura con música de fondo?

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  5. Dicen que en la Antigua Roma eran mucho más sueltos que en la moral cristiana sexualmente? al igual que en la Antigua Grecia, no obstante hay otras versiones que hablan de que no es tal como nos lo cuentan y también de un cambio en la familia a lo largo de milenios ¿Qué opináis de lo dionisíaco y apolíneo?

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  6. El capitalismo sexual

    Prácticamente todas las sociedades humanas han institucionalizado la monogamia. Incluso aquellas que permiten la poligamia la reservan solo para sus élites. La celebración con grandes dispendios del matrimonio, la persecución del adulterio y la desaprobación generalizada de la promiscuidad son las bases sobre las que se sustenta un sistema que pretende así evitar que unos pocos poderosos acaparen muchos, y que todos tengan acceso igualitario al sexo y a la posibilidad de reproducirse. De esa manera disminuye la competencia y se incrementa la cooperación dentro del grupo.

    Abolido el igualitarismo y la garantía de la sociedad a cada miembro de que le tocará una pareja entonces su búsqueda pasa a convertirse un mercado libre donde uno es simultáneamente consumidor y objeto consumido. A veces de forma literal, como en la web de citas Adopta un tío, donde los usuarios son productos etiquetados que se echan a una cesta de la compra. Pero en un supermercado no todos los productos se venden por igual, unos puede ser muy demandados y otros quedarse en la estantería cogiendo polvo. Houellebecq pudo verlo con gran agudeza en Ampliación del campo de batalla:

    Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación, y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como el dinero. Por otra parte, los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce fenómenos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días, otros cinco o seis veces en su vida, o nunca. Algunos hacen el amor con docenas de mujeres, otros con ninguna. Es lo que se llama la «ley del mercado». En un sistema económico perfectamente liberal, algunos acumulan considerables fortunas, otros se hunden en el paro y la miseria. En un sistema sexual perfectamente liberal, algunos tienen una vida erótica variada y excitante, otros se ven reducidos a la masturbación y a la soledad.

    Siguiendo este símil, la liberación sexual prometió a todo el mundo que se haría rico. Pero para que unos ganen otros deben perder. El fin de la monogamia no viene seguido de un paraíso hippie donde todos follan constantemente con todos, puesto que el atractivo de cada uno difiere.

    En conclusión, la tarta ha aumentado su tamaño —menos de lo prometido, debido al «imperativo biológico»— pero está peor repartida, debido al «capitalismo sexual».

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    1. Ya que lo has mencionado, la web esa de "adopta un tío" la estuve curioseando porque la campaña publicitaria que hicieron en tv fue brutal. Me resultó espantosa, es, como tú dices, algo horripilante, donde hay un carrito de la compra virtual y ahí van haciendo sus elecciones las mujeres. Cuando la ví me pareció tan ofensiva, que me dije, si esto estuviera diseñado al revés, que fueran los hombres los que hiceran esa "compra virtual" de los perfiles femeninos de la web lo llamaríamos machista y sin embargo nadie, que yo sepa, ha protestado por esto, porque las que hacen la "compra" son mujeres. Me pareció bochornoso y degradante. Una prueba de la mercantilización del erotismo tan en boga.

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    2. Como bien dices "el atractivo de cada uno difiere" y yo añado que quizás esto les lleve a la desesperación y el desorden, he ahí casos como Rodrigo Mora y Prado Esteban.

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    3. La inteligencia de algunos también difiere, y como no tienen nada interesante que aportar, entran en las webs a insultar a los autores

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  7. Ronaldinho si no has escrito eso tú, lo mínimo es citar la fuente.

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  8. Pero hombre, Ronaldinho, ¿como se le ocurre ponernos en la realidad de una forma tan brusca? Algunos todavía pensabamos seguir engañados con eso de que la culpa de no encontrar hembra para la coyunda la tenía la iglesia católica, los cristianos o la Falange de las JONS. Nunca habíamos pensado que, simplemente, carecíamos del atractivo o de los bienes materiales suficientes para depertar el interés de la hembra de la especie.

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    1. Los bienes materiales no tendrían que ver con las relaciones sexuales, eso es por culpa de la propiedad privada ya que en un entorno de inseguridad económica constante, el que no tenga es visto como un paria.

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    2. Ah, bien, pero no suelen darse casos de hombres que se sientan atraídos por una mujer por muchos bienes materiales que esta pueda tener (si no consideramos la belleza un bien material). Sin embargo mujeres que se sientan atraídas por hombres, que carecen del más mínimo atractivo físico pero con importantes o no tan importantes bienes materiales, se pueden contar por miles de milllones.

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    3. Venga ya, por eso la Duquesa de Alba de casi cien años y más seca que una mojama se ha casado con un jóven de sesenta. En el capitalismo tiran mas dos cuentas corrientes millonarias que medio metro de rabo operado o tetas siliconadas. Lo ridículo no es que las jóvenes busquen la pasta fácil (si es que es sencillo ser puta de lujo) si no que los viejos y viejas millonarios del sistema pierden la cabeza por tetas siliconadas o pollas operadas (para viejas y viejos bujarrones). Lo de los presidentes franceses es así de sencillo, el Holland si no fuera presidente no se comía nada ni pagando, tal como el sistema que el dirige, entiende que deben ser las relaciones sexuales de pago.

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    4. ¿Y qué esperáis en una sociedad deshumanizada? Creo en la reencarnación y en otra vida, después de todo afrontar que el hombre capitalista es el ser más "evolucionado" del planeta en la "única vida" que muchos dicen que van a tener, me resulta absolutamente anonadado, incomprensible y perturbador.

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  9. Hola, quiero dejar un enlace con un documental sobre el tema que ha producido la televisión "pública". Mercantilización del sexo, expertos que pontifican, etc
    Es este
    http://www.teledocumentales.com/el-sexo-en-el-siglo-xxi/

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  10. Independientemente de si se cree en los Illuminati o no, me gustaría recomendar este blog que entabla paralelismos imposibles de esquivar con las tesis de Félix. Concretamente dejo el enlace a un artículo muy relacionado con este mismo y que no tiene desperdicio:
    http://henrymakow.com/espanol/2014/02/los-illuminati-utilizan-la-pornografia-para-librar-una-guerra-contra-la-sociedad.html

    "...La pornografía es literalmente un arma de guerra. En la Polonia ocupada los nazis corrompían así a la sociedad polaca:
    "Las autoridades hacían la vista gorda ante la destilación ilícita de alcohol. En Varsovia se abrían salas de juego a las que sólo se permitía entrar a ciudadanos polacos. Se toleraba la prostitución. Se fomentaba la impresión y distribución de pornografía".
    "Polonia bajo la ocupación nazi", 1961, p.218.)

    Casinos. Prostitución. Porno. ¿Les suena familiar?

    La pornografía es un arma favorita de los colonizadores. Cuando Israel tomó el control de las cadenas de TV palestinas en Cisjordania, comenzó a emitir porno. Después de que EE.UU. invadió Iraq, empezó a surgir por todas partes la pornografía.

    Para muchas personas el sexo se ha convertido en una adicción. El porno es como el crack. En el siglo XIX los británicos lucharon en las Guerras del Opio porque no querían que los chinos les arrebatasen su "medicina". En los últimos 50-100 años esta arma se ha estado utilizando contra nosotros y cada vez con más frecuencia el porno está estableciendo las normas sociales..."

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