jueves, 3 de mayo de 2012

PENSANDO EL 15-M, UN AÑO DESPUÉS


El 15-M ya es adulto. Quienes dijeron que después de él “nada será como antes” fallaron una vez más. Las triunfalistas especulaciones de los activistas socialdemócratas, febriles al ver en las plazas decenas de miles de personas, han resultados tan subjetivistas como todo en ellos. Quienes desde el primer momento dimos respaldo al 15-M aunque teniendo muy presentes sus formidables debilidades -que hacían impensable una vida larga y fructífera- así como sus oscuros y aún hoy no aclarados orígenes, acertamos.

Ahora se trata de aprender de la experiencia. No debe suceder como con el movimiento antiglobalización o la “primavera árabe”, ruidosamente jaleados por los espontaneistas (rebeldes a favor del sistema y activistas de la nada) y olvidados en cuanto se extinguió su presencia en las calles. Hay que hacerse responsables de los acontecimientos sociales, y dar cuenta analíticamente de ellos cuando se agotan.

Es urgente poner fin a la frivolidad e irresponsabilidad. Hay que pedir explicaciones a los demagogos activistas, que confinan a las gentes en el insignificativo espacio de las consignas banales, el inútil ir y venir en la calle, las asambleas tediosas, las manifestaciones procesionales y las pancartas pedigüeñas. La nulidad e impotencia así como la destructividad (de los movimientos y de las personas) propias de tales métodos es una de las grandes lecciones aportadas por dicho Movimiento.

La contrarracional fe en el actuar callejero pasivo y borreguil de las masas es una de las peores herencias de la mentalidad socialdemócrata, que defiende al capitalismo a cambio de que éste haga unas cuantas concesiones. El 15-M ha demostrado que, en las actuales condiciones de ausencia de ideales y muy grave falta de conciencia, las masas salen a la calle… sólo para retornar al poco a sus casas; y que hacen asambleas en las plazas… únicamente para volver en un tiempo breve a sentarse ante la pantalla del televisor o del ordenador. Después queda nada o muy poco: amargura, decepción, sensación de haber sido engañados y utilizados.

4 comentarios:

  1. Solo sirvió para evitar que pasase realmente algo, para calmar los ánimos sin que hubiera peligro hacia los que controlan el cotarro.

    Ahora ya es tarde para pensar que podría funcionar de nuevo, ahora ya están preparados (por si seis millones de parados se desesperan de verdad), mejor armados y dispuestos a todo, siempre lo han estado.

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  2. el 15m fue y es una estafa, un camelo,... Un movimiento asambleario,por su misma naturaleza sólo tiene sentido si los participantes consideran la existencia del Estado y de sus representantes como algo intolerable y consideran la delegación como algo intolerable en sí misma,esto debe ser la razón de la asamblea.Convocar asambleas para discutir formas de gobierno,formas de economía,y para reivindicar, puede ser respetable pero es una tontería, en las asambleas no cabe el Estado o mejor dicho en las asambleas tiene que hablar el pueblo no el Estado.

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  3. Esperemos que a fin de cuentas del 15-M salga algo positivo.
    Un saludo

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  4. Yo creo que no hay que ver sólo el vaso medio vacío. Ahí está participando mucha gente que seguramente no va contra el sistema político que nos esclaviza, que con cuatro parches que se aceptaran para maquillarlo un poco, o lo que es peor, ocultar lo inocultable, es decir, lo nocivo que es para la humanidad y el planeta, lo verían como un triunfo y se conformarían, incluso que muchos, por el no pequeño número de banderas republicanas que se ven, si mañana se proclamara la república sin más saldrían a celebrarlo como si hubiéramos alcanzado ya sólo por eso nuestra emancipación; pero dejando claro todo eso también hay que decir que hay un buen grupo de gente que participa y conoce el verdadero mal de todo esto que no es otro que el Estado, lo vistan como lo vistan, y que les guste o no a los reformistas y socialdemócratas que participan, además de comunistas autoritarios, de momento que se sepa el movimiento es totalmente horizontal y asambleario. Como le oí decir a no sé quién (ahora no recuerdo) es como si el subsconciente colectivo libertario que tanta fuerza tuvo hace muchas décadas en esta península estuviera más vivo de lo que nos pensábamos y hubiera vuelto a brotar. O incluso (esto es ya añadido mío) como si en los barrios y, en mayor medida, en los pueblos, por donde se ha extendido el 15M, salvando mucho las distancias, por supuesto Félix, ese trasfondo del concejo abierto aniquilado hubiera tenido un pequeño brote. Por supuesto que las asambleas pueden pecar muchas veces de perderse en discusiones absurdas, no llegando a importantes conclusiones, o en mero reformismo, por muchos de sus participantes, pero creo que se puede disculpar porque esto todavía está en pañales. Es tanto lo que nos han robado, que ahora simplemente estamos tratando de recuperar parte de lo perdido que es mucho, porque es tanta la inexperiencia que tenemos la mayoría, que llegar al todo en un año es algo materialmente imposible. Hablo en primera persona porque esto nos incumbe a toda la humanidad, no porque participe todo lo que me gustaría en este movimiento. Dicho esto, donde sí veo peligro, y ahí sí que quedaría en nada todo esto, es si por lo que fuera empazaran a caer unas cuantas migajas más a modo de volver de nuevo a lo que llaman Estado del "bienestar" (pan y circo) y mucha de la gente que está participando se echara atrás y el movimiento se resintiera hasta el extremo de quedar en algo minoritario, porque no hay que negar que el gran triunfo de los que ostentan el poder desde las revoluciones liberales, no sólo es el haber acabado con nuestras libertades y con nuestro modo de vida, sino habernos hecho pensar como ellos, habernos robado nuestra psicología, terminando también nosotros por medirlo todo a través de ese veneno llamado dinero, ese para mi es el gran peligro, pero por ahora, creo que es la esperanza a la que agarrarse, aunque igual esté pecando de iluso.

    Es la primera vez que escribo en tu blog o me dirijo a ti, con lo que quiero aprovechar para darte las gracias por tu trabajo. Ahora mismo estoy leyendo Naturaleza, ruralidad y civilización y sólo tengo que decirte, aunque suene un poco raro porque va a parecer que estoy hablando de un libro de autoayuda, que me está cambiando la vida. Es tanto lo que estoy descubriendo en él que sólo tengo que decirte: gracias, hermano.
    No acababa de decidirme a dar el paso definitivo a volver al lugar de donde nos expulsaron, y ahora veo muy claro cuál quiero que sea mi destino.
    Un saludo para ti y para tus lectores que por aquí pasen

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