El día 4 de marzo de 2021 se reunió online el equipo que organizó el IV Encuentro de Transformación Integral a finales de agosto de 2020 en Navarra, y yo con ellos. Aquél está dispuesto a promover nuevas iniciativas.
Así pues, voy a manifestar
mi criterio personal sobre la situación seis meses más tarde.
El balance tiene
sus luces y sus sombras. Ciertamente, en agosto del año pasado todavía no había
madurado lo suficiente la situación, de inicio efectivo de la crisis global de
las sociedades de la última modernidad en todo el mundo, lo que, junto con
otras cuestiones, impidió establecer una estrategia, un plan de acción.
Más allá de eso,
compruebo ahora que los factores de debilitamiento y degradación del sistema de
poder avanzan, no sólo en lo objetivo y material (economía, sanidad,
demografía, desfondamiento del Estado de bienestar, etc.) sino también en lo
ideológico y subjetivo. Los aparatos de propaganda y adoctrinamiento del
régimen no logran hacerse con el control de la situación, la intelectualidad
mercenaria y prostituida está perdiendo la escasa credibilidad que le queda,
las intervenciones políticas institucionales (procés, feminazismo,
conspiracionismo, etc.) están ya agotadas o en decadencia. Los nuevos partidos
políticos se han desacreditado tanto y tan deprisa, los fascistas de derechas
(Vox) igual que los fascistas de izquierda feminazis (Podemos), que el sistema
ha de echar mano a subproductos patéticos (trevijanistas, “médicos por la
verdad”, “patriotas” proyanquis neo-falangistas, etc.), para dotarse de nuevos
instrumentos institucionales destinados al control político, mediático e
ideológico de las masas, que necesita con urgencia.
La debilidad del
sistema ha quedado de manifiesto en la lucha contra la política sanitaria
gubernamental, desde marzo de 2020, en la cual un número reducido de personas
(no más de dos o tres docenas) logramos poner al régimen en una situación
difícil, pues promovimos un estado de conciencia resistente y subversiva que
incorporó a cientos de miles de personas, e incluso suscitamos movilizaciones
en la calle de no despreciable significación. Millones de personas han visto,
con estupor e indignación, que la respuesta a ello del gobierno fascista de
izquierda PSOE-Podemos y de las grandes corporaciones capitalistas de la
comunicación ha sido meramente represiva y canalla, puramente franquista y
neonazi, prohibiendo libros, descolgados videos, cerrando canales, organizando
en sus televisiones lacayas rabiosas campañas de insultos, amenazas y
linchamientos públicos contra quienes la patulea mercenaria mediática denomina
“negacionistas”, y así sucesivamente.
Esa actuación
mide la debilidad relativa, política y mediática, del actual orden. Muestra su
vulnerabilidad. Indica que podemos asestarle golpes formidables. Y eso es lo
que vamos a hacer.
Se ha creado un
vacío político del poder constituido que debemos aprovechar, vacío que seguramente
se mantendrá durante un par de años, hasta que aquél invente y efectúe una
nueva intervención política.
Al mismo tiempo,
constatamos que persiste la confusión, desorientación, pasividad,
desorganización y atomización de la gran mayoría, su cobardía, docilidad y
servilismo, su incapacidad para actuar audazmente conforme a criterios no sólo
políticos sino además morales, por ejemplo, ante la matanza impune de
improductivos, sobre todo ancianos, que el sistema actual está perpetrando con
la pandemia, el miedo mediático inoculado sin tasa y las vacunas.
El IV Encuentro
significó, en primer lugar, un acto de desafío y valentía, en una situación
difícil por la acumulación de incertidumbres respecto a la libertad de
desplazamiento, así como de amenazas de intervenciones represivas,
sanitario-policiales. Eso hizo de la preparación una actividad tensa y difícil,
en la que cada día había que responder al dilema de si seguíamos con los
preparativos o los abandonábamos. Finalmente, se tomó la decisión de lanzarnos,
con todas las consecuencias, aceptando los riesgos y sanciones jurídico-policiacas
que pudieran derivarse. Y todo salió estupendamente. Se cubrieron todas las
plazas, hubo que habilitar una larga lista de espera y poco después pedir que
no intentase inscribirse nadie más. Unas 600 personas atendieron en total nuestra
convocatoria y manifestaron, de un modo u otro, su interés en participar.
Nosotros, la
gente de la revolución integral, nos atrevimos a hacer lo que otros no se
atrevieron. Y podemos decir con satisfacción que en el Encuentro todo funcionó
a la perfección, desde las cuestiones decisivas hasta los pequeños detalles, en
un ambiente de hermandad, afecto mutuo y comunicación, sin miedo y sin bozales[1], en un
entorno natural maravilloso, cargado de historia y de grandeza[2]. Y
además, la comida ofrecida por la cooperativa que nos acogió, Amarauna, fue
bastante buena.
Ahora la
situación es mucho mejor, al ser los elementos positivos más influentes que los
negativos, además de que maduran más rápidamente.
