En 1157 un
nuevo movimiento clerical islámico de carácter colonialista, los almohades, que
se había constituido en lo que es hoy el sur de Marruecos, irrumpió en la
península Ibérica. Sus ínfulas expansionistas no gustaron a casi nadie en ésta,
ni a los musulmanes autóctonos, o andalusíes, ni a los pueblos libres del
norte. Los primeros ofrecieron una resistencia múltiple y continuada, en la que
destacó Ib Mardanís, también conocido como “rey Lobo”, que en Levante derrotó
en varias ocasiones a los invasores hasta que fue muerto por estos en 1172.
Algo similar sucedió en Baleares, donde los Banu Ganiya se enfrentaron a los
agresores extranjeros, que pusieron fin a la resistencia conquistando las Islas
en 1203. Por todo al Andalus floreció el rechazo al régimen teocrático
africano.
En los pueblos libres del norte el esfuerzo principal correspondió a las legendarias milicias concejiles, en particular a las de las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura Castellana. Las de Ávila, siguiendo su tradición de combatividad a toda prueba, eligieron en concejo abierto hasta en 26 ocasiones al heroico y sagaz Sancho Jiménez como su adalid año tras año, el cual infringió poderosos reveses a los clérigos norteafricanos hasta que fue derrotado y muerto en 1173.
Un acontecimiento épico muy destacable fue la defensa de Huete (Cuenca) por su población en el verano de 1172, en la cual sus célebres milicias municipales, organizadas y dirigidas desde el concejo abierto de la comunidad de villa y aldeas, con la participación de las mujeres en las asambleas concejiles en paridad con los varones, frenaron a los conquistadores islámicos, mandados por Yusuf I, les derrotaron y los obligaron a retirarse hacia el sur.
Sin embargo en Alarcos (Ciudad Real), en 1195, los totalitarios religiosos derrotaron a las tropas castellanas, en buena medida porque las milicias de los concejos confiaron en el rey Alfonso VIII para dirigir la batalla, en vez de cómo en otras ocasiones luchar con su propia estrategia, táctica y mandos elegidos en asamblea. En esa rota murió la flor y nata de las villas y aldeas castellanas.
Los almohades no eran unos desarrapados, como creen algunos, sino un poder imperialista poderoso. Su flota de guerra era bastante fuerte, mucho más que la de los pueblos norteños, y con ella traían desde África a sucesivos contingentes de conquistadores, por decenas de miles. Su poder se basaba, en gran medida, en el expolio colonialista de los pueblos negros al sur del Sahara, a los que esclavizaban y sustraían las materias primas y el oro, según tradición de larga data en los regímenes norteafricano y andalusí musulmanes, apoyados en el comercio de esclavos negros y en el racismo.
La actuación de los almohades fue siempre violentísima y genocida. Las poblaciones que tomaban las arrasaban, matando a todos los varones y mujeres de edad, llevándose a las féminas adolescentes como botín para venderlas en los mercados de esclavas, con destino a los ominosos harenes islámicos. Así hicieron en Trujillo (Cáceres), Talamanca de Jarama (Comunidad de Madrid) y otros lugares.
Llegado el año 1211 ambas partes se prepararon para un choque decisivo. Del norte de los Pirineos arribaron contingentes armados, que se retiraron al constatar que los pueblos peninsulares no les permitían vejar a los musulmanes vencidos, ni tampoco a los judíos. De todos los que vinieron sólo unos pocos centenares se quedaron, volviéndose el resto.
Los musulmanes que vivían en Castilla ni en una sola ocasión apoyaron a los almohades, a los que tenían por agresores y fanáticos. En todas las ocasiones en que lucharon se mantuvieron fieles al orden concejil y comunal en el que estaban integrados con fórmulas plurales pero siempre pactadas entre los concejos y la minoría islámica. Lo mismo los judíos.
En al Andalus los clérigos almohades desataron un furioso antisemitismo, que llevó a toda la población judía a escapar a Castilla para conservar la vida, donde fueron muy bien acogidos. Hasta en eso demostraron los fanático islámicos ser un antecedente religioso del nazismo. Al mismo tiempo, ordenaron quemar las bibliotecas, perseguir a las personas letradas (desterraron a Averroes en 1194 acusándole de “impiedad manifiesta”, por denunciar el despotismo teocrático) y realizar una política universal de terror y dictadura.
Tras ello estaban los poderosísimos y parasitarios terratenientes andalusíes, que eran quienes les habían alentado a pasar el Estrecho, dueños de la gran mayoría de la tierra.
En el sur islámico el poder estaba militarizado, organizado de arriba abajo y no había ninguna participación popular en la vida política. No había nada parecido al concejo abierto, a las tierras y los demás medios de producción ampliamente en propiedad de los concejos en tanto que comunal ni a los fueros y cartas de población, de elaboración popular. Las mujeres padecían un patriarcado feroz, la vida social estaba monetizada, la ciudad dominaba y saqueaban al campo, los negros eran sometidos a una esclavitud intolerable, las elites llevaban una vida derrochadora y de placeres hasta extremos pasmosos y las minorías cristiana y judía eran perseguidas, reinando la arbitrariedad y la explotación.
