A Jordi Cuixart i Navarro, agraint-li la seua enteresa
Parece ser que Jesús de Nazaret, rabino galileo de procedencia popular, independientemente de la creencia político-religiosa propia, o que algunos le atribuyen, sobre la necesidad de liberar al pueblo judío de la dominación romana ( Mesías) y también del proceso de deificación posterior ( Hijo de Dios), fue capaz de sintetizar, a pesar de las numerosas y diversas corrientes de pensamiento existentes en su época, una forma idónea de entender las relaciones humanas, una visión doctrinal dirigida a la raíz del problema suscitado por la necesidad de conformar una sociedad sobre la base de principios éticos y no estructurada en torno al poder, el dinero y la dominación de unos sobre otros. Es decir, una sociedad que mereciera el calificativo de verdaderamente humana.
Cosmovisión difícil de entender cuando la sociedad está construida de manera que la supervivencia exige competir y destacar en la capacidad por dominar y esclavizar al prójimo. No obstante muchos de los que escucharon al rabino Jesús consideraron esta cosmovisión viable por lo que se suscitaron esperanzas de justicia e igualdad en el pueblo, pero también animadversión en aquellos que conformaban el poder político, religioso y militar en el Israel de aquel tiempo.Una concepción de las relaciones humanas fundamentada en la verdad, la igualdad, la justicia, la solidaridad, el equilibrio entre la persona individual y la social-comunal, el reparto de la riqueza generada con el trabajo colectivo, etc. Es decir, una cosmovisión de las relaciones humanas que se resumen en un concepto y en una realidad convivencial: el amor.
Autor: Rafael Rodrigo Navarro
Autor: Rafael Rodrigo Navarro