El I Encuentro de Revolución Integral (RI)
tuvo lugar en 2015, en unas circunstancias sociales, políticas, culturales,
emocionales e internacionales notablemente diferentes a las actuales, mucho menos
favorables al ideal y a la idea de la transformación integral del individuo y
la sociedad. El II se celebró en 2016, con un contexto similar al anterior. En
2017 no hubo convocatoria y en el presente año se desea que tenga lugar el III
Encuentro, a principios del mes de octubre[1].
Los
trabajos y ponencias que se presentaron en la convocatoria de 2015 están reunidos
en el libro “I Encuentro de Reflexión
sobre revolución integral. Recopilación de textos”. Es éste un sólido
volumen de 513 páginas con 52 aportaciones, que tratan de decisivos asuntos de
actualidad, políticos, internacionales, del sujeto, etc. Muchos de ellos son de
una gran calidad en los contenidos y significativa elegancia estilística, marcando la línea del proyecto y programa RI.
El
acaecimiento de 2016 tiene asimismo su libro, “II Encuentro de Reflexión sobre revolución integral. Recopilación de
textos”, 340 páginas, que complementa y desarrolla lo recopilado en el
volumen del año precedente. En consecuencia, sugiero a las amigas y los amigos
que estudien con interés y dedicación estos dos libros.
Con
ellos, así como con las aportaciones y colaboraciones que se han ido atesorando
en la página de Revolución Integral, ahora se está trabajando en un Manifiesto que, en su primera versión
(habrá otras, que lo irán desarrollando y actualizando), desea aportar una
interpretación holística a la vez que compendiada de lo que ofrece a la
comunidad popular el proyecto RI[2].
Pero
sería incurrir en un error de intelectualismo, en un reduccionismo contrario al
meollo del ideario integral (por su propia naturaleza global, así pues,
dirigido al todo –finito- de la persona, al todo –finito- de la vida social y al Todo cognoscitivo, axiológico y transformador,
épico y sublime) limitar el I y II Encuentros a los textos discursivos y
reflexivos mencionados. De igual significación fue la parte convivencial y
relacional. Ésta alcanzó a ser un éxito enorme, un logro maravilloso, que
satisfizo las necesidades emocionales de la gente asistente.
Las personas
participantes se relacionaron y conocieron, trabaron amistad y establecieron
entre sí magníficos lazos afectivos sobre la base del cariño mutuo y la
cooperación. De ello han ido saliendo iniciativas de trabajo en común, entre
las que destacaré una, la edición del libro “Ética y revolución integral. Reflexiones para una sociedad
convivencial”, que se gestó en el II Encuentro. Pero también, conviene
insistir, han resultados numerosas relaciones amistosas, se han establecido
lazos y vínculos personales de variada naturaleza e incuso han nacido niños como
fruto de algunos. En conjunto, hemos hecho una contribución significativa a
articular convivencialmente la vida social, lo que es uno de los más notorios modos
de resistir al capitalismo-Estado y preparar las condiciones subjetivas de la
revolución.
El
componente relacional es decisivo, por sí mismo y porque constituye, digámoslo
de nuevo, la base misma de la revolución holístico-total con que estamos
comprometidos. En efecto, no puede haber superación comunal-autogestionada del
capitalismo ni extinción democrática-revolucionaria del Estado sin forjar
(antes, en el choque revolucionario y después de él, en la nueva formación
social) relaciones interpersonales muy sólidas y muy ricas, cuya substancia ha
de ser la amistad, el afecto, la simpatía, el cariño y el espíritu de servicio
de unos a otros. En ello, y en el desarrollo de las capacidades y cualidades
del ser humano, que se autoconstruye como sujeto de virtud, es decir, como yo
que realiza -de manera finita, pues somos humanos y por tanto contradictorios,
bipartidos e imperfectos- la excelencia dentro de sí desde sí y por si.
Nótese
que el proyecto de RI no posee estructura organizativa. Ello es así porque cree
y confía, sobre todo, en el individuo y en la libertad individual, esperando
muchísimo de la creatividad personal, ejercida con responsabilidad,
generosidad, abnegación, olvido del interés particular y sociabilidad. Porque ese
individuo autocentrado en su mismidad trascendente es de manera natural sujeto
convivencial, conforme a lo que se ha denominado individualismo comunal o
colectivista. De ese modo, atendemos a la doble naturaleza del ser humano,
individual y grupal. Esto nos aparta del actual sistema en el que el sujeto es
construido (destruido) desde fuera, siendo manufacturado y confeccionado al
mismo tiempo como entre gregario y egocéntrico, como elemento de rebaño y criatura
asocial, según conviene al sistema de dominación.
Así
pues, en este III Encuentro quizá habría que prestar especial atención a lo
emotivo y afectivo, a lo relacional y convivencial, a la alegría de estar
juntos y al festejo comunal de nuevo tipo, revolucionario. Así podría irse
constituyendo una propuesta realista, efectivamente superadora de los vandálicos
males impuestos por el actual régimen de dictadura, entre los que destaca la
soledad, con sus secuelas inevitables de frustración emocional, infortunio
erótico, tristeza profunda y depresión maligna, lo que lleva a la ruina de la
persona, en particular de las mujeres. Quienes arguyen que la soledad es el
gran mal de las sociedades contemporáneas no andan muy descaminados. Desde tal
estado de cosas se explica el consumo ya desmesurado pero aún así creciente, de
alcohol y drogas artificialmente euforizantes, de ansiolíticos y
antidepresivos, en particular entre las féminas jóvenes y de mediana edad.
Todo
ello es, por decirlo con una palabra que describe una realidad cada día más
obvia, feminicida. Por tanto, tendría que prestarse, en el III
Encuentro, una atención particular a esta inquietante realidad, la del
conflicto interpersonal inducido desde el poder/poderes constituidos y las
consiguientes carencias emocionales y vivenciales terribles que ello lleva
aparejado. Sobre todo, hay que considerar la forma, tan devastadora, que
adoptan en las mujeres. Éstas están siendo llevadas hacia una situación límite
con la depresión como gran mal de nuestro tiempo.
Las
mascaradas “reivindicativas” y la demagogia institucional, urdida por el Estado
y los partidos políticos, cuyo núcleo publicitario afirma que “estamos
conquistando la liberación de la mujer”, cada día es más incapaz de ocultar la
verdad observable, a saber, que lo que efectivamente se está construyendo desde
el poder es un patriarcado de nuevo tipo, peor que el precedente, con el ente
estatal ejerciendo de “pater familias” y
con las mujeres entregadas inermes a los horrores del trabajo asalariado, la
monetización absoluta de la vida colectiva y la dictadura de las y los muy
ricos, a la soledad, la depresión, las drogas legales e “ilegales”, la persecución
del sexo heterosexual, la demonización de la maternidad, el invierno
demográfico y la desintegración corporal y espiritual. A ello debe enfrentarse
también el Encuentro de este año.
Empero,
lo más importante es comprender que éste se convoca en unas condiciones
sociales, políticas e internacionales mucho mejores que las de los dos
anteriores. Para empezar, el proyecto multi-subvencionado (con sus
telepredicadores dia y noche vomitando mentiras y maldades desde la caja
tonta), urdido por los más tenebrosos poderes del Estado para ahogar en germen
la maduración de la revolución, que en 2015 estaba en su momento de mayor
fuerza, hoy, tres años después, yace por los suelos, corroído por la confusión
y la melancolía. En parte por sus patéticas torpezas y contradicciones
internas, en parte por los cambios enormes en la situación interior e
internacional, que en mucho nos favorecen, y en alguna medida por nuestro audaz
obrar.
En
el presente el sistema de dominación carece de proyecto sólido, estratégico, para
el manejo y control de las clases populares. Está a la defensiva y
semi-paralizado, lo que nos permite, al menos por el momento, avanzar sin
adversarios de importancia, con el añadido de que en los principales asuntos la
evolución de los acontecimientos nos está dado la razón, a la vez que se la
niega a nuestros brutales perseguidores.
Quisieron
destruirnos y no lo han logrado. Más bien al contrario, nuestra fuerza y madurez,
riqueza argumental y presencia social, es hoy mucho mayor que en 2015, a la vez
que las de nuestros enemigos, que llevan años calumniándonos, censurándonos,
boicoteándonos y amenazándonos al dictado del CNI (la CIA española), declina
día tras día.
En
consecuencia, los próximos años serán, probablemente, de grandes logros y
avances, o al menos de grandes oportunidades. Para provecharlas tenemos que vernos
y reunirnos en el III Encuentro RI, a fin de constituir allí nuevos o renovados
lazos relacionales, desde los que ir construyendo nuevas actividades
transformadoras, o bien para afianzar los existentes, que son ya muchos y muy
buenos.
[1]
Para los detalles y la inscripción hay
que visitar la web “Espacio de reflexión
sobre Revolución Integral”.
[2]
Conviene enfatizar que Revolución Integral es únicamente un sistema de ideas más
o menos compartido y un espacio inmaterial para propiciar el encuentro, por lo
que carece de línea oficial, más allá de las coincidencias entre quienes en él
se sitúan. Por tanto, nadie está obligado a admitir los contenidos del Manifiesto ni mucho menos a
popularizarlo. En la cosmovisión de RI sólo posee significación la convicción
interior y la libertad de conciencia individual. Con todo ello recuperamos,
relanzamos y realizamos lo que es el meollo mismo de la parte positiva de la
cultura europea y occidental, cuando ésta está siendo ferozmente atacada con
productos foráneos, a menudo totalitarios y neo-fascistas, introducidos por el
gran capitalismo globalizador europeo y la UE, que hoy son el enemigo número
uno de su propia cultura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: Los comentarios podrán ser eliminados según nuestros criterios de moderación, que resumidamente son: aquellos que contengan insultos, calumnias, datos personales, amenazas, publicidad, apología del fascismo, racismo, machismo o crueldad.