Los dos ejércitos se encontraron en Sierra Morena, en Las Navas de Tolosa. Por el lado de las tropas norteñas la fuerza principal, con mucho, fueron las milicias concejiles llegadas desde Guadalajara, Uclés, Cuenca, Toledo, Segovia, Madrid, Ávila, Atienza, Medina, Huete, Burgos y otras poblaciones, a las órdenes de mandos que habían sido designados en concejo abierto. Ellas fueron quienes llevaron el peso de la batalla y quienes se alzaron con la victoria.
Por el lado islámico, los que primero emprendieron la huida fueron los andalusíes, o musulmanes peninsulares, como siempre hacían dado que no querían luchar con y por los clericales. Los invasores africanos aguantaron mejor pero fueron finalmente arrollados. Hay que resaltar el horrendo detalle de que lugares decisivos del campamento almohade estaban defendidos por esclavos negros encadenados, en lo que es una ignominiosa expresión de racismo islámico.
No hay un imperialismo “bueno” y otro “malo”, nadie tiene derecho a invadir tierras ajenas para expoliar, esclavizar y matar a sus habitantes. Los almohades entraron en la península con el único apoyo de las todopoderosas y riquísimas elites de poder andalusíes, odiadas por el pueblo. La resistencia que cristianos, musulmanes y judíos ofrecieron a los colonialistas almohades fue una guerra justa, y Las Navas de Tolosa fue una victoria magnífica de la libertad, la tolerancia, el pluralismo y la cultura lograda por los pueblos peninsulares.
¿Y qué hicieron años después, en el mismo siglo XIII, cuando esos «pueblos libres del norte» con sus reyes y nobles, entraron en las tierras béticas?
ResponderEliminarRobar y expulsar a los musulmanes. Los cristianos de esa época no era mejores que los musulmanes.
Va por ahí criticando el Bicentenario de la Constitución y, en cambio, conmemora una batalla de hace ocho siglos que sirvió, simplemente, para dar más poder a otros poderosos.
Cuando se parte de la ignorancia mas autosatisfecha y no se entiende nada de nada se repiten no sólo las consignas del capital y el Estado sobre historia sino también las del fascismo, al cual le llevó a la victoria la intervención de 100.000 soldados norteafricanos enviados por los clérigos islámicos a Franco. Por eso el franquismo, como todos los reaccionarios españoles, es islamófilo. Un análisis de la alianza estratégica entre el islam y el fascismo en 1936-39 está por hacer, pero se hará. No hay que olvidar que Benito Mussolini fue proclamado "espada del Islam", esto es, protector del Islam. Por lo demás, es la última vez que debato con repetidores de la política de "alianza de civilizaciones" del PSOE, el partido por excelencia del capital hoy, heredero y continuador del franquismo en todo. Quienes reproducen las ideas de Franco y del PSOE deben de estar en la guardia mora de Franco o en el GAL, no entre nosotros.
EliminarFélix
En la Edad Media los cristianos hicieron las cruzadas contra el Islam. Durante la Guerra Civil española los musulmanes norteafricanos se aliaron en otra «Cruzada» con los clericales y fascistas cristianos para combatir al ateísmo (incluido el anticlericalismo) y la revolución.
EliminarUno de esos reyes cristianos, y castellano, con el respeto y apoyo de la gente de los «pueblos libres del norte», para reprimir la revuelta mudejar de mediados del siglo XIII del Valle del Guadalquivir, aplicaron lo que hoy llamamos una «limpieza étnica». Y a ese rey le pusieron el nombre de «Sabio». Los cristianos de la Edad Media no eran mejores que los musulmanes, ¿y son franquistas estas palabras?
Cristianos coronando reyes? lo que dice Félix, ignorancia total y autosatisfecha.
EliminarLos cristianos que coronan reyes son la "corriente institucional", osea, EL ESTADO disfrazado de religión.
En aquella época había PUEBLO y había "embrión de Estado". Usted se refiere en todo al embrión de Estado, y la historia del pueblo, la desconoce.
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ResponderEliminarPor su atencion;
ResponderEliminarEl nuevo Atlas de Historia de Espana
AD 1212 = EC 1406 = 608/609 H.
800 ANIVERSARIO = en realidad 606 anos...
http://www.hungariancalendar.eu/El_nuevo_atlas.pdf
http://www.hungariancalendar.eu/sp.html
http://www.hungariancalendar.eu/
Chronology of Islam;
http://www.hungariancalendar.eu/harun.pdf
http://www.seleucidcode.com/
gracias por su atencion
Y muy en consonancia con la frase final de su texto, son estas palabras del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, en las que se refería a la Toma de Granada de 1492 por los Reyes Católicos, durante la misa del pasado 2 de enero del 2011:
ResponderEliminar«La más extraordinaria, exquisita y humana en comparación con otro tipo de conquistas en las que se pasaba a cuchillo. Comparada con otros fenómenos, estuvo marcada por una extraordinaria humanidad y gestos de amor a las personas a las que se incorporaba a la comunidad de la Corona española. Y ese pensamiento español fue el antecedente de los derechos humanos porque se reconocía que las personas de otros pueblos tenían la misma alma.»
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=8141