Lo más reseñable
es la ausencia de una exposición completa, sintética y fácilmente manejable del
ideario, proyecto y programa de la Revolución integral. Esto lo necesitamos con
urgencia, para diferenciarnos ante la opinión pública de las corrientes
reaccionarias e institucionales de todo tipo, para ofrecer formación a las
personas que se aproximen a nosotros y para promover la organización en torno
nuestro. El Manifiesto de la Revolución Integral, un libro-folleto,
puede estar disponible en un par de meses. Luego, cuando esté, se planificará
su uso.
Necesitamos
convertirnos en fundamental foco de emisión de ideas, propuestas y
formulaciones en los problemas centrales de nuestro tiempo, para llegar con
fuerza, con número y con continuidad a la opinión pública. Necesitamos poner en
circulación docenas de videos, audios, artículos, folletos, libros y otras
formas de expresión cada mes. Para eso el punto débil es la escasa preparación,
en los contenidos, de las personas que se nos unen. Esto lo estamos empezando a
remediar con Cursos de formación en materias concretas, de contenido y
de método, con el estudio del Manifiesto (cuando esté), los debates
internos, las operaciones de crítica de las fuerzas o corrientes reaccionarias
e institucionales.
En este momento
de declive del aparato de adoctrinamiento gubernamental-estatal, cuando
atraviesas sus horas más bajas de los últimos 20 años, es una situación
magnífica para penetrar profundamente en las clases populares, asalariadas y
trabajadoras con nuestras ideas.
Además, vamos a estar
presentes en las luchas y en el activismo callejero, pero no en las
parodias que, sin ir más lejos, organizan, bajo dirección del CNI, “Médicos por
la verdad” y otros agentes del poder. Sí estaremos presentes en las luchas
subversivas, fuera del sistema, inasumibles para éste.
Estamos organizando
un sistema de acogida y de organización para las personas que creen que se
necesita un cambio radical de modelo de sociedad y de concepción básica de lo
humano y del ser humano, cuyos fundamentos han de ser la libertad, la verdad,
la moralidad, la democracia directa política y económica, la convivencia, el
afecto mutuo, el final de todas las oligarquías tiránicas, la virtud personal y
cívica, el triunfo de lo popular como realidad integral.
Deseamos hacer
de cada persona que se aproxime a nuestro movimiento un comunicador
revolucionario, a la vez que alguien preparado para las tareas necesarias, si
se desea regenerar a nuestra sociedad, que está muerta, elevándola a realidad magnífica
con esperanza y con futuro.
También, vamos a
ir ordenando y promoviendo proyectos estratégicos para diversos temas y
materias. Como son el retorno al mundo rural, la organización de redes de ayuda
mutua y producción de bienes en ambientes urbanos, el relanzamiento del
movimiento obrero y asalariado sobre bases combativas, la autoconstrucción de
las mujeres tras la destructividad del feminismo de Estado, la marcha hacia una
Europa de los pueblos libres y soberanos, la acción contra la medicina
yatrogénica y por una asistencia sanitaria popular, la atención al problema
demográfico y la natalidad, entre otros.
Porque nuestro
proyecto es la revolución. Y eso es lo determinante. A eso vamos.
En dos años
tendremos, probablemente, las metas señaladas convertidas en realizaciones.
Félix Rodrigo Mora 7/3/21
[1] Es divertido que me haya llegado alguna consulta ingenua sobre cuánta
gente se infectó con el virus en el Encuentro, dado que allí se juntaron tantas
personas… Mi respuesta, amable, ha sido que allí sólo hubo un virus, el del
entusiasmo, y que de ese quedamos todos y todas infectados.
[2] Puesto que estábamos pegados al rio Arakil, íntimamente relacionado
con la revolución bagauda, una de las noches hicimos un homenaje a su
revolución, con uno de los asistentes interpretando al violín música vasca y el
resto levantó luminarias, todo muy evocador y emotivo. Además, se leyó una
breve Nota de ensalzamiento.
EStamos llegando a uno de lso puntos mas cercanos a una posible explosion parcial social. La ruina y la falta de respuesta gubernamental esta dejando una vista de la funcionalidad del Estado pasmosamente mala. Lo que mas se oye en las calles es lo inútiles que son nuestros politicos, lo basura que es la democracia y el que nadie se ocupa de la miseria... Si bien todo esto nos aboca a una Dictadura Salvadora, militar, por supuesto, tambien deja un espacio para los locos que prediquen una nueva forma de sociedad basada en la Asamblea Soberana, la reeducacion hacia el parlamentarismo popular, el debate de las ideas, la creacion de soluciones ciudadanas ajenas al aparato estatal....
ResponderEliminarDificil que salga algo, sin duda, pues no contamos con un personal preparado y con una minima conciencia, solo con rabia, depresion y hastio... De ahi poco bueno puede salir...
Pero se puede lograr algun éxito en alguna parte que genere sinergias...