Félix Rodrigo
Mora
El vigente sistema
político de dictadura, tal como se manifiesta en la Constitución Española de
1978, es una mixtura repulsiva de franquismo y parlamentarismo, al servicio de
un ente estatal hipertrófico y de la gran empresa transnacional, con el
imperialismo alemán (terrorista, racista antiblanco, genocida, antieuropeo,
islamofascista, ultracapitalista, tecnocrático, ecocida y exterminacionista),
agazapado en la trama inaceptable de la Unión Europea.
Con él asistimos a la
aniquilación general de todo lo que tiene Europa, es decir, los pueblos
europeos, de singular, maravilloso y valioso, no sólo sus lenguas y culturas
sino también sus genes y etnias. Es, la actual, una vorágine de exterminios, cataclismos
y aniquilaciones, asunto en el que se manifiesta la pasmosa destructividad del
sistema de Estado y gran patronal hoy vigente, ya tan hiper-concentrado y
mega-poderoso que todo lo que toca lo destruye, precisamente por sobre-exceso
de poder.
Nos gobiernan
enfermos mentales, psicópatas desmesuradamente desequilibrados, criminales
frenéticos, que ya han perdido toda conexión con la realidad y no tienen otro
modo de existencia que el aniquilamiento general, el exterminio a gran escala.
Es lo que describe A.M. Lobaczewski en el libro “La ponerología política”, donde concluye que sufrimos una “patocracia”, esto es, el gobierno de
seres patológicos, de enfermos mentales muy agresivos, de locos rabiosos, de
orates genocidas. Cierto y, más aún, podría decirse que este autor polaco, que
construye sus formulaciones tras haber padecido la dictadura marxista-fascista del
Partido Comunista en Polonia, hasta su desintegración como sistema político
viable en 1989-1990, se queda corto, si
se juzga su obra desde la realidad última[1].
[1]
En mi último libro “Erótica creadora de
vida. Propuestas ante la crisis demográfica”, llego a las mismas
conclusiones que el autor polaco, advirtiendo que quienes nos gobiernan están
locos de remate y han perdido la cabeza al completo, por eso desean exterminar
a toda la humanidad, a su 99%, en cincuenta años, por medio de la crisis
demográfica, en particular con la represión feroz, a cargo del feminazismo y el
fascismo de la izquierda, del sexo y el erotismo heterosexual.